Oriol Marimón: «El cerebro necesita emocionarse para aprender»

Colaborador: Jose Ramón Vera

Nos visita Oriol Marimón Garrido, científico, divulgador y miembro de Big Van Ciencia.

¿Cómo surgio la idea de «salir por ahí a divulgar»? ¿Fue a raiz de la serie The Big Bang Theory?

597af1ea8953860001908ad4_mono_cerdo_tiendaNada que ver con la serie. Aunque hacemos un guiño con el nombre, no nacemos por la serie. Nacemos por un concurso de monólogos científicos, porque esas cosas existen (risas). El concurso se llama Famelab y se celebra en Inglaterra, pero tiene, digamos, sedes en difentes países. El ganador de cada uno de países es el que viaja a Cheltenham, ciudad donde se celebra la final internacional, y sale un ganador. Llega por primera vez a España este concurso en el año 2013. En la semifinal española nos conocemos varios científicos y científicas a los que nos gustaba mucho divulgar utilizando diferentes herramientas, entre ellas las basadas en las artes escénicas, aunque no todo el mundo estaba ahí metido; y ante la necesidad de comunicar la ciencia, decidimos crear este grupo… El grupo The Big Van Ciencia. Al principio nos llamábamos The Big Bang Theory, pero luego esto cambió, cuando la Warner Bros. amablemente, a través de uno de sus abogados, se puso en contacto con nosotros y nos dijo que nuestro nombre se parecía mucho al de una serie que ellos estaban haciendo. Pero como somos una asociación sin ánimo de lucro, esto sólo lo hacemos con la intención de que la ciencia llegue a todo el mundo, se quedó ahí. Nosotros cambiamos el nombre, el logotipo y ahora somos The Big Van Ciencia. Desde entonces nos dedicamos a comunicar la ciencia utilizando las artes. Nos conocen por nuestros espectáculos, que son: Clowntifics, que es la ciencia más payasa que es para niños de primaria y el espectáculo de monólogos científicos, que es más para secundaria. Después tenemos una versión más gamberra para público adulto y general. Pero en el año 2014 una editorial, la Esfera de los Libros, se pone en contacto con nosotros y nos comenta que cree que los monólogos que hacemos podían convertirse en un libro. Algo extraordinario en los tiempos que corren, que venga una editorial y te diga: «¿quereis escribir un libro de comunicación de la ciencia?».  No podíamos perder esa oportunidad y todo el grupo nos pusimos… Transcribimos nuestros monólogos, adaptándolos a texto escrito. Hicimos unos apartados extraordinarios con explicaciones de la ciencia que había detrás de cada uno de esos monólogos y escribimos el libro Si tú me dices gen, lo dejo todo.

Utilizais el humor como herramienta para divulgar la ciencia. ¿Es más fácil transmitir el conocimiento así?

Lo que cada vez está más científicamente demostrado es que el cerebro necesita emocionarse para aprender. Eso es algo que la neuroeducación (que es una ciencia que se está desarrollando mucho gracias a las técnicas no invasivas del estudio del cerebro) nos está diciendo, que cuando nos emocionamos es cuando aprendemos. Esto se ha utilizado siempre, pero quizás se estaban usando emociones no muy adecuadas: en la escuela siempre hemos aprendido a través del miedo. El miedo a suspender, el miedo al qué dirán mis padres, los profesores, y las emociones positivas se usaban poco. La neuroeducación nos dice que las emociones positivas hacen que los recuerdos y el aprendizaje sea más rápido y más duradero. Con lo cual ya se está empezando este cambio en la educación. Los trabajos por proyectos, las técnicas de educación no formal, usando el juego, la risa… Son mucho más eficientes que el miedo. Con lo cual están funcionando mucho mejor y nosotros aprovechamos esa línea. Creemos que una cantidad de humor equilibrada ayuda que los conceptos que nosotros estamos intentando transmitir tanto a la población como al alumnado, lleguen más eficientemente, más rápidamente y se queden más tiempo en la mente de los que nos escuchan. Y es por eso que decidimos meternos en este complejísimo arte, que es el del humor, para intentar hacer llegar la ciencia a todo el mundo.

¿Qué público responde mejor: los niños, los jóvenes, los adultos…?

Se trata de públicos muy distinto y como hemos adaptados el espectáculo para cada público, tenemos muy buenos resultados en todos los ámbitos. Si te diré que el público infantil… cuando vamos a centros educativos de primaria, con los niños, con las niñas… Ahí tienes una respuesta mucho más enérgica, gritan… Ahora, como no les guste, también te lo hacen saber, ¿eh? No tienen ningún tipo de piedad. Pero bueno, por ahora hemos tenido mucha suerte con ellos y está funcionando muy bien. Ellos gritan muchisimo. El público más difícil quizás sea el público adolescente. Son bombas de hormonas, están cargados de algo que no entienden. Todos hemos pasado por la adolescencia, entonces es fácil entender que son un público más difícil. Quizás menos expresivo, pero que también disfrutan mucho de estas actividades, porque no están acostumbrados a ir a una actividad educativa sobre ciencia y pasárselo bien. Entonces son un poco más difíciles, pero son muy agradecidos. También te diré que depende mucho del lugar donde estés actuando. Parecerá un tópico, pero los norteños de este país somos personas menos expresivas. Tu estás por el norte actuando y la gente en el patio de butacas está más seria, pero cuando acabas el espectáculo se te acercan, te dan la mano, te mira a los ojos y te dicen: «me ha encantado», «lo mejor que he visto de comunicación científica». Y dices «pues expresalo. Ríete fuerte». En cambio en el sur son más expresivos. Y donde más expresivos y más cercanos son es en América Latina. Todas nuestras giras, todas nuestras actividades por América Latina, como nos une el idioma, realmente funcionan muy bien. Son gente muy expresiva, muy amable y nos lo pasamos muy bien.

