Mauricio Bernal: «Es una suerte poder decir que siempre estoy escribiendo una novela»


Hoy toca agradecer a Mauricio Bernal, novelista y periodista en El Periódico de Catalunya, que conteste a nuestras preguntas. 

¿Cuándo supiste que querías dedicarte a escribir?

Es difícil saberlo. Muy joven, en cualquier caso, cuando descubrí que tenía facilidad para expresarme por escrito. Me gustaría conservar en la memoria un momento de revelación, de epifanía, pero en mi caso creo que fue una certeza a la que llegué gradualmente. Lee uno sus primeros libros, se da cuenta de que le gusta leer, luego se da cuenta de que le gusta escribir, luego empieza a jugar con las palabras… Imagino que en ese proceso llegó un día en el que sin darme cuenta ya sabía lo que quería hacer.

Compaginas tu trabajo de periodista con el de escritor de novelas, ¿cual prefieres?

Digámoslo así: cuando tengo mucho tiempo por delante y ningún compromiso a la vista y sé que voy a poder dedicarme a la novela que estoy escribiendo, entonces siento que estoy donde más me gusta estar. El periodismo es un oficio que respeto, durante más de veinte años me ha dado de comer y me ha permitido vivir dignamente, y además haciendo lo que más me gusta, que es escribir, pero no me considero un periodista de raza. Hay que serlo para seguir disfrutando, tal y como están las cosas en el periodismo.

Respecto a las nuevas tecnologías, ¿crees que ayudan al autor novel o favorecen tanto la competencia que al final nadie destaca?

No creo que las nuevas tecnologías hagan mejores libros. En general, no creo que las tecnologías deban tener influencia en la naturaleza de la escritura. Quizás en el futuro determinen cómo se escriba, aunque sólo sea por la forma en que están cambiando nuestro cerebro, pero eso aún no ocurre. La tecnología es una herramienta, o debería serlo, algo que facilita el trabajo. En términos generales no hay más que ventajas en el hecho de escribir en un computador en lugar de hacerlo en una máquina de escribir, aunque comprendo al que emplea aún la máquina. He escrito a mano un par de novelas y no es una mala experiencia.

En tu última novela, Por ejemplo Horacio, hablas de lo dura que puede ser la vida del escritor. Aún así ¿qué le dirías a alguien que empieza en este mundo?

Que persevere. Que crea en sí mismo y que sea disciplinado. Y que no se venda a las modas, por favor. Las modas difícilmente hacen buena literatura.

¿Cuáles son tus proyectos más inmediatos?

¿Literarios? Estoy terminando una novela. Es una suerte poder decir que siempre estoy escribiendo una novela, empezándola, terminándola o perfilándola en mi cabeza, que es algo que también forma parte de la escritura, al menos en un sentido amplio. Tengo esa suerte, que de momento no se me acaban las ideas. No todas fructifican, naturalmente, y algunas novelas cuando están terminadas sé que van a ir directo al cajón. Pero es parte del trabajo.