Nos visita Ezekiel Montes para hablarnos de su primera película como director (también es el guionista y productor), Hombre Muerto no Sabe Vivir, que fue seleccionada para participar en la sección oficial del 24 Festival de Cine de Málaga. Se estrena en cines el 2 de julio.
¿Cómo valoras tu participación en el Festival de Málaga?
Muy contento de la acogida del público, de la acogida de la prensa y sobre todo muy feliz de que el Festival decidiera incluirnos en la sección oficial, en la competición. Es muy dificil entrar porque todas las películas del mundo en habla hispana quieren estar ahí -para mí es el mejor festival del mundo en habla hispana- y el que hayamos podido entrar en competición nos llena de orgullo y nos pone en el lugar de que alguién más aparte de nosotros diga que esta película hay que verla.
Es tu primera película como director, ¿como ha sido poner en marcha este proyecto?
La mayor complicación de esta película era hacerla en el tono en que yo quería hacerla. He encontrado muchos «no» en todo el proceso. Primero cuando decía que quería hacer esta película con este reparto, en muchos sitios me decían que no y cuando decía que quería hacer una película de cine negro, seca, dura… con ese nivel de crudeza que tiene, también me decían que no. Me decían que eso no les funcionaba, que les funcionaba otro tipo de cine. Y yo en el camino no me rendí, seguí luchando por esa película, por hacerla como yo creía que tenía que hacerla. Hablé con los actores y Orange TV apostó por la película, Filmax apostó por la película y junto con mi productora, apostamos por la película. Con eso y el compromiso de los actores de hacer este guión del que estaban todos enamorados, tiramos para adelante. Ha sido un proceso bastante complicado porque la primera dificultad que tenía la película era hacerla en ese tono.
Era el tono que exigía la historia…
Totalmente. Eso era lo que estaba defendiendo yo en todos los despachos. Yo decía que si una comedia tiene que hacerte reír, una película de terror te tiene que dar miedo, una película de cine negro tiene que ser en este tono… Y tenemos mil ejemplos, que yo no estoy inventando nada. Ves Casino, o Uno de los nuestros, o cualquiera de Scorsese o de cine negro americana y están en el tono que tienen que estar. Pero aquí en España evidentemente nos guiamos por otro tipo de cine por el que la empresa privada que hay en el país quiere apostar y lógicamente está en todo su derecho, y además lo hacen muy bien y les va muy bien; y mi película no encajaba en esa línea de producción que tienen ellos y por eso me ha costado mucho levantarla. Una vez que conseguimos el presupuesto y los recursos para hacerla, es una película supercompleja de hacer. Es una película de acción con muchos actores, todos ellos con mucha experiencia y muy buenos, mezclados con gente de la calle que era la primera vez que se ponían delante de una cámara.
¿Cómo ha sido esta mezcla?
Ha sido un disfrute, la verdad, porque todos hicimos una familia. Allí no mirábamos quién llevaba cincuenta películas, quién llevaba tres o veinte. Mirábamos qué teníamos que hacer. Había un trabajo actoral de gente como Antonio Dechent, Elena Martínez, Rubén Ochandiano, que son gente con experiencia, y después había un trabajo de calle y a lo mejor se te acercaba un charro y te decía: «pues yo lo veo así», y acabábamos haciendo lo que decía este porque te acercaba más a la realidad; porque yo he crecido en esos barrios, me he criado con ellos y por eso les decía a los actores: «aquí hacemos lo que diga mi colega, porque lo que está diciendo es la verdad». Y te hablo de cosas sencillas como la distancia a la que tienen que estar los actores o la forma en la que tienen que mirarse. A veces por más que haya un trabajo actoral ahí, pero si no han recorrido esos rincones… Gente como por ejemplo Antonio Dechent, Elena Martínez o Jesús Castro sí los han recorrido en su vida personal y han estado en esos barrios, pero quien no lo ha hecho no lo reconoce. Y ahí todos hemos hecho una piña y todos hemos querido sacar la mejor versión del guión.
Has escrito una historia de corrupción totalmente realista.
Mira que dentro de este mundo es donde yo encuentro casi los mejores valores de la sociedad: la lealtad, el honor, el apretarse la mano y llegar a un acuerdo, el no darse puñaladas por la espalda… Fíjate que cosa más contradictoria. Mantener la palabra no se suele hacer. Y que la sociedad lo está perdiendo. A mí me parecía un conflicto maravilloso para contarlo en mi primera película. Me parecía muy bonito el contar la historia de esta generación de cincuenta y tantos largos, sesenta, setenta…que se están yendo despacio de este mundo y con ellos se están yendo los valores, porque las nuevas generaciones no saben el significado de esa palabra. Y todo eso viene muy ligado a donde me he criado, yo recuerdo de pequeño en mi barrio que la lealtad era lo primero, que nos cuidábamos unos a otros. A mí me han partido la cara muchas veces por defender a amigos y a amigos se las han partido por defenderme a mí. Algunos periodistas me han preguntado: «Pero, ¿esto es porque era Málaga?». Y yo les decía: «No, esto era el país entero». En los ochenta entró la droga, en los noventa tenías a los yonkis robando bolsos para pagarse la droga y en el 2000 estaban ya los hijos de los yonkis estos…Era todo tremendo como se relacionaba la gente, que iban con las motos, todo el mundo estaba en la calle, porque entonces ni Internet ni nada, todo el mundo estaba en la calle… Y si pasabas y no mirabas bien o no saludabas, te buscaban la bronca. Toda aquella época es la que refleja la película. Y después llegó la época en que había peones de albañil cobrando cinco mil euros y con BMW y gastando un montón de pasta… Y yo que ni trabajé en la obra, ni me metía droga, ni bebía, ni fumaba porque yo estaba jugando al fútbol con mis amigos, pensaba: «esto va a pegar una que no veas, esto no puede continuar». Yo no es que previera la crisis del ladrillo, pero tú veías y decías: «esto no puede ser». Para mí la película es: «y estos tíos, veinte años después, ¿qué están haciendo». Esa es la película: mafisos en crisis.
