Nos visita Pilar Eyre para hablarnos de su última novela, Un perfecto caballero, y para presentar su nuevo libro, la biografía del rey emérito, Yo el rey.
Después de leer Un perfecto caballero, me surge una pregunta, ¿escribir sobre la familia y el entorno no es muy delicado?
La verdad es que en la inmensa mayoría de mis libros hablo de mi familia y de mi entorno. Han salido ya en muchos libros míos desde el principio, porque tengo una familia muy amplia con todo tipo de ideologías y comportamientos. Han pasado además por diferentes épocas. Ha habido unos con influencias, otros que no y todos han tenido un lugar en mis libros. Están acostumbrados y ya se han hecho a la idea. No se han molestado nada y yo hago un poco lo que decía Isabel Allende, cuando le preguntaban. Ella lo que decía era que cuando empezó con la literatura, cuando empezó a escribir, «tenía dos opciones, o quedar bien con mi familia o quedar bien con la literatura, y elegí quedar bien con la literatura». No se ha quejado nadie, al contrario. Yo siempre tengo un poco de miedo cuando saco un libro: «¿cómo lo recibirá la gente? ¿y la famila?». Lo han aceptado bien. Les hace mucha ilusión. Y no solamente la familia porque hay muchos amigos míos en los libros. Sale mi profesor de gimnasia y mis vecinos, la gente con la que comparto pueblo en verano. No sé si es que me dan por imposible o qué, pero a la cara nunca me han dicho nada, al contrario, les hace gracia.
El ambiente y la época están muy bien reflejados.
Mauricio es un personaje ficticio. Está basado de alguna manera en una conversación que escuché de pequeña sobre un empresario amigo de mi padre. Mi padre le decía a mi madre: «¿Sabes que fulano de tal se ha echado una querida? Y no solo eso, se ha enamorado de ella…». No solo se echa una amante, sino que además se enamora de ella. Y esto le horrorizó a mi madre más todavía que el hecho de que tuviera una amante Y a partir de entonces eso se me quedó dentro. Yo era muy pequeña, tendría cinco o seis años, pero se quedó y al final es el germen de esta novela. El personaje de Mauricio es de ficción, pero todas las circunstancias de su vida, el marco histórico son reales, auténticos y verdaderos. El libro lo presenté en Sabadell, en Tarrasa… En lugares donde se desarrolla la novela, y venía gente a decirme. «Si yo conocí a Mauricio, yo lo sabía todo…». Yo no intentaba discutir, les decía: «sí, sí, claro». Es verdad que había muchos Mauricios. Y quise darle ese punto final pero con esa dimensión espiritual que me gusta que tengan mis libros, no quiero contar el final… Esa dimensión espiritual que yo creo que tenemos todos los seres humanos seamos o no religiosos.
Después de este, digamos, «descanso», te has lanzado de nuevo a escribir sobre la familia real con Yo, el rey.
Este libro ya lo estaba preparando hace algún tiempo, pero fue un encargo interrumpido por Un perfecto caballero. Lo volví a retomar este mes de enero, pero yo te diría que es un libro que se ha ido escribiendo desde que escribo; porque yo he publicado veintidós libros y la mitad de ellos son sobre la familia real. He biografiado a la madre, a la abuela he hecho la infancia de don Juan Carlos y luego he escrito no centenares, creo que miles de artículos sobre la familia real. Así que es un libro que he ido escribiendo y documentando durante muchos años. Pero al final creo que llegó el momento de hacerlo porque cuando iba a cualquier presentación de mi libro la gente me preguntaba: «Oye, ¿y sobre el rey don Juan Carlos?» o «El libro sobre el rey, ¿cuándo lo vas a escribir?». Y pensé que este era el momento, que iba a tener más libertad para escribir sobre él; que no iba a tener los mismos problemas que tuve con La soledad de la reina. De momento no los he tenido. No sé si los tendré o no, pero he escrito con absoluta libertad. Le pregunté a mi editora «¿Hay alguna línea roja?». Porque si la hubiera habido, no me habría lanzado a realizar el proyecto. Pero dijo: «no, hay libertad absoluta». Lo único que como tampoco somos unas kamikaces, el libro ha pasado por un despacho de abogados, por tres concretamente. Creo que no hay nada demandable en el libro y por eso pienso que no ha tenido de momento ningún tipo de tropiezo. Se está distribuyendo normalmente, se está vendiendo mucho. Los compañeros os habéis portado todos muy bien. Está teniendo muy buena andadura y estoy contenta.
Así que en esta ocasión todo ha sido más tranquilo.
