Mayte Esteban: «Recuperaremos la normalidad y nuestra manera de relacionarnos, pero va a pasar tiempo»


Recibimos la visita de Mayte Esteban autora de novela romántica, ganadora del premio Rincón de la Novela Romántica con Detrás del cristal. Hoy nos presenta La Colina del Almendro

¿De dónde te viene la pasión por escribir?

Desde que tengo recuerdos. Cuando leía una novela —las empecé a leer muy pronto—, para mí no se acababa cuando cerraba la última página. Durante algunos días, la historia la continuaba en mi mente. Un día, a los diez años, me senté y empecé a escribir mi primera novela. Era un relato muy largo para una niña tan pequeña, no recuerdo muy bien si estaba bien o mal porque lo destruí, pero lo que sí sé es que encendió una pasión que aún continúa en mí.

La autopublicación, las redes sociales, en definitiva, las nuevas tecnologías, ¿ayudan o perjudican a los autores? ¿Cuál es tu opinión?

top novel 254 cub cambio tituloEn mi caso empecé autopublicándome, creo que me ha beneficiado. Sin ese paso creo que jamás se me hubiera ocurrido ni siquiera intentarlo. Ese camino previo hizo que una editorial se fijara en mi trabajo y desde ahí accedí al mundo editorial. En estos momentos tengo novelas de las dos maneras: autoeditadas y con editorial. Cada uno de los formatos tiene ventajas y desventajas, pero combinarlos tiene una, y es que la autoedición se está concentrando en una página de internet en la que hay millones de lectores a los que es imposible llegar a través de la edición tradicional. Es muy posible que un autor que se mantenga en ambas sea capaz de acceder a mucha más gente en la calle si tiene una vía abierta con esos otros lectores. Sin las redes sociales, evidentemente nunca hubiera llegado a lectores y mi aventura de autoedición se hubiera quedado en una estantería de casa. Creo que toda esta revolución de estos primeros años del siglo XXI está ayudando a los autores a darse a conocer, aunque también está poniéndonos en la tesitura de “vendernos” como personajes y eso es agotador. Pero es lo que nos ha tocado y creo también que es un ejercicio de imaginación.

El género romántico es tratado a menudo de manera bastante injusta, ¿cómo crees que se podría cambiar eso?

Sinceramente, no lo sé. Es verdad que hay historias que no ayudan nada a defenderlo porque se quedan en lo superficial, pero también es cierto que en los últimos años han surgido autoras, muchas de ellas que publican en castellano y en HQÑ, que está haciendo un trabajo fantástico, que están dotando a sus tramas de un fondo interesante y que si se les da una oportunidad convencen, pero cuesta muchísimo sacudirse ese prejuicio. Y dejarse ver, porque no hay que olvidar que es uno de los géneros que más venden y donde hay más autores. Con La colina del almendro (Top Novel) he comprobado que cuanto los lectores se deshacen de prejuicios, en cuanto me han dejan ponerla en las manos de escépticos del género, la novela acaba conquistándolos. Quizá porque no todo es la relación de los personajes, siempre hay un tema o varios en torno a los que pivota la historia. Es cierto que en romántica anticipamos el final, pero en otros géneros también (no creo que un lector de policiaca superase que no se resolviera de manera satisfactoria el misterio sin tirar el libro por la ventana).

Ganadora del Certamen de Cuentos y Narraciones Breves Ciudad de Cantalejo con El reflejo, y del premio RNR con Detrás del cristal, finalista en el III certamen internacional de novela HQÑ… ¿qué han significado los premios en tu carrera?

BRIANDADEFINITIVADEFINITIVACuriosamente, el más importante es el primero. Sin él, nada habría sucedido. Ese premio tenía una dotación económica que intenté gastar en un viaje a Roma, pero por aquel entonces había una serie de circunstancias que me impidieron hacerlo. Quise entonces comprar un lector electrónico, pero eran tan caros que pensé —y llevaba razón—, que mejor debía esperar a que bajaran un poco de precio. El caso es que, dando vueltas por internet, tropecé con una página donde se podía autoeditar y fue en lo que empleé ese dinero del premio. Cuatro ejemplares nada más, los justos para mí y para las personas importantes que me rodean, de una historia que también era muy personal, La arena del reloj. La reacción de la gente a lo que había escrito —no tengo agente literario, pero tengo una madre que no puede evitar contar estas cosas y prestó su libro—, consiguió que valorase seriamente seguir adelante. El RNR fue una inyección de energía que necesitaba y emocionalmente me vino bien, pero el que logró que me quedase fue el HQÑ, con el que empecé a trabajar con Harlequin. Creo que encontrarme con el equipo de esta editorial ha sido un hallazgo afortunado.

