Traemos hasta nuestro espacio de entrevistas a Jesús Sánchez Adalid para que nos hable de su última novela Las armas de la luz, con la que cierra la trilogía basada en el mismo período histórico, que comenzó con El Mozárabe.
La novela Las armas de la luz describe un hecho poco conocido: el saqueo de la ciudad de Córdoba por parte de los condes catalanes…
En efecto, un acontecimiento histórico impresionante, pero inexplicablemente desconocido. Encontré el dato casi por casualidad… Hay historias que pareciera que estaban esperando el momento presente para ser escritas. Todo empezó durante la investigación de una novela anterior, cuando en las crónicas islámicas apareció un dato muy significativo que era totalmente desconocido para mí: los catalanes saquearon Córdoba en los inicios del siglo XI, cuando todavía el califato estaba en plena vigencia. Aquello ocurrió justo después de la muerte de Almanzor, y como una venganza bien planeada. Porque Almanzor antes, en el año 985, había saqueado y destruido a su vez Barcelona, llevándose a Córdoba toda su riqueza y millares de cautivos. Los condes catalanes nunca olvidaron aquello, como tampoco el hecho de que los francos no hubiesen acudido para socorrerlos. A partir de entonces, decidieron independizarse de la monarquía franca e iniciar su propia andadura, a pesar de la gran amenaza que suponían los musulmanes. La ocasión de la venganza llegó cuando el califato se vio envuelto en una guerra civil. Los catalanes reunieron un gran ejército y descendieron hasta Córdoba, que todavía seguía siendo la ciudad más rica y esplendorosa de Occidente. A final de la primavera del año 1010, las huestes de los condes catalanes llegaron a las proximidades de Córdoba. El 2 de junio hubo un violento combate en el lugar conocido como Akabat al-Bakr (hoy castillo del Vacar), donde perdieron la vida relevantes magnates cristianos: el conde Armengol de Urgel, Aecio, obispo de Barcelona, el abad Odón, obispo de Gerona, y otros muchos nobles y clérigos. También fue herido de gravedad el obispo Sala de Urgel, que murió por el camino de regreso a la Marca. A pesar de estas importantes bajas, los ejércitos de los condes no tuvieron demasiada dificultad para derrotar a las tropas del efímero califa Sulaíman, que se apresuró a huir hacia el sur. Los vencedores, con el conde Ramón Borrell a la cabeza, entraron en la capital del califato y la saquearon durante tres días, haciéndose con cuanto oro permanecía escondido, que era mucho, a pesar de los saqueos precedentes. La expedición a Córdoba comportó para los catalanes la obtención de importantes beneficios por parte de los supervivientes, que supuso un notable progreso económico para los condados. Las huestes regresaron a Cataluña inmensamente ricas, gracias al botín obtenido en los saqueos y tras recibir sus desproporcionadas soldadas. El gran tesoro que portaban consigo contribuyó a mejorar la situación en sus regiones, influyendo en su posterior devenir político y social.
El proceso de investigación para una novela como esta ha de ser complejo, ¿ha tenido acceso a fuentes originales? ¿cómo ha sido?
Hoy día Resulta incontestable el hecho de que al-Andalus cuenta con uno de los mejores conjuntos de evidencias históricas y documentos producidos en el seno de una sociedad alto medieval. En esta época en la que transcurre Las armas de la luz, ha sido determinante en la investigación la crónica de Ibn Hayyân, titulada al-Muqtabis. Y el cronista al-`Udrî da importantes datos con respecto a La Marca Superior. Pero también tuve que emprender un viaje de investigación para recorrer los archivos y visitar ciudades, castillos, monasterios, paisajes…
En la novela sobresale la figura del abad Oliva.
Es un personaje sumamente interesante. Según el historiador José Enrique Ruiz-Domènec (El abad Oliba: un hombre de paz en tiempos de guerra) «Oliba reflexionó, poco antes de cumplir los veinte años, teniendo presente el gesto de su padre, emprendiendo una suerte de exilio voluntario como protesta a la política de la guerra contra el Islam promovida por los condes. ¿Se podía recomponer el camino de la paz? ¿Era posible todavía un acuerdo diplomático con Almanzor, restaurando el eficaz sistema de alianzas del siglo X? Oliba no es un monje apocalíptico como otros monjes de sus tierras en aquellos tiempos de guerras y grandes conflictos, sino más bien un promotor de la cultura escrita, en la línea de su tío Miró Bonfill, obispo de Girona y conde de Besalú, uno de los amigos catalanes de Gerberto de Aurillac, el futuro Papa Silvestre II». En este sentido, el pacífico abad no propugna una visión tremendista de su mundo, como por entonces se divulgaba a través de las copias del Apocalipsis de Beato de Liébana realizadas, por ejemplo, en Girona (975) y Seu de Urgell (1002), sino que aboga por una actitud contenida y esperanzada ante el ritmo de la historia y los signos de los tiempos.
