La visita de hoy a nuestra sección de entrevistas es G David Peralta, escritor, poeta y locutor. Es el autor de El túnel de La Laja o Leonardo de los Sueños.
¿Cuando descubriste que querías ser escritor?
Cuando escribí el primer libro El túnel de La Laja fue cuando dije: «me gusta, yo quiero ser escritor». Hasta que no tengo esa idea y la publican, la editan… Hasta que una editorial no se interesó por mí, no me sentí escritor.
¿Cómo te ha ido con las editoriales? ¿Te has planteado la autoedición?
Desde el principio, cuando me propuse publicar el libro, empecé a enviarlo editoriales. Y un año después me lo enviaban de vuelta, pero yo pensé: «bien, al menos te contestan». Te dicen que no están interesados o que no encaja en el catálogo y luego tú lo miras y dices, pero si tienen suspense o romántica… ¿Por qué no encaja en el catálogo? Después de esto, empecé a buscar autoedición, que no sabía lo que era, pero entonces encontré una editorial que parecía interesante, Cultivalibros, y me puse en contacto con ellos. Claro, había que pagar como se suele hacer en estos casos. Y la verdad es que los dos primeros libros que edité con ellos fueron bien. Lo que pasa es que al ser este tipo de editorial, lo que buscan es que si no vendes libros, pagues por publicidad. Todo va sumando y uno no puede permitirse esas cosas, pero autopublicarse está bien. Mira ahora, Amazon es gratuito. Está bien probarlo, pero para vivir de ello, no.
Entonces ¿piensas que las nuevas tecnologías ayudan a los autores noveles o que al generar tanta competencia en realidad perjudican?
Creo que es una facilidad para los autores noveles que se puede aprovechar. Lo que pasa es que hay que saber cómo usarlo y cómo aprovecharlo. Y luego está el tema de las redes sociales, que tanto puede ser positivo o no, depende de como las uses. Hace poco publiqué un relato en Amazon, pero no tenía visibilidad. Y te desanima porque piensas: «no le interesa a nadie…». Y a lo mejor sí, pero si no llega hasta ellos. Sí que Amazon te da la posibilidad de pagar por publicidad para promocionarte, pero al final siempre se acaba teniendo que dar dinero.
¿Cómo definirías tu estilo?
No sé… Libre. No utilizo ninguna regla. Desde pequeño siempre he leído y desde joven me gusta mucho Stephen King, aunque creo que ha cambiado ahora. Me gustaba su forma de escribir y me fijaba en su estilo. No es que lo copie, pero sí es una influencia.
Escribes poesía y relato ¿dónde te sientes más cómodo?
Yo creo que en la novela. Es más complicado, tienes que tener la idea clara desde el principio. Tú escribes y vas desarrollando la historia y todos los personajes… Pero lo que tiene la poesía es que te da la chispa en ese momento, y cuando empiezas a escribir dices «mira qué fácil». Después la corriges o la mueves un poco, pero te viene la idea y la escribes y ya. Lo que tiene el relato es que te debes ceñir a una cantidad de páginas o palabras. Y al tenerte que ceñir a unas reglas, porque si no sería una novela, puede que resulte un poco más complicado,
Háblanos de Leonardo de los Sueños.
La idea surgió de mi hermana que había tenido su bebé. El niño no hablaba todavía, pero ella pensaba que se comunicaban con la mirada. Ella sentía que había una conexión entre su bebé y ella. Me lo contó y le dije: «qué bonita la idea, escríbela». Pero ella me contestó: «no, te la estoy contando para que la escribas tú» (risas). Y conforme iba contándome la historia, a mí se me iban ocurriendo ideas. Y como me la cedió, dije, lo intento. Y pensé que Leonardo no solo se comunicara en sueños, sino que también ayudara a gente desvalida. El primer libro, Leonardo de los sueños, trata de un niño con síndrome de Down que se cae en un agujero huyendo de otros niños que se ríen de él, porque no entienden que es diferente. Y Lenardo a través de los sueños contacta con él, pero el niño no sabe donde está, no sabe en qué agujero ha caído, y a partir de ahí Leonardo intenta ayudarle. Además se mezcla la realidad con la fantasía, la Dama Blanca, que es un personaje espiritual con poderes que ayuda a Leonardo, que también tiene la espada de la luz con la que combate el mal y ayuda a los demás.
Trabajas en la radio, escribes… ¿Qué eliges?
Lo de la radio es una colaboración. Es puro altruismo, pero me quedo con la escritura totalmente. Probé la radio porque me hicieron una entrevista para una emisora local. La chica que me entrevistó luego me llamó para que colaborara con ella en un programa cultural. Le pregunté de cuánto tiempo dispondría y me dijo que quince minutos. Yo le contesté: «¿quince minutos? Con cinco es suficiente, si yo hablo poco…» (risas).
Entonces, ¿así surgió la idea del programa de radio?
Si, un poco por casualidad. La chica quería hacer un programa cultural y yo estaba allí. Y es que mientras hablábamos a mí se me iban ocurriendo ideas. Al principio recopilaba datos sobre escritores y su obra. O elegía tres escritores y comparaba sus libros… Después le pregunté a una escritora que conocía, Jacqueline MQ, si quería hacer una entrevista y vi que podía tener gancho, así que ahí empezó el tema de las entrevistas. También entrevisté a Mónica Sánchez.
¿Y cómo se llama tu programa?
Tengo dos programas, porque luego me contactó otra emisora local. El programa de Radio Dunas se llama Dunas y Letras, y el de Radio Faro, La sección de G David Peralta.
También tienes un blog, G David Peralta ¿qué encontramos en él?
El blog en un principio lo hice para poner mis libros y mis escritos y después lo dejé un poco abandonado. Más tarde, al empezar el programa de radio, decidí colgar los ivoox de las entrevistas.
¿Qué proyectos tienes?
¡Una pila! (risas) La radio me quita mucho tiempo y además escribo un artículo para el diario digital de Radio Faro. Pero tengo catorce ideas que he ido empezando a escribir… Tengo los títulos y algunas sinopsis. El primero que acabe será el primero que se publique, seguramente ya para el año que vine porque no creo que este año me de tiempo a más.