Para situar tu última novela, La colina del almendro, has elegido una época de muchos contrastes, el principio del siglo XX, ¿qué te ha atraído de esos años?

Precisamente por el cambio de siglo que supone 1914, el estallido de la guerra, la lucha sufragista por el derecho a voto… y por las similitudes con muchas cosas que estábamos viviendo, con los nacionalismos renacidos. Se me ocurrió que era una buena manera de situar una novela y de hablar de temas que nos afectan como personas, pero que siempre están ligados a los acontecimientos históricos. Lo envuelvo en una historia de amor, pero no está tan en primer plano como en otras novelas románticas. No es la motivación principal que hace que se mueva, sino simplemente supervivencia que se acaba convirtiendo en superación.

Durante estos días has publicado Doce horas, en la que cuentas varias historias relacionadas con el confinamiento, ¿cómo crees que nos afectará en el futuro?

Han pasado solo unas semanas y el final es demasiado optimista, pero creo que íbamos por la tercera semana de encierro cuando lo escribí. Quiero creer que, como pasó con la gripe del 18, que también investigué para La colina del almendro, aunque decidí no integrarla en el argumento, pasará. Recuperaremos la normalidad y nuestra manera de relacionarnos, pero va a pasar tiempo. Vamos a pasar muchos meses adaptándonos a luchar a diario con un enemigo invisible, pero me gustaría pedirle a la gente que no se conforme, que si usamos la mascarilla, nos lavamos las manos, nos mantenemos a distancia, cumplimos en definitiva con lo sensato, también debemos pedir a los políticos y los periodistas responsabilidad con las palabras. Que dejen de usar términos como “nueva normalidad” porque esto no es normal ni debe serlo, debe ser algo transitorio. Que no digan “inmunidad de rebaño” porque se llama inmunidad de grupo y no somos ovejas, sino personas. Y que dejen de pelearse como siempre, que estamos hartos de ellos, que estén al nivel que la mayoría de la gente (menos los que no han hecho deporte en la vida y ahora se lanzan como locos para salir a la calle) que se está implicando para salir adelante.

¿A cuál de tus personajes le tienes más cariño?

Llevo un rato pensando… es que hay muchos. Mis novelas tienen muchísimos personajes y los cuido a todos. No solo los protagonistas, sino también los de apoyo, esos que en otras novelas casi no se desarrollan, en las mías laten. Abigail, la cocinera de La colina del almendro… Luisa, la camarera del hotel de La chica de las fotos… Los niños de mis novelas, que son muy expresivos… Entre los protagonistas, creo que el personaje más fuerte es Mary Davenport, de La colina del almendro y la que tiene más debilidades es Paula, la protagonista de Entre puntos suspensivos. Ambas, como personajes, son opuestas pero redondas.

¿Algún proyecto nuevo en mente?

Hay una novela para después del verano con HarperCollins Ibérica, de la que no te puedo decir el título, porque todavía es un misterio, pero te puedo adelantar que no es romántica —aunque sigo contando una pequeña historia de amor entre dos personajes—, y que me tiene emocionada. Creo que está programada para septiembre. En mente hay dos o tres novelas por revisar, que están reposando, y muchas ganas de que acabe el confinamiento y me devuelvan mi espacio en casa para ponerme a escribir. Se nos ha alterado la rutina a todos.

¿Quieres compartir algo más con los lectores?

Estos días he vuelto a colgar en Amazon dos novelas que tenía de fantasía histórica y que retiré hace unos años para centrar más mi producción en romántica. Las he reunido en una sola bajo el título de Brianda, una bruja en tiempos de la Inquisición y os invito a descubrirla porque está ambientada en la España del Siglo de Oro, una época fascinante.