Hoy traemos a la sección de entrevistas del sábado a Raúl Montilla, periodista y autor de Barcelona de novela.
¿Cuando empezaste a escribir?
El tema de la escritura siempre me ha gustado desde pequeñito. Es verdad el típico tópico de que lees mucho y que te gusta contar historias. Ya desde pequeño veías: «¡Qué guay! Poder leer una historia y meterte en un mundo desconocido y vivir una aventura». Pero también: «¡Qué guay escribir las historias tú, porque aquí te montas tu propia aventura y no la aventura que te proponen». Tener la total libertad para contar… También decías: «¡Qué guay no solo leerlo, sino también escribirlo!». Es decir que lo de la escritura siempre ha estado muy presente. Y lo del periodismo en un inicio yo pensaba que no, pero ahora me doy cuenta de que sí. Yo tenía pensado estudiar historia de siempre. De hecho lo cambié en el último momento y me pasé a periodismo, el día de antes. A mí lo que me gustaba y me sigue gustando mucho es la historia. Luego el tema del periodismo vas recordando y dices, es verdad, cuando estaba en el cole monté un fancine con los amigos, o hacíamos un programa de radio. Sí que hay… No sé si vocación… En la escritura sí que está y en el periodismo, me he ido un poco hacia ello… Creo que es bastante compatible.
¿Hay alguna faceta que prevalezca más?
Creo que se compensan. Sí que he visto que durante las épocas en que con el periodismo me lo estoy pasando mejor, no que tengas más trabajo, sino que te lo estás pasando mejor por las temáticas… A mí me gusta hacer mucho reportajes…Pues en la etapas en las que haces muchos reportajes, tienes menos necesidad de escribir. En cambio escribes más en la época en que, no que te aburres, pero no te lo pasas tan bien haciendo de periodista. Lo que ocurre es que son dos mundos que confluyen y que se complementan. El hacer de periodista sí te permite acceder a situaciones, a momentos e incluso a personas que te facilitan y que te permiten enriquecer ese universo a la a hora de escribir. Yo creo que se complementan más allá de la influencia, claro. El estilo periodísta también te acaba marcando; ya sea cuando escribes no ficción, clarísimamente, pero en las novelas también. Es un estilo propio que lo bebes y luego se traslada.
¿Te sientes más cómodo escribiendo novela u obras de no ficción?
Va por etapas. Ahora tengo muchas ganas de escribir ficción porque últimamente he tenido encargos de no ficción. Me apetecía, porque a la hora de escribir no ficción es bastante más fácil. En no ficción, si haces una biografía o haces el Barcelona de novela o una cosa que hicimos para Amazon que era muy parecido… Digamos que es más fácil. No tienes que contextualizar. Te puedes poner en cualquier momento. Cuando escribes una novela te sumerges en un mundo que no es el tuyo y eso requiere más preparación. Y sobre todo las ganas que tengas, y que te apetezca. El tema de escribir no ficción, ya lo hago cada día y sale más automático. En lo otro necesitas un poco de más tiempo y tener ganas.
¿Qué podemos encontrar en Barcelona de Novela?
Barcelona de novela es una excusa para conocer la ciudad y también para conocer muchos de los libros que pasan en ella. Y conocer muchas Barcelonas. Se plantean una serie de recorridos por la ciudad en los que tienes diferentes puntos de vista. Tiene la visión de autor que estuvo allí, el punto de vista de la novela que se plasmó y que utilizó, y el punto de vista actual, que te aportaría la «crónica» periodística, también. Es confluir con diferentes miradas en Barcelonas muy distintas.
¿Y de esos libros, cual crees que es el mejor o el que más gusta?
