Está con nosotros hoy para inaugurar el año de entrevistas del sábado, Santiago Pajares, escritor y guionista. Su última obra es Un libro de familia.
¿Desde cuando escribes?
Empecé a escribir relatos con quince o dieciséis años, textos realmente espantosos. Pero insistí, le dediqué tiempo y poco a poco fui mejorando.
En tu última novela, Un libro de familia, hablas sobre la tradición de una familia que consiste en escribir tu propia versión de la novela de un antepasado, ¿también hay tradición literaria en tu familia?
No, en mi familia solo escribo yo. Fue un poco una sorpresa, aunque bien es cierto que cuando publiqué mi primer libro, todos a mi alrededor dijeron: ¡Se veía venir! ¡Al final resulta que lo sabían todos menos yo!
En varias de tus novelas, la literatura o los libros, propiamente dichos, son protagonistas ¿Es casualidad o buscan con ello alguna finalidad?
Los escritores somos lectores empedernidos, así que al pasar tanto tiempo rodeados de libros, es normal que las historias que se te ocurren sean sobre libros. Además, una novela, como objeto, es algo reverenciable, siempre me ha fascinado ese olor y tacto, algo que puedes conservar y seguir admirando años después. Al final, un libro electrónico es un archivo en un dispositivo que se elimina y no deja registro. Cuando pasas por delante de un libro en la estantería, rememoras cuando lo leíste.
A pesar de haber vendido bastantes libros de tu primera novela El paso de la hélice, no es hasta que es traducida al japonés que empiezas a tener ese reconocimiento que tienes ahora ¿Se valora más al escritor español fuera que en nuestra propia casa?
Siempre tendemos a valorar menos lo que nos es cercano, parece que todo lo que viene de fuera es mejor y más especial. He tenido mejores reseñas en Holanda, por ejemplo, que en España. Pero para mí lo importante es que tus historias viajen y lleguen al mayor número de lectores posible. Es increíble cuando te llega a casa un ejemplar traducido de una novela, es la confirmación de que estás haciendo algo bien.
¿Crees que las nuevas tecnologías ayudan a los escritores?
Desde luego. Ya no solo a nivel escritura, que te permite guardar versiones y copias de seguridad. La documentación por Internet es algo mucho más cómodo, todo está al alcance de un par de clicks. Aunque a veces te dan tanta información que te pueden abrumar.
¿Es muy diferente el trabajo cuando escribes un guión a cuando escribes una novela?
En mi cabeza, sí. Porque en un guión tengo una imagen muy nítida en mi cabeza, escribo pensando en el montaje, mientras que en la novela todo está más desdibujado, piensas más en los sentimientos que quieres transmitir. Siempre he dicho que cuando se te ocurre una idea, si se te viene una imagen a la cabeza, debes escribir un guión, y si se te viene un concepto, un libro.
¿Que novela de Santiago Pajares te gustaría guionizar?
La lluvia de Ionah, quizá. Porque el desierto inabarcable daría mucho juego en cámara, aunque sería imprescindible una voz en off que narrara.
¿Qué consejo le darías a los escritores que empiezan?
Que escriban, escriban y escriban. Leer también, por supuesto, pero no hay mejor manera de aprender a escribir que escribiendo. Así lo hemos hecho todos.
¿Qué proyectos tienes?
Acabo de terminar mi siguiente novela, que espera la edición, y estoy ahora con una obra de teatro que me han encargado. Y como siempre están mis directores de cortos habituales encargándose de rodar guiones míos. Lo importante es no parar y seguir sacando proyectos adelante.