Resistencia Cultural ha asistido a la rueda de prensa de presentación de la nueva novela de Isabel Allende, Violeta, que se publica el 25 de enero.
La autora nos ha explicado que en esta novela, coger el tono de la historia no le costó «casi nada porque una vez que me di cuenta de que era una conversación de Violeta, la protagonista, con alguien; que ella le está contando su vida a su nieto, al que adora, el resto fue fluido. Siempre lo que más me cuesta son esas primeras semanas en las que no tengo el tono, en las que no sé quién lo va a contar y cómo lo va a contar, pero en este caso es la voz de madre. Esa voz heroica, apasionada de mi madre. Esa voz la tengo en todas las cartas que ella me escribió».
Allende ha declarado respecto al afan revisionista que impera últimamente que «lo más cuerdo es que la historia se cuente como debe contarse, que no la cuenten solo el vencedores que suelen ser hombres blancos. No se puede, ni se debe eliminar los símbolos del pasado, si no explicarlo. En Chile hay actualmente una gran controversia con Pablo Neruda porque en sus memorias confiesa que violó a una mujer y hoy dia las feministas chilenas quieren eliminar a Pablor Neruda. Neruda es el poeta más importante que ha producido Chile y uno de los más grandes de la historia de la poesía. Entonces una cosa es el hombre fallado y otra es la obra. En el caso de un artista como Neruda o un científico que ha descubierto algo importante, nos vamos a quedar que su obra y revisemos su vida privada, pero no eliminemos todo, porque entonces no queda nadie. ¿Vamos a eliminar la historia? No, vamos a revisarla».
Así mismo la autora, que ha asegurado que no relee sus novelas, indica que se ha expuesto en cada memoria que ha escrito: «No guardo ningún secreto. Mi madre me decía: «pero hija, ¿como lo vas a contar todo? No te das cuenta de que quedas complamente expuesta, vulnerable…». Y yo le decía: «una es vulnerable por los secretos que guarda, no por lo que cuenta»».
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