También como personaje femenino, llama la atención la figura de Riquilda que, por ser mujer y en aquella época, lo tiene difícil a la hora de elegir un camino propio.
El personaje surque precisamente porque me admiró comprobar que hubo mujeres en aquella época (no una sola, sino bastantes) que estaban asociadas a los varones en el gobierno, la administración y la cultura. Baste nombrar a Ermesenda de Carcasona o a la condesa Ermengarda de Vallespir. Riquilda representa en Las armas de la luz la autonomía de la conciencia, la libertad y la búsqueda del propio itinerario vital. Algo que era difícil para una mujer por entonces, pero no imposible.
Por supuesto, en su obra destaca asimismo la ciudad de Córdoba, ¿le fascina especialmente?
Córdoba es una maravilla en todos los sentidos. Para la imaginación de un escritor, un verdadero regalo. En torno a esa ciudad tan singular giran acontecimientos evocadores, personajes, circunstancias… Fue la ciudad más esplendorosa y rica de Occidente al final del siglo X, en pleno califato. Después entra en decadencia, pero incluso ese hundimiento es hermoso… Hasta los desastres y el fin de una era tienen su propio encanto, con sugestivos poetas y personajes apasionantes…
¿Es la Edad Media una época que le atrae más que otras?
Tengo varias novelas escritas tomando como base la Edad Media. Aunque no todas se desenvuelven en ese periodo. También me siento muy cómodo en los siglos XVI y XVII. Pero no estoy de acuerdo en absoluto con esa visión de la Edad Media como un periodo de oscuridad. Esa idea ha surgido del desconocimiento, del tópico propiciado por el cine y por cierta literatura romántica poco sustentada en la documentación histórica. La Edad Media es un periodo muy interesante. Ciertamente, con sus luces y sus sombras; como cualquier otro periodo humano. Pero de ninguna manera considero que deba ser despreciado ese tiempo y relegado. Nos aportó muchas cosas: entre otras, las maravillas del románico y el gótico y una evolución del pensamiento que es el puente con la antigüedad clásica.
¿Valoramos en España suficientemente nuestra historia? Es de las más ricas y variadas del mundo.
Durante décadas la historia parecía pertenecer solamente a un reducido y exclusivo grupo de eruditos. Pero eso ha ido cambiando con el tiempo. Cada vez valoramos más nuestra historia. Si bien, hay todavía quien se empeña en juzgarla con criterios anacrónicos o incluso falsearla.
Los españoles hemos empezado a disfrutar con nuestra historia. El turismo de interior ha crecido mucho en los últimos años. Los españoles visitan los barrios antiguos de las ciudades, los edificios históricos, los centros de interpretación, los yacimientos arqueológicos y los muchos museos que hay por toda la geografía patria. Afortunadamente, también contamos hoy con una buena novela histórica en España. Esta era una asignatura pendiente de nuestra literatura; puesto que, anteriormente, todo lo que se publicaba en el género era traducido (Noah Gordon, Mary Renault, Mika Waltari, Vintila Horia, Robert Graves, Frank Baer…). Necesitábamos nuestros propios autores, porque la historia de España es muy rica como fuente de inspiración.
Ha participado en el proyecto de la universidad de Granada para incentivar el interés de los universitarios por la historia mediante la lectura de novela histórica de calidad, ¿cree que resulta de utilidad este tipo de iniciativas?
La universidad de Granada ha sido, en efecto, pionera en ese campo. Hay un proyecto serio y muy bien organizado, dirigido por el profesor Andrés Palma Valenzuela, con el sugestivo título La novela histórica como recurso didáctico aplicado a los procesos de enseñanza y aprendizaje de las áreas de Didáctica de las Ciencias Sociales y Economía. He participado en estos cursos, que me parecen una iniciativa absolutamente novedosa y de una utilidad indiscutible.
¿Está trabajando ya en algún nuevo proyecto?
Sí. Tengo varias ideas en mente… Debo madurarlas y avanzar en la investigación. Todavía es pronto para adelantar algo…