Hoy nos visita Antonio Vidal Martí, «Gorri». Escritor, promotor cultural y organizador de eventos.
¿Quién es Gorri? ¿Un promotor cultural que escribe o un escritor que promociona la cultura?
Yo diría que Gorri es algo fugaz, creo que es eterno a la vez y no se considera nada. Escritor de alma y promotor de espíritu. Nacen las dos en sincronía y se fusionan. Si de considerarme algo, digo que soy una mezcla cultural, artística y alocada vena soñadora.
Te presentas diciendo: “Mi biografía es algo particular porque no la escribo yo, ella me escribe a mí”. ¿No crees que en realidad es algo más común de lo que en principio parece?
«La biografía no nace de un llanto al nacer o de un suspiro o bocanada de aire al morir, tampoco muere en el camino». No tengo nada que nazca de mí para definirme. Es una manera personal del quién me conoce y del camino trazado que la vida me tiene preparado.
¿En qué consiste tu labor como promotor cultural y de eventos?
En darle la mano al artista para promocionarlo. Ir con él y poder ofrecerle que sea conocido en esos medios sociales: periódico, televisión, radio… redes sociales. Es difícil introducirse en el mundo de la promoción, del reconocimiento y difusión de su talento. Todo nace de la necesidad de que todo artista tenga acceso a llegar lejos: «¡hasta el infinito y más allá!». También me dedico a organizar eventos y con ello impulsar, mover el arte y la cultura.
En tus escritos se aprecian dos líneas principales claramente marcadas. Por una parte encontramos textos duros relatados con crudeza, y por otra un Gorri más poético y simbolista, incluso quizás (no sé si estarás de acuerdo) metafísico. ¿De dónde crees que proviene esa dualidad creativa? ¿Es algo que surge de modo espontáneo o buscas que sea así?
Nace de mí. Todo lo que se puede leer de mí es algo que surge en un momento y circunstancia concreta y parte de la necesidad de escribirlo. Tengo textos muy duros, esos que son «no aptos para nadie» y otros que son, creo, necesarios para todos. Cuando digo todos me refiero a que son accesibles y pueden dar pie a reflexionar.
Formas parte de un grupo denominado Una familia artística. En él encontramos a poetas, escritores, músicos, fotógrafos, pintores… ¿Cómo surgió esa idea?
Esa idea surgió de la mente mía y de la novelista Tali Rosu. Queríamos que los artistas de la región de Murcia estuvieran en un grupo unidos y se pudiera tener esa familia artística, en la que predomina la hermandad y lla unión. Allí comparten ideas, artículos, eventos. Es un grupo abierto y con ganas de seguir creciendo.
Para tu faceta de entrevistador sueles utilizar una indumentaria un tanto peculiar: una especie de smoking de color morado, sombrero de copa y pajarita. ¿Tiene algún significado especial?
Mi indumentaria nació de buscar algo único que fuera un sello para mí, que fuera un distintivo de lo que soy por dentro. Esta refleja esos tintes del Sombrerero Loco y Willy Wonka que por dentro me identifican. El lila, esa chistera… Es un color que nació de la búsqueda en la que mi pareja me comentó que sería una buena combinación, y viendo las prendas y como me quedarían, me gustaron y así quedó. En mi vestimenta podéis ver un poco del reflejo de mi niño interno.
Buena parte de tu trabajo se desarrolla en Cartagena, donde entrevistas a los autores en lugares emblemáticos de la ciudad. ¿Cuál es el estado de salud desde un punto de vista cultural en ese rincón del Mediterráneo?
Me parece mágico, como tan mágica es la bella ciudad de Cartagena. Un lugar tan lleno de cultura como sus miles de años de historia. Desde aquí quiero agradecer a todos los que están detrás apoyándome y ofreciéndome sus sitios de esta bella tierra para poder llevar mis entrevistas a tan grandes personas.
¿Qué proyectos literarios (o de otra índole) tienes entre manos?
Pues seguir escribiendo, la publicación de nuevos libros, miles de sueños en la radio, deseando que se inicie en breve mi espacio en la televisión … Entre manos tengo ilusiones, miles de sueños que quiero y deseo cumplir. «Soñar y seguir soñando como un mago que corre campo a través sonriendo como su niño interno».
¿Algo más que te apetezca contarle a nuestros lectores?
Que le den una oportunidad a un posible enamoramiento con el arte y la cultura. Es nuestra raíz en la eternidad. Que sean ellos, auténticos. Que no tengan miedo a mostrase en la vida tal cual les nace. Lo digo en mis charlas: «somos humanos, somos seres vivos que solo pasan una vez por la tierra y qué mejor que pisarla desnudando ante la vida tal cual nos trajo». Dejen volar la imaginación con eso que les nace, apuesten por ello y a comerse el mundo a besos y latidos del corazón.