Es complicado, porque la verdad es que hay muchos. Y en Barcelona de novelas no te quedas con todos… Es que Barcelona en sí misma ya es un género. Lo estamos viendo en los últimos años, como Barcelona vende. La ciudad vende. Se escriben muchos libros de Barcelona y ambientados en Barcelona. Quedarte con uno es muy complicado, porque son muy diferentes. Pero si dices: «cierro los ojos», pues voy a decir La ciudad de los prodigios, que es lo tópico. Pero también tienes los contrastes de Sin noticias de Gurb, que también te aporta otras cosas. O Hilo de de plata, de Baulenas, que te enseña un centro de ciudad bastante diferente. El tema siempre es ¿por qué te tienes que quedarte con uno si te puedes quedar con todos?
¿Qué piensas de las nuevas tecnologías en el ámbito de la literatura?
Por un lado el tema del libro digital o el libro de papel. El libro digital sí que facilita mucho, pero todavía somos un mercado donde prevalece el papel. Hay editoriales que apuestan por el libro digital y también va muy bien. Es un mercado que va funcionando pero creo que ira más lento. El tema de la popularización de tus libros, sigue siendo muy difícil. Está el factor suerte, está cómo te muevas. No podemos denostar la figura del librero, que va desapareciendo, pero que es muy importante. Está en un momento de transición y no hay que tener miedo y aprovechar las oportunidades. En cuanto a la piratería, este sí que es un gran problema porque es algo que lógicamente te indigna, que tú tienes tu libro y a las dos horas han colgado el PDF. Aquí sí creo que la base es un problema cultural. Pasa en general, también con la música. Es un tema más cultural y social. Dificil de trabajar, pero sería interesante que se tomasen medidas. Y las medidas pueden ser muchas: por un lado facilitar el acceso a la cultura, y realmente también hay gente que hace negocio con esto, no pasa nada por perseguirlos.
¿Y la tecnología en los medios de comunicación?
En cuanto a los medios de comunicación y la digitalización, estamos en plena conversión. En proceso de transformación. Estamos viendo un poco hacia dónde vamos. Está cambiando cómo consumir la información, igual que cambia cómo consumir cultura. La gente ya lee por el móvil, ni tableta ni nada, ya es el móvil. Nos toca estar atentos y se pueden generar ciertas oportunidades de hacer cosas distintas.
¿Qué piensas de la situación actual del periodismo?
La situación laboral sí que es grave y preocupa. Salimos de una crisis económica que ha afectado también al periodismo, pero hay que verlo como una oportunidad y ver cómo se puede salir adelante. También que implica tratar de poner en valor los medios de comunicación y a quién informa. Tenemos deberes, los propios periodistas tenemos que tratar de no dejarnos tentar por la inmediatez y por la competencia. Tratar de no ser los más rápidos, pero garantizar que la información sea veraz. Eso implica también hacer un ejercicio mental, porque es muy tentador hacer el primer tweet y dar la información por válida sin ni siquiera contrastarla. Creo que falta el debate, debate de verdad de sector y de los propios periodistas. Por ejemplo la lucha del click. Esto tampoco da dinero, es muy complicado que dé dinero el click. Las grandes agencias de comunicación ven los visitantes que tienes y eso te ayuda a contratar publicidad… Las campañas de publicidad que merecen la pena no te va a venir por el clickbait, te va a venir por trabajar la marca, por asociar esa marca a una idea de calidad. Lo que sí que creo es que no nos debemos dejar llevar por la histeria. A lo mejor sirve todo esto para abrir una reflexión. Realmente en un momento de bulimia informativa y de mucha globalidad, lo que se impone es separar el grano de la paja y distinguirse por la calidad. Si te vas al origen del periodismo, la base es el rigor, y hay que volver a ponerlo en valor. Quizás es un proceso que requiere su tiempo también y sacrificios. Poco a poco.
¿Qué proyectos tienes?
Hay un par de cositas que tengo a la vista. Lo que tengo ahora son muchas ganas de volver a la novela y a la ficción. Volver a crear y poder dejarte llevar tranquilamente; porque con la no ficción y, muchas veces cuando trabajas por encargo, tienes el problema del calendario. Ahora me apetece estar un tiempo escribiendo tranquilamente. Pero volver a la novela sí, lo tengo clarísimo.