Nos acompaña Luisa María Contreras Sánchez, autora de la novela Sonreimos en Gülhane.
¿Cuando empezaste a escribir?
La verdad es que llevo escribiendo toda mi vida, siempre ha sido un refugio. De pequeña canalizaba mi timidez escribiendo obras de teatro que luego representaba en clase. Escribir forma parte de mi vida diaria, no pasa un solo día sin que escriba alguna idea, algún proyecto o simplemente mi sentir. Es muy terapéutico.
Además de escritora eres dramaturga ¿En qué papel te encuentras más cómoda?
Escribir teatro es difícil para mí, estoy acostumbrada a un formato más literario. Hace unos meses estrenamos una obra de teatro escrita y dirigida por mí que volvemos a reestrenar este mes de febrero, es un tributo a Chavela Vargas. A través de los títulos de sus canciones, escribí historias de personajes que se encuentran en un burdel; hasta que no escuché el texto en boca de los actores y las actrices no me di cuenta de cómo sonaba… Pedí ayuda a Josep Costa, dramaturgo, director y mi «profe» en el Teatre Kaddish, con su ayuda conseguí darle un formato de guión. Hasta que no pusimos en marcha los ensayos no fui consciente de la cantidad de cosas que hay que tener en cuenta a la hora de escribir dramaturgia y dirigir. Hay que tener muy claras las directrices y yo soy bastante anárquica así es que para mí, es mucho más cómodo escribir relatos, artículos, poemas, monólogos y cuentos que una obra de teatro. De todos modos (sonríe) no será la última.
En tu novela Sonreímos en Gülhane de Ediciones Carena, te sumerges de lleno en las calles de Estambul… ¿Sientes tú tanta fascinación por esa ciudad como Yaiza, la protagonista?
El parque de Gülhane situado en un enclave céntrico de la ciudad y que pertenecía a los jardines del palacio de Topkapi fue donde una tarde, tomando té con vistas al Bósforo (antes de que sucedieran los terribles sucesos que acontecieron después y que cerraran esa terraza para pasar a ser zona militar reservada por el enclave estratégico que tiene), fue el detonante para empezar la novela, un lugar mágico con vistas al Mar de Mármara y al estrecho del Bósforo donde los barcos esperaban pacientemente para cruzar, desde donde divisabas el latido de la ciudad con los ferrys yendo y viniendo atascados de personas con vidas anónimas y, de seguro, llenas de pasiones, de miedos, de alegrías y de tristezas que callar o compartir. Gülhane significa jardín de rosas, pero Gül es la raíz de gülümse que significa sonreír. Sonreímos en Gülhane podría traducirse como Sonreímos al sonreír. Una grata sorpresa de la que me hice eco después de poner el titulo. He de confesar que, efectivamente, siento la misma fascinación que Yaiza por esa ciudad que me cautivó desde el principio con su magia y que, en cierto modo me recuerda a mi origen en el sur de España. Estambul es una ciudad y Turquia un país que han marcado mi vida desde entonces. Empecé a estudiar turco, conocí gente extraordinaria y es una de las ciudades donde, sin lugar a dudas, siempre vuelvo.
¿Se podría catalogar tu novela de una obra femenina/ feminista?
No tengo ninguna intención de que así sea. Sonreímos en Gülhane habla de personas que tienen esperanzas, que han sufrido por amor, o por desamor; habla de tradiciones y de lealtad a la familia. El amor ciego no sabe de sexos, a veces hacemos las cosas de una determinada manera simplemente porque no sabemos hacerla de otra. No es apología del feminismo, es darle voz a unas mujeres que hasta hace muy poco han tenido la boca tapada, mujeres que ahora luchan en primera línea contra el Estado Islámico en el frente, mujeres valientes que sacan adelante a sus familias en su día a día, mujeres que son víctimas de una sociedad patriarcal que no las tiene en cuenta. Pero Sonreímos en Gülhane también le da un lugar a esos hombres que tienen que ser siempre el puntal sin demostrar un ápice de debilidad. No debe ser fácil no poder permitirse tan siquiera mostrar tristeza, lástima o miedo para no ser señalado y tachado de cobarde por la misma sociedad que lo ha criado así.
¿Podremos ver una adaptación teatral de tu novela?
Pues en principio esa es la idea, aunque probablemente primero se hará una lectura dramatizada de esa adaptación. Es un proyecto que no descarto y que me haría mucha ilusión ahora que se ha puesto en boga aquí en España el boom de las telenovelas turcas.
A la hora de publicar… ¿qué prefieres? ¿Editorial o autopublicación?
Bueno la verdad es que no tengo demasiada experiencia en eso ya que mi primer libro Calores y otros sudores fríos lo editó el ayuntamiento del Prat en 2001 por haber ganado un certamen literario. Sonreímos en Gülhane ha sido una apuesta personal y podríamos decir que estoy viendo los resultados ahora después de más de año y medio de su publicación. Qué duda cabe que este es un mundo difícil, que vivir de esto es prácticamente imposible, pero los que nos movemos por el mundo de lo artístico ya sabemos el significado del dicho “Por amor al arte”. (Sonríe de forma sarcástica)