Elia Barcelo: «Disfraces terribles es una de mis historias favoritas»

Hoy contamos con la visita de Elia Barcelo que viene a presentarnos su nueva novela con Roca Editorial, Disfraces terribles.

En Disfraces terribles haces un retrato del mundo literario…

Cuando me enamoré de esta historia y empecé a escribirla, yo aún era profesora de literatura en la universidad de Innsbruck y estaba muy metida en la historia del boom latinoamericano. Como todos los protagonistas son gente que trabaja en el mundo editorial (escritores, editores, académicos, etc.) la cosa era natural y necesaria. Disfruté mucho de narrar ese ambiente.

¿Por qué revisar ahora esta historia?

Porque es una de mis historias favoritas (y mientras tanto llevo más de treinta novelas, así que la cosa tiene su peso) y me daba mucha lástima que, aunque hubiese sido un superventas en Alemania y otros países extranjeros, en España había llegado a un público mucho más reducido. Tanto yo como mi editorial pensamos que muchas lectoras y lectores que habían disfrutado de El color del silencio, El eco de la piel, Las largas sombras o El secreto del orfebre podían pasarlo estupendamente leyendo Disfraces terribles. Y parece que hemos tenido razón al hacerlo. Está gustando mucho. Además, la historia en sí es bastante atemporal y se puede disfrutar sin que se note que hace más de quince años desde que la escribí.

¿Es realmente así la fama literaria?

Es una de las muchas posibilidades de la fama literaria. Son muchas porque cada persona vive de otra manera el éxito alcanzado y, por otro lado, lo que gusta o no gusta, lo que es generalmente apreciado y celebrado también depende del momento histórico, de la sociedad y la cultura de cada época. Pero creo que lo que cuento en esta novela es muy real. Está basado en elementos reales y lo que es inventado es muy difícil de distinguir de lo que realmente sucedió o pudo suceder.

¿Los personajes están inspirados en personas reales?

Inspirados, sí, aunque ninguno de ellos es una persona real en concreto. He tomado características de varias personas que existieron y vivieron efectivamente en París, unas en esa época y otras en otros momentos, anteriores o posteriores.

Aparte de Raul de la Torre, el personaje de Amelia Gayarre me parece muy potente.

Amelia es un personaje fascinante. Mi favorito en la novela. Fue la primera que surgió en mi mente y, aunque entonces ella tenía veinte años más que yo, no tuve ningún problema para identificarme con ella, comprenderla y hacerla vivir. Ahora, curiosamente, tenemos la misma edad y estoy muy satisfecha de que sigo sintiéndola separada de mí, pero real y totalmente creíble.

Has declarado que hace tiempo que ningún libro te impacta demasiado… ¿Falta de imaginación? ¿Comodidad de repetir los mismos patrones?

No estoy segura de si se debe a los libros en sí o a mí misma. Me refiero a que he leído tantos libros en la vida que me parece posible que esa sensación de que ya sé lo que me van a ofrecer se deba simplemente a una sobrecarga. A los doce años todo me parecía nuevo, atractivo, sorprendente… Ahora tengo la sensación de que se escriben muchas cosas cortadas por un mismo patrón, el que parece que más gusta o más vende. O puede deberse a que cada vez hay más escritores que han aprendido el oficio en cursos y escuelas, con unas reglas determinadas y al final acaban todos sonando igual, usando los mismos trucos. O que, en muchos casos, escriben novelas pensando en que acaben convertidas en una película o una serie de televisión y eso les lleva a que prime la trama y que la lengua, que es lo central en una obra literaria, pierda importancia. De todas formas, siempre encuentro obras que me prenden y, si llevo una temporada sin encontrar nada que me acelere el corazón, releo.

Tus últimas novelas son «realistas», ¿volverás a la ciencia ficción?

Nunca he abandonado la ciencia ficción, aunque en los últimos años he hecho más bien relatos fantásticos, y novelas más o menos realistas o negras. Es muy posible que escriba pronto una en la que llevo mucho tiempo pensando, y es ciencia ficción, pero de momento tengo que terminar otra que, como La noche de plata, también es negra y realista, aunque mucho más ligera y lúdica.

¿Algún proyecto nuevo ya entre manos?

Claro. Yo no puedo estarme quieta. Terminé una hace un par de meses y, mientras la dejo dormir para poder corregirla con la distancia necesaria, ya me he puesto con otra que llevaba tiempo insistiendo y viniendo por las noches como hacen todas las historias que se empeñan en ser escritas.