¿Hay suficiente nivel científico? ¿Cómo trabajais vuestros espectáculos para que todos lo entiendan?

597af1f28953860001908ad6_si_me_dices_gen_tiendaNosotros adaptamos nuestros espectáculos para que el nivel no sea un problema. Lo que siempre decimos en que cuando intentas transmitir algo tienes que pensar muchísimo en tu público, en quién tienes delante escuchándote. Y si no te entiende, no es culpa del público, es culpa del que está transmitiendo que no ha realizado un trabajo suficiente de adaptación de los contenidos que quería transmitir. ¿Qué culpa tiene el público de que lo que tú estás contando sea complejo o difícil? Tú tienes que hacer ese esfuerzo. Nosotros trabajamos muchísimo en eso. Nos hemos especializado y hacemos proyectos de investigación pedagógica a través de fondos de europeos y en colaboración con otros países y otras universidades de Europa y América para desarrollar esas metodologías que te permiten llegar a contenidos eficientes. Creo que en España en estos seis años ha ido creciendo las ganas que tiene la gente de saber más de ciencias. Poco a poco vamos viendo, nos vamos dando cuenta como sociedad, que si algo nos funciona para enfrentar los retos sociales que tenemos, es el desarrollo científico y tecnológico. Entonces la gente quiere saber, quiere conocer un poco más y ahí es donde las cosas están funcionando.

Teneis un libro Si venimos del mono, ¿por qué somos tan cerdos? en el que recopilais más de cien preguntas que os han hecho en vuestros espectáculos. ¿Qué pregunta os ha sorprendido más?

La verdad es que al acabar nuestros espectáculos, abrimos un turno de preguntas porque mucha gente nos decía: «es que no sois científicos. Os habeis aprendido un papel que os han escrito unos científicos y le habeis puesto humor… Porque no puede ser, los científicos no hacen estas cosas». Entonces para romper todos esos estereotipos y demostrar que sí sabemos de lo que hablamos, decidimos incluir ese turno de preguntas. La gente pregunta cosas alucinantes, pregunta de todo. En este libro, Si venimos del mono, ¿por qué somos tan cerdos? decidimos recoger las ciento siete preguntas (decidimos tener un número primo) que son realmente interesantes, porque nos han hecho mucha gracia, porque nos han supuesto un reto, porque en ese momento no la sabíamos contestar y la hemos tenido que buscar… Nos preguntan muchísimo sobre temas del espacio, todo lo que sea espacio, llama mucho. Nos preguntan todo lo que sea temas médicos, y nos preguntan mucho últimamente temas realcionados con la nueva tecnología de edición genética CRISPR para cambiar genes en individuos ya adultos. Y les interesa mucho en el plano médico, nos hacen muchas preguntas de si serviría para tratar el sindrome de Down, los distintos tipos de cancer,  las distrofias musculares o a las personas daltónicas.. Todo eso nos lo preguntan mucho.

¿En qué proyectos trabajais actualmente?

Estamos ahora mismo a la espera de que se resuelvan varias convocatorias  a nivel europeo y nacional de proyectos educativos y de investigación. Estamos un poco a la espera, realizando proyectos educativos como por ejemplo el Cuestión de ciencia, en el que estamos fomentando vocaciones científicas en los jóvenes; permitiendo que sean ellos los que hagan sus propios monólogos científicos. También llevamos la comunicación de la ciencia a otros países de Latinoamérica y este año participamos en el mes de la ciencia de Costa Rica.  En temas así más literarios estamos trabajando en un nuevo libro sobre la tabla periódica. Este año es el ciento cincuenta aniversario de la tabla periódica, el libro saldrá el año que viene, pero bueno (risas). Se ha intentado. Lo que nos gusta mucho de este libro que es una novedad muy importante para nosotros como grupo y como autores, porque dejamos un poco de lado los libros como más descriptivos como Monólogos científicos o Si venimos del mono, ¿por qué somos tan cerdos? O también, por ejemplo los libros que hemos escrito con Alfaguara, con Penguin Random House, los de Cómo explicar física cuántica con un gato zombi o Como explicar genética con un dragón mutante. Esos son unos libros que son, digamos, por capítulos. Cada capítulo te explica una cosa de cienta y sí que hay unos personajes y tal, sobre todo en estos dos de Alfaguara, pero no son novelados. El nuevo libro, en el que vamos a hablar de la tabla periódica, sí que hacemos el salto a la novela de acción, a la novela de superhéroes. Mezclamos la ficción absoluta de los superhéroes con la ciencia, con la realidad, y contamos cosas interesantes sobre la tabla periódica, pero también otra ciencia que va siendo necesaria para ir resolviendo los misterios, las dudas, los problemas a las que se van a ir enfrentando los personajes de este nuevo libro. Tenemos un supervillano que es Elementum que se está dedicando a robar los elementos del mundo y a medida que los va robando va adquiriendo diferentes superpoderes, con esos elementos que va robando… Y un grupo de chicos y chicas, que están en la universidad, que están haciendo sus carreras científicas, descubren el pastel y tienen que salvar a la humanidad. O sea al más puro estilo Marvel estamos intentando llevar la ciencia y la tecnología, en libro, pero en un nuevo formato que no habíamos hecho hasta ahora y nos da mucha alegría. Es novela, no estará ilustrada… Alguna ilustración habrá, pero es novela juvenil, dirigida principalmente a los adolescentes, pero esperemos que a los adultos también les guste.