May Bonner: «Me divierte situar las historias en lugares exóticos»

Hoy traemos a nuestras páginas a May Bonner, autora de El verano que cambió mi vida y Un destino inesperado.

¿Hay alguna razón concreta para haber elegido el género romántico?

Yo no había escrito novela romántica hasta hace muy poco. Un par de amigas son escritoras de este género y les iba bien y se divertían mucho, así que pensé: «¿por qué no probar?». Y la verdad es que sí, me he divertido haciéndolo.

En Un destino inesperado encontramos una historia de amor, pero también hay un misterio. ¿Se podría considerar una mezcla de géneros?

No sé si eso es mucho decir, pero sí que me gusta dar algún toque añadido a la historia de amor, ya sea con un poco de misterio o de humor. Por otro lado, tampoco sabría encajar mis novelas en los subgéneros de romántica. No sé si es Clean romance, Comedia romántica, Chick lit… La verdad es que cada uno tiene su propia definición del subgénero y no sabría decir… No es erótica, eso es seguro. Esas escenas no me salen de forma natural cuando escribo y meterlas con calzador no me parece que aporte nada y además se nota demasiado…  Quizás nos obsesionamos demasiado con las etiquetas.

Mara, la protagonista, se lanza a la aventura desoyendo a sus miedos. ¿Es éste uno de los mensajes que pretendes transmitir?

Bueno, siempre con precaución (risas). Lo que no puedes permitir es que el miedo te paralice y no te permita intentar conseguir tus metas. Un poco de miedo está bien porque evita que se comentan locuras, pero tampoco que dirija tu vida. Ya sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero hay que intentarlo.

El hecho de que la protagonista tenga que trasladarse a un país lejano, en otro continente, ¿sirve más para reforzar la idea de autosuperación o para trasladar al lector a lugares exóticos o paradisíacos?

Pues un poco para las dos cosas. La protagonista tiene una serie de «problemas» que desea superar y hacer un viaje tan largo le supone una forma de empezar afrontar sus miedos y de que le resulte difícil volverse atrás. Por otro lado, me divierte situar las historias en lugares diferentes y más o menos exóticos y espero que el lector también lo disfrute.

También nos encontramos con una protagonista que se ve envuelta en situaciones un tanto rocambolescas como consecuencia de su torpeza, cuando los nervios le superan y se ve obligada a improvisar. ¿Buscas añadirle un toque de humor con tales situaciones, o sirven para definir con mayor precisión los rasgos del personaje?

Siempre me gusta darle un toque de humor a las historias. A veces de forma más acusada y otras no tanto. En este caso además, sirve para hacerte una idea más clara de lo que siente el personaje.

A la hora de dar vida a los protagonistas, Mara y Daniel, ¿te has basado en personas reales o han les has dotado de sus personalidades partiendo de cero?

Cuando desarrollé a Mara no estaba pensando en nadie en particular. He tomado rasgos y situaciones mías, de amigas y de anécdotas que he oído contar. En cambio para Daniel, no sé por qué, desde el primer momento me vino a la cabeza un modelo portugués, Francisco Henriques y a partir de ahí fui imaginando cómo podría ser este chico con unos pocos años más.

Aunque sea una novela romántica, ¿has huído de los estereotipos del género, dotando a los personajes de características que van más allá de las habituales en este tipo de literatura?

No sé qué decirte… Intento no caer en estereotipos, pero no sé si siempre lo consigo porque es muy difícil. Sí que intento que los personajes no sean planos, que tengan un poco de profundidad y que la historia sea algo más que el simple encuentro del chico y la chica-conflicto-final feliz. Procuro que haya algo más, algo que haga pensar. De una manera ligera, claro, pues este tipo de novela es para distraer al lector. Tampoco es el lugar para dar una clase de filosofía. No sé si lo consigo, pero esa es mi intención.

Hay quien opina que la novela romántica es un género menor. ¿Crees que es una opinión arrogante e injustificada?

No creo que los géneros sean buenos o malos en sí mismos. En todos hay obras buenas y obras malas. Es verdad que quizás, al ser uno de los géneros más populares, tambien provoca que mucha gente se lance a escribir sin filtro –y más ahora con la autopublciación-, lo que hace que haya mucha morralla; pero por otro lado es lo que permite conocer autores buenísismos que de otra forma no tendrían manera de acercarse al lector. En mi caso, he leído novelas románticas bastante malas, pero también novelas fabulosas.

¿Te gustaría que se hiciera una adaptación cinematográfica de alguna de tus novelas? ¿De cuál?

Eso siempre hace ilusión. Cualquiera de las dos. Tanto  El verano que cambió mi vida como Un destino inesperado,  creo que podría dar bien en pantalla, porque las historias se sitúan en lugares muy bonitos y fotogénicos.

¿Tienes previsto hacer alguna incursión en un género literario diferente de la novela romántica?

Eso nunca se sabe, pero de momento va bien así.

¿Qué proyectos tienes a corto o medio plazo?

Tengo otra novela prácticamente terminada, a falta nada más que de los últimos repasos. Es realmente muy divertida y me he reído mucho mientras la escribía. No tiene fecha de publicación aún. De momento quiero centrarme en Un destino inesperado, que está como quién dice, acabada de salir del horno.