Tenemos al miembro de Resistencia Literaria Jose Ramón Vera que ha publicado dos nuevos libros.
¿Cómo nació la idea de Al fin de semana se llega ya reflexionado?
Pues empezó como una gilipollez más de las miles que se me ocurren cada día en el trabajo. Hacía tiempo que no escribía y pensé que una buena forma de obligarme a escribir sería tener una especie de columna semanal en Facebook, y a partir de ahí le empecé a dar vueltas sobre cómo podía hacerlo, y decidí hablar de temas cotidianos desde mi punto de vista. Y lo que pensé que iba a durar unas semanas, al final con la tontería llevamos más de un año y medio por lo menos.
En las reflexiones, realizas una fina observación de la realidad, centrándote en un tema, para a continuación no dejar títere con cabeza en relación a ese tema. ¿Te consideras un provocador?
No, para nada. Simplemente quería poner mi punto de vista sobre las cosas, que es totalmente distinto al que suele tener el 90% de la población, ¿y qué pasa? Que como no me gusta la playa, no bebo, no me gusta salir, no me gustan las fiestas; al final parece que vaya provocando, pero qué va, para nada. No busco la provocación ni la confrontación en ningún momento de mi vida. No me gusta. Simplemente es la forma de que la gente vea que hay algo más, que no todo el mundo piensa igual que ellos.
Escribes en un tono hilarante, utilizando la hipérbole como recurso humorístico. ¿Das más importancia al humor que a la reflexión en sí misma, o es al contrario?
Hostia, pues buena pregunta, ¿eh?. No sabría decirte. En teoría, lo que buscaba era dar mi punto de vista en los temas; o sea, la reflexión más que el humor. Pero al final, como en mis novelas: la gente se ha quedado con la parte humorística y le da un poco igual de lo que hable, simplemente creo que le gusta cómo lo expreso.
Tus reflexiones han ido apareciendo publicadas semanalmente en las redes sociales, y a partir de cierto momento los textos empezaron a ir acompañados de ilustraciones de Roger Wilson. ¿Cómo surgió esa colaboración?
Pues, cuando llevaba unos meses con las reflexiones, a Roger Wilson le había llegado mi primera novela, Autocompasión de un tonto con suerte, a través de su hermana. Se la leyó y quería hacer una especie de cómic a partir de un pequeño fragmento de la novela; y me dijo de quedar para hablar del tema, y hablamos, y lo que iba a ser un rato al final fueron horas, y hablamos de colaborar de alguna forma; y salió esto, hacer un dibujito cada semana para mis reflexiones. Y la verdad es que se nos ha ido de las manos. Ahora ya son inseparables los dibujos y las reflexiones.
Tras la publicación de esta recopilación, ¿tienes previsto continuar con las reflexiones semanales con vistas a un segundo volumen a largo plazo?
La idea que nos hemos planteado tanto Sergio, el maquetador; como Roger, el ilustrador; y yo, es que si llegamos a 200 ejemplares vendidos habrá un segundo tomo. Ya los tengo porque en éste están las 33 primeras reflexiones, y ya vamos por la sesenta y pico. O sea, que ya está hecho, con los dibujos hechos. Sólo habría que recopilarlos. Pero vamos a esperar a ver si vendemos esas 200 unidades y después ya hablaremos. La idea es que sí.
Poco antes de que saliera a la luz Al fin de semana se llega ya reflexionado, habías publicado tu segunda novela: Proyecto Verne, una distopía poco convencional. ¿Qué acogida ha tenido por parte de los lectores?
La verdad es que bastante buena. Todo el mundo que me ha dado su opinión me dice que le ha gustado bastante y que incluso es mejor que la primera novela; cosa que yo dudaba bastante pero, mira, al final me van a convencer. La verdad es que me ha sorprendido la acogida porque no sabía si ese tipo de libro iba a llegar al lector, y la verdad es que estoy bastante satisfecho.
¿Dónde podemos encontrar tus libros?
En La Llagosta, en la Copistería Área, en la Peluquería Stylo y en la tienda El Hilo Rojo. También en Ábacus de Mollet del Vallès y en Lliçà d’Amunt en una tienda que se llama La Botiga, y también en Amazon.
¿Algo más que te apetezca contarle a nuestros lectores?
Pues como siempre digo, la gente debería ir a las librerías y leerse las sinopsis para comprar un libro. No debería mirar que esté de moda, o sea el autor que más venda ese año, o del que pongan 200 ejemplares en las librerías. Debería tener un poco más de personalidad a la hora de elegir los libros.