Me pasan cosas curiosas porque me llama alguna gente y me dice: «oye, que yo no salgo en el libro». Incluso alguna amante del rey que dice: «que sale fulana y yo no salgo…». Así como enfadadas. Y luego hay el juego de ver quién me ha contado qué, porque yo ya tengo una red de confidentes que cuido muchísimo. Confidentes que ya se han convertido en amigos después de tantos años, cuyos nombres no he revelado nunca. Y me llaman y me dicen: «Sé que esto te lo ha contado fulano, y esto solo te lo ha podido contar mengano, y lo otro no sé quién…». Y yo, claro, me tengo que callar y hacerme la interesante y decir: «no te lo puedo decir…». Son situaciones curiosas. El libro lleva ya un tiempo en la calle y se va enriqueciendo porque la gente me va añadiendo cosas nuevas. No sé, el otro día una compañera me contaba: «tú mencionas a la presentadora italiana que tuvo el rey, pues por fin de año en el discurso de Navidad, me dijo que la corbata que llevaba puesta se la había regalado ella…». Me van contando anécdotas nuevas y pequeños detalles que a lo mejor, dentro de cuarenta años, cuando escriba la segunda parte, las cuento.
¿Por qué crees que ahora se habla de este asunto tan abiertamente?
Primero que el rey ya no es el rey desde 2014, ya no es jefe del Estado. Es rey emérito que es una figura que no se sabe muy bien lo que es. Luego que los tiempos también han cambiado, es cierto, existen las redes sociales, existe la prensa extranjera. Nosotros hemos empezado a conocer los tejemanejes económicos del rey por la prensa extranjera. A lo mejor aquí no se hubieran publicado, pero al salir en la Tribuna de Ginebra, o en The Telegraph o en The New York Times, la prensa de aquí no ha tenido más remedio que reflejarlo y hablar del tema. Yo pienso que con las redes sociales el tema de la privacidad, del secreto, no tiene razón de ser. Y luego que hay muchos digitales y muchos periódicos que no están sujetos a ningún tipo de comunicación directa con Casa Real y que hacen un poco lo que les da la gana. Y que realmente.. los socialistas están en el poder y no creo que tengan ningún interés en derrocar la monarquía, pero tampoco creo que tengan ningún interés en juzgar a un periodista por explicar cosas de don Juan Carlos que se está demostrando que son ciertas.
La personalidad se forja en la infancia, y este caso no es una excepción.
Yo me he detenido mucho en la infancia de don Juan Carlos porque creo que es vital para comprender el personaje, para saber por qué un rey que lo tenía todo, que era admirado por todo el mundo… Un rey icónico, adorado por los españoles, que aquí en Cataluña hasta Pujol tenía un retrato suyo en el despacho… Como fue capaz de tener este crepúsculo tan lamentable que ha tenido. Yo creo que la explicación está en su infancia y por eso me he detenido mucho… La gente que ha leído el libro me dice: «yo me quería leer el libro para llegar rápido a las páginas en las que se habla de las amantes, pero luego te quedas fascinado por la infancia de don Juan Carlos». Una infancia sin cariño, desde los ocho años está fuera del tronco familiar. Un padre para el que no dejaba de ser un rival al trono de España. Él mismo decía: «yo me sentía como una pelota entre Franco y mi padre». No era de nadie. Era un niño muy importante para la monarquía y al mismo tiempo estaba muy descuidado. Y esa infancia truculenta, porque el rey se quedó sordo de un oido de una paliza que le dieron en el colegio. Y luego, el hecho que marcó toda su vida fue la muerte de su hermano, porque el dolor de perder a un hermano se mezclaba con un enorme sentimiento de culpa; ya que fue él el autor del disparo que había provocado la muerte de su hermano. Eso ha sido un dolor que ha arrastrado toda su vida y explica ese carácter con altibajos. Ese carácter depresivo que tiene, ese carácter tan atormentado, esos ataques de ira… Esa infancia tan falta de afecto explica también su promiscuidad sexual y esa infancia pobre… Hombre, pobre… Tenían para comer, pero ese miedo a pasar apuros económicos también explica esas operaciones económicas que si no, no pueden explicarse de otra manera.
¿Ha habido alguna cosa que no supieras y que hayas descubierto al escribir el libro que te haya sorprendido?
