Juan Carlos Ridao: «Si tu no te crees lo que vendes, es imposible que los demás lo hagan»


Hoy presentamos en nuestra entrevista del miércoles  a Juan Carlos Ridao, autor de Entusiasmo.

¿En qué momento un profesional de las artes gráficas decide dejarlo todo y «dar el salto»?

Para mí, el salto lo di ya cuando hace dos años empecé a replantearme qué estaba haciendo con mi vida. Sentía que algo no iba bien pero pensé que dejarlo todo era una locura. De todas maneras yo siempre que me hago preguntas, las respuestas me acaban llegando, en este caso gracias al libro de Lain García Calvo y fue esto lo que me dio el empujón. Me vi reflejado en muchas cosas y decidí cambiar. Me lo puse por escrito: dejar el trabajo de 15 años y alquilar el piso de la montaña para irme a la playa. Empiezo mi día siempre en el mar y eso me da energía. Vivo cada vez más el día a día. Hice el camino de Santiago y me conectó mucho con el ahora. Allí los problemas que tenía desaparecieron de mi cabeza. Me pasaba todo el dia caminando, conociendo gente de todo el mundo. Es una experiencia que recomiendo. Quería un chute de vida, me estaba anestesiando ya. Llevaba tres o cuatro años que me decía: «aquí pasa algo». Me di cuenta que le ponía dos parches a la realidad, a veces me excedía con el alcohol y con el tema sexual. Era consciente pero no ponía remedio, eran mi forma de escapar de esa realidad. También me ha ayudado mucho la experiencia con el Cotolengo, con los discapacitados. En el libro hablo de ellos porque los conocí hace algunos años. Este sitio me puso los pies en el suelo. Interactuar con estos niños, que te miran y sonríen, es un chute de vida. Voy una vez a la semana, más o menos, y me alimenta como el comer. Salgo de allí con las pilas bien cargadas de energía. A veces hay que hacer un cambio radical. Si algo quiere la vida es sacar lo mejor de nosotros, y es cuando realmente somos felices. Hay gente que hace cambios importantes y te das cuenta que hay que dejarse guiar por el corazón, que es donde está la verdad y lo que te lleva a ser feliz, que es lo que en el fondo buscamos todos.

Tú no has hecho ese cambio, sino que has decidido escribirlo ¿En qué momento decides plasmar en papel todas esas vivencias?

Yo no lo tenía en mente. Fue en una mentoría con Lain García Calvo donde surgió la idea. Me dijo: «Juan Carlos, piensa que todos tenemos cosas que contar y es cuando te ves reflejado en algo cuando damos ese paso para cambiar». A él le pasó con otros libros, a mí me pasó. Estuve pensando, no lo descarté y lo escribí en sucio y Carmen Sales, de la Garriga, me asesoró a la hora de darle forma. De ahí vino… y como creo en la magia de la vida creo que esta misma me decía que adelante, que hiciera camino. Con los ojos abiertos y con entusiasmo. Lo que no había hecho en 37 años lo he hecho en año y medio. Ahora cuando mi corazón me pide cambio, para allí voy.

¿Esos cambios te los dicta el corazón?

Sí. Yo ya siento las energías. Pienso ¿para dónde tiro? Y me van llegando las respuestas, ya sea por libros, intuición, diálogos con la gente. Todo lo que hago es buscando mi propia felicidad, como si a un niño le dejaran tomar sus propias decisiones. Con entusiasmo. La madre Teresa de Calcuta ya lo decía, los más sabios son los niños. Un chaval no piensa que se ha equivocado al hacer algo. Si tú lo dejas, si no le metes tus miedos o preocupaciones, sigue intentándolo hasta que consigue lo que quiere. Cuando haces todo lo que te hace feliz, todo lo que te dicta el corazón, te cambia todo, hasta en lo físico. Te ven más joven, más radiante. Un corazón contento hace un rostro contento.

¿Qué piensa la gente que te rodea de esta forma de actuar?

Piensan que estoy loco. Mis padres lo vivieron como un drama. Mi hermano y la gente que me conoce y me quiere no entendían que dejara el trabajo después de 15 años. Ahora mientras me digan que estoy loco sé que voy por buen camino.

¿Cuál es tu objetivo a la hora de escribir Entusiasmo?

Transmitir el mensaje. Me gusta porque la gente contacta conmigo y veo que puedo aportarles cosas. A mí los libros siempre me han aportado y si con mi experiencia puedo llegar a x número de personas y, de estas, hay unas pocas a las que puedo ayudar en su vida o a contribuir en su camino, pues yo encantado. Y está muy bien la teoría, en el libro hay bastante, pero yo siempre les digo que lo pongan en práctica y entonces es cuando le ves la magia.

¿Qué crees que tiene que cambiar en la cabeza de la gente para cambiar el chip y hacer como tú?

Sobretodo conectar con la esencia. Ser sinceros con nosotros mismos. Decir:  ¿qué quiero yo realmente? Y si te sale tirar por un camino en concreto, ser sincero y valiente y tirar por ahí. Poner esa energía del corazón a tu servicio. Yo cuando decidí dejar el trabajo y me quedaban pocas semanas para hacerlo, sentí paz instantánea. El corazón por delante y la cabeza por detrás, alineados, pero que esta última vaya a favor del corazón. Hay que ir alimentando las raíces, lo que no se ve, y tomando acción día a día, disfrutando el momento y el proceso. Hay que tratar de crecer siempre y sacar lo mejor de cada uno. Como te estanques, malo. Somos el 80% de agua y si nos estancamos, nos pudrimos.

¿Y ahora qué? ¿Cuál es el siguiente proyecto?

Voy a escribir otro libro, sé que lo haré. ¿Cuándo? No lo sé porque cada vez vivo más el ahora, pero el segundo saldrá. Será un libro por el estilo, con cosas que estoy aprendiendo en este camino, las experiencias que estoy viviendo. Hay mucha gente incluso que me he dicho que haga un libro de cómo vender libros. Hay personas que escriben muy bien pero no llegan a más lectores porque no saben vender eso que escriben. Está claro que el boca a boca es muy importante, pero cuando no tienes un nombre es muy importante saber darte a conocer a ti o tu producto, sea un libro o sea cualquier otra cosa. Hay que ser un comercial y al primero que hay que vendérselo es a uno mismo. Si tu no te crees lo que vendes es imposible que los demás lo hagan. A la gente le tiene que llegar algo para que te lo compre y yo soy consciente que les llega mi emoción, mi entusiasmo.