Nos acompaña Raquel Villaamil, autora de la serie de comedia romántica Manhattan Beach.
¿Desde cuando escribes?
Comencé a escribir en cuanto supe coger bien el lápiz, me acuerdo de que el primer cuento lo escribí con 6 años y la primera novela de más de 90 páginas con 9 años. Desde siempre me recuerdo escribiendo mis historias, tengo un cajón lleno de ellas. Algunas están a mano, otras con máquina de escribir antigua. En cuanto tenga tiempo trataré de pasarlas a ordenador.
¿Qué piensas de las nuevas tecnologías? ¿Ayudan a los autores o les entorpecen al generar más competencia?
Sin las nuevas tecnologías jamás hubiera podido darme a conocer. También me han ayudado a tener un contacto más directo con los lectores. A través de Facebook, Instagram o Twitter recibo muchos comentarios y ánimos que han convertido a muchos de mis lectores en amigos.
¿Qué opinión te merece la autopublicación?
Mi primera novela Manhattan Beach fue autopublicada, para mí fue una experiencia enriquecedora y absolutamente increíble. Seguramente sin ella hubiera sido más difícil que las editoriales se hubieran fijado en mi trabajo. Gracias a las muchísimas buenas opiniones que recibí en Amazon, conseguí llevar a las librerías mis historias de la mano de la editorial Diëresis.
¿Qué le dirías a un autor novel que intenta abrirse paso?
Que nunca se detenga, que no pare de escribir, que aprenda de las críticas constructivas y que se motive con las buenas opiniones. Es fácil dejarse llevar por la desesperanza, el panorama literario no es muy alentador y la piratería te hace sentir impotente, pero es una profesión impresionante y muy, muy divertida.
También eres guionista de video-juegos, ¿es muy diferente preparar un guión para un video-juego a escribir una novela?
Fui guionista hace poco tiempo, fue una etapa muy instructiva e imaginativa, la cabeza volaba por escenarios muy extraños y sorprendentes. Allí no podías hacer esperar al jefe a que te diera un brote de imaginación. No, había que hacerlo en el momento por lo que te obligaba a ser muy rápida mentalmente. Fue una gran escuela.
Has pasado del género de fantasía romántica en El aviso de los cuervos, a la comedia romántica pura en la serie Manhattan Beach, ¿ha sido algo buscado o ha surgido de manera espontánea?
Yo, al menos, cuando escribo una historia no pienso en el género, ni siquiera en la edad o el sexo de los lectores. Escribo lo que he ideado, lo que ha aparecido por mi mente y tiene cierta consistencia. A veces se trata de un sueño como Manhattan Beach, otras veces es un paisaje o un recuerdo. El aviso de los cuervos nació en Irlanda hace veinticinco años gracias a un libro que me obligó a leer el profesor. ¡Nunca se sabe de dónde puede venir la inspiración!
¿Cuales son tus autores favoritos?
¡Muchísimos! Desde Miguel Delibes a Ken Follet, desde María Dueñas a J.K. Rowling. Sería imposible nombrarlos a todos. Eso sí, me acuerdo de la primera autora que me impactó con unos diez años: Maria Gripe. Creo que gracias a ella no he parado de escribir.
Háblanos de tus proyectos más inmediatos.
Acabamos de publicar con Diëresis la tercera parte de Manhattan Beach, El año perfecto. Ahora mismo estoy finalizando la revisión de la segunda y última parte de El aviso de los cuervos y después… ¡hay muchas ideas con las que ponerse a trabajar!