Sí, hay muchas anécdotas que explico en el libro que la verdad es que no las sabía. A mí me asombró, no lo sabía, que él se diera cuenta de cómo vivían los ricos cuando le invitaron al aniversario del imperio persa. Allí vio como vivían los ricos de verdad. El sha de Persia tenía una bola de oro macizo del tamaño de un armario rodeada de un cinturón de esmeraldas, y allí se dio cuenta de que había gente con muchísimo dinero que le llamaban hermano y que le decían: «Si necesitas algo, pídemelo». Fue ahí cuando se le despertó ese ansía de dinero y de vivir como viven los ricos. Y luego, también es curioso, porque se habla de la ingratitud de los Borbones, que son personas que utilizan a la gente y que nunca dan las gracias, pero él tuvo grandes amigos (que yo también reflejo en el libro) como Manolo Prado y sus amigos del colegio, que luego ha sido una amistad que ha durado toda la vida y eso me causa curiosidad. Y luego las tres mujeres tan importantes y el enamoramiento loco que tuvo con Corinna. Me contaban que se quedaba tardes enteras en el despacho esperando la llamada de Corinna, como si fuera un quiceañero, y si no le llamaba esa tarde era capaz de arrancar el teléfono de la mesa y arrojarlo al suelo porque no podía soportar que su mujer, su adorada Corinna no lo atendiera como él necesitaba… Todo eso me ha llamado mucho la atención. Y luego la relación con Sofía, la verdad, muy llamativa… Ese matrimonio por interés que no digo romper, porque nunca llegó a existir como tal, pero desde el año 68 no volvieron a estar juntos, y el grado de aversión que llegaron a tener el uno por el otro, creo que es una aportación del libro y que me parece también interesante.
¿Cual crees que será el desenlace de todo esto?
Creo que el rey no va a volver. Se ha ido por un pacto entre el hijo y Moncloa. Conviene a todos que el rey emérito esté lejos de los centros de poder. Es un elemento tóxico en estos momentos tanto para la monarquía como para el país, pero sobre todo para la institución monárquica y esas circunstancias no han cambiado. Únicamente volvería si realmente se le procesa y él ha sido el primero en decirlo. Teóricamente puede volver cuando quiera porque es un ciudadano libre y no tiene ninguna causa pendiente. Pero dado que se fue en esas circunstancias y que esas circunstancias no han cambiado… A mí desde luego la gente que me informa sobre esto me ha dicho: «Pilar, que sepas que el rey no va a volver».
También habrá quién ahora se rasgue las vestiduras pero que en su momento se aprovechara de la situación.
Hombre, claro. Hay muchos empresarios que me han dicho: «el rey a nosotros nos ha favorecido. Nosotros cuando viajábamos con el rey a los países árabes nos ponían la alfombra roja y salían todos los negocios». Por eso yo creo que él no es consciente de que se haya portado mal, sino que el dinero que haya podido ganar es un dinero que merece porque él ha estado cuarenta años… Él lo decía: «mira la vida que llevo, doy cuatrocientas audiencias al año, noventa viajes al año, todo el día sirviendo al país… No robamos a nadie.». Por eso yo creo que no es consciente de lo que ha hecho. A él cuando le hablaban de Urdangarín y le decían: «mira que se ha aprovechado de fondos públicos»; siempre contestaba: «bah, no será para tanto…». Y yo creo que de sus cosas opina lo mismo también.
¿Cómo estás viviendo esta etapa de pandemia y confinamientos?
Desde mi punto de vista de escritora ha cambiado totalmente el panorama. Publico un libro al año más o menos desde hace bastantes años, y en esta época de octubre a Navidad siempre estoy viajando por toda España con mi libro… Voy a centros culturales, a los foros de los periódicos, visito librerías… Son tres meses que estoy cogiendo pulmonías porque hace mucho frío en los trenes…. Y este año estoy en casa. Lo hago todo en plan virtual. Esta tarde, por ejemplo, tengo tres entrevistas y las tres son por teléfono. Tengo conexiones con programas de televisión, pero por Skype o Zoom. Hemos tenido que aprender todos a manejar todo tipo de tecnología para poder comunicarnos. Es una forma nueva… Yo no sé… Las librerías también han sufrido mucho, los quioscos… Yo soy periodista, escribo en la revista Lecturas, pues el veinticinco por ciento de los quioscos han cerrado. Todo esto repercute muchísimo en nuestra profesión. Lo hemos hablado muchas veces con mis editoras. «¿Y esto quedará ya para siempre? ¿Y las giras se han acabado? A partir de ahora, ¿lo haremos todo en plan virtual…? ¿Volveremos a lo de antes?».
Confío en que sí, más adelante, aunque sea en grupos más pequeños, porque el contacto personal es importantísimo.
Es que hay mucho contacto personal, tú lo has dicho… Yo una semana antes de que se decretara el estado de alarma y nos tuviéramos que confinar todos en casa, había estado haciendo una gira con Un perfecto caballero y había estado en Murcia, en Alicante y en Lorca, y en los tres sitios había estado con multitud de personas… Y yo soy muy besucona, así que besándome, abrazándome, haciéndonos fotos, hablando, haciendo entrevistas con compañeros… O sea, es un milagro que no lo hubiera cogido. ¿Cuantas personas vi? No sé, mil personas… Me parece imposible no haber cogido nada. Y en aquel momento no éramos conscientes, pero ahora yo ya tengo miedo. El contacto con los lectores… Aunque yo soy muy activa en redes sociales, en Twitter, en Facebook y trato de suplir ese contacto de alguna manera, no es lo mismo.