En esta ocasión nos visita Esther Teban, autora de Los pensamientos tumbados.
¿Desde cuándo escribes y qué te llevó a hacerlo?
Bueno, como escribir, empecé a los 8 ó 9 años, empecé con un proyecto literario infantil y luego seguí con las novelas. Y lo que me llevó a escribir fue mi proceso de vida, mis conflictos internos fueron los que me llevaron a escribir. Me vi en la obligación personal de ordenar todo lo que tenía dentro de mi cabeza.
¿Qué te inspira a la hora de escribir?
Si yo te dijera lo que me inspira… Lo que me ha inspirado, experiencias. Yo he tenido mis musas. Posiblemente cuando empecé con la novela estaba estructurada ya, la idea estaba marcada, pero luego sí que es verdad que me han pasado cosas entre medias del proceso, que es lo que al final me ha regalado esa intensidad, la intensidad que no si iba a suceder si no llego a vivir lo que he vivido. Soy un emocionario y todo lo expreso como lo siento. De ahí nacen mis libros, desde mi yo más intenso e interno.
¿Cuáles son tus autores favoritos?
Yo no tengo autores favoritos. Posiblemente tú mismo, todos los que me caéis bien en la viña del arte literario. Pero yo nunca en la música… A mí me gustan canciones, me gustan libros, pero yo no idolatro a nadie ni idealizo a nadie. O sea, de un cantante que me superencanta, me puede gustar una canción, pero a lo mejor hay otras canciones que no me gustan de él. Para eso he tenido siempre un conflicto, porque yo veía cómo mis amigas disfrutaban siempre de los conciertos de alguien en sí con esa euforia. Yo nunca he tenido euforia por nadie, sí por algo, por una canción; pero no porque me guste esa canción me ha hecho que sea mi cantante favorito.
Antes de la publicación de Los pensamientos tumbados, habías escrito historias infantiles. ¿Cómo consigues ponerte en la piel de un niño para saber cuáles son sus inquietudes, para así poder trabajar a partir de ese conocimiento previo?
Sencillo: Me pongo en la piel mía misma. Yo he sido niña. Entonces, he sido madre y juego con mis hijos a lo que me gustaba a mí jugar. Yo no he olvidado mi infancia, la tengo presente como si la hubiera vivido ayer mismo; entonces, en eso me baso, en los cuentos que me hubiera gustado que me contaran a mí de pequeña.
En tu libro, Los pensamientos tumbados, ¿son más importantes las sensaciones y los sentimientos que la narración de una historia en sí misma?
Sí, por supuestísimo. Es más, es el objetivo: emociones. Totalmente. La historia está, pero yo siempre lo he dicho, es la esencia. Mi libro, Los pensamientos tumbados, es la esencia. Por eso es para todos los públicos, porque al final no te habla la adolescencia, al final es un ser humano el que habla, y por supuesto es la esencia.
¿Qué importancia le otorgas a las ilustraciones que contiene el libro?
Mucha. Sobre todo también al público que quiero captar, aquí sí a la hora de escribir he pensado en lo que yo siento, en lo que nace de mí, pero sí que he pensado en el público. Si quiero captar a gente joven, que el libro es ideal para el público joven, recrear un poco la vista. He pensado no en el no lector, sino en a quien no le gusta leer mucho. El ilustrar el libro ayuda a que fluya todo mejor. Entonces al final ha sido un poco por no agobiar al que coja el libro y vea todo letras, porque a quien le gusta leer lo va a leer todo, pero he pensado en a quien no le gusta leer. Quiero invitarle a que lea.
¿Te diriges a un tipo de lector concreto, o crees que al tratar temas universales e intemporales puede ser del gusto de todo tipo de lectores?
Todo tipo de lectores. Como te he dicho antes, yo no escribo novela negra, y sin embargo me encanta, y admiro a quien escribe ese tipo de literatura. Pues creo que la mía, es como siempre digo, que un hombre puede también leer un libro de color de rosa. O sea, que al final esto no va de géneros ni de nada. Es un libro, una historia; y de eso se trata, que lo que leas te guste, como el que escucha una música. A mí no me gusta el Heavy Metal ni me gusta Metallica, pero hay canciones que me gustan. Entonces, al final yo pretendo llegar a cualquiera. De hecho, tengo público rockero que me ha comprado el libro, porque son sentimentales también. Si al final, el tema que yo toco trata de eso, de llegar al humano, independientemente de los gustos de cada cual. Es muy universal.
¿Cuál ha sido la acogida por parte del público?
Muy buena. Para los pocos medios que tenemos y lo que es en sí la literatura, que hacer ruido con ella es muy complicado, en el corto trayecto que llevo estoy supercontenta, porque al final, mi fin era transmitir desde la autenticidad, y la que es mi idea es la que está llegando; entonces algo bien estoy haciendo, cuando lo que yo quiero transmitir es lo que al final la gente está percibiendo. Y para mí eso es el éxito del libro.
Actualmente estás trabajando en un nuevo proyecto. ¿Sabes cuándo saldrá a la luz y su título?
Sí. Se titulará Noches de tinta inspirada. Bueno, el proceso, no está todo en escribirlo, luego está el montaje y todo lo demás… Las cosas de palacio van despacio. A mí me encantaría publicarlo antes del verano, pero sé que eso no se va a poder dar. Entonces, tengo el objetivo de que salga para septiembre la segunda novela.
¿Algo más que te apetezca explicar a nuestros lectores?
Sí. Que mis más bellos versos han sido escritos para él, o mejor dicho, desde él. Llámese hombre. No sólo la mujer es poesía, ellos son también fantasía. Son pensamientos tumbados y en mi libro están plasmados.