Antonio Dechent ha dicho que sobre ella que «es una película con violencia, pero al mismo tiempo es una película de personajes».
Sí, porque todas las acciones que hacen los personajes en la película están basados en su propia historia. Todas son consecuencia a actos. Estamos hablando de un submundo donde viven ellos en que las consecuencias son muy altas, naturalmente, pero que todo lo que hacen lo hacen por un motivo. Desde su punto de vista pueden pensar que su comportamiento es profesional, o que sus ambiciones van más allá y tienen que quitar de enmedio a los que están entorpeciendo sus ambiciones. En mitad de todo eso, como tú como espectador estás que todo lo que están haciendo los personajes tiene sentido y si te pones a revisar tranquilamente, si te pones a mirar todas las historias de todos los personajes que aparecen en la película, todas tienen un inicio, un desarrollo, una evolución y una conclusión. Y eso como bien dice Antonio -él lo sabe porque ha hecho muchas películas-, es complicado de encontrar. Cuando se paran y se miran dos actores o cuando Antonio y Elena se paran y se miran, el espectador comprende por todo lo que ha pasado el personaje de Aitana y de donde viene, y todo lo que tiene el personaje de Antonio por detrás y de donde viene. Por eso es una película de personajes más allá de la capa que tiene de acción, thriller.
¿Como ha sido tu primera experiencia como director?
Yo tengo unos valores altos y miro muy claro a los ojos y miro muy claro de frente. Cuando en las reuniones previas yo iba con el guión, ahí estábamos ya marcando que la película se iba a hacer bajo mi visión. Y ese ha sido el encanto de la película, lo que ha hecho que a gente como Paco Tous o Antonio Dechent les haya llamado la atención. Eso es lo bonito de esto, que nos estamos juntando aquí una serie de personas para hacer la visión de alguien. Eso a ellos les ha evocado el cine antiguo, cuando reconocías quién ha hecho la película. Aquí está Ezequiel Montes y esta es la visión por la que estoy apostando. Y me preguntaban: «¿este guión te lo van a dejar hacer?». Y yo les contestaba: «Sí, es que depende de ti y de mi». Vamos a hacer esto porque es lo que queremos contar. Entonces al llegar al set lo que me he encontrado ha sido compañeros súper generosos, entregados a la película. Hemos hecho una familia increíble, dos años después de finalizar el proceso seguimos cenando juntos, saliendo juntos… En el Festival de Málaga estuvimos juntos todo el tiempo… nos seguimos apoyando. La banda que se monta en la película, es la que hemos montado el equipo técnico y el equipo artístico. Ha sido muy bonito. Después, yo soy consciente de ello, es mi primera película y me habré equivocado mil veces, pero si me he equivocado, he tenido compañeros al lado que me han ayudado a salir de la equivocación. Para mí siempre es un trabajo de diálogo. Hasta la secuencias de montaje las he testeado con mucha gente, pero no es una película colectiva. La película la he hecho yo, aunque he aceptado las sugerencias que la mejoraran.
No quería dejar de preguntarte por los estudios que tenéis en el Viso.
La noticia salta en prensa y se hace viral, pero ya los teníamos abiertos. Ahora mismo tenemos unos estudios de 350 m2 y le comenté a un colega que el año que viene lo vamos a ampliar a seiscientos metros. Y salta a la prensa y todo el mundo se vuelve loco… Aunque la noticia será que a lo mejor no son seiscientos metros, a lo mejor son mil. Estamos esperando un poco a ver las necesidades de produccion del año que viene, porque como nos vamos a meter con series también… Málaga está en un punto que se puede convertir en un referente nacional por muchos motivos. Más allá del Festival de Málaga hace una labor increible para que la industria se desarrolle; es que Málaga como ciudad está también increíble, con una oferta cultural espectacular. A nivel logístico tienes el aeropuerto internacional, tienes el AVE, los mejores hoteles, las playas… Tiene una estructura increible para montar una sede de producción de películas. Para mí lo importante es que las películas de produzcan desde Málaga para el mundo, no que el mundo venga a rodar a Málaga. Porque si el mundo viene a rodar a Málaga, lo que se convierte es en una empresa de servicios.. Yo lo que abogo es porque los productores de Málaga podamos producir desde aquí para el mundo, porque así podemos decidir. Es muy diferente que TVE venga a rodar a Málaga con una productora de Madrid, a que una productora malagueña haga una serie y se la venda a TVE, porque el dinero de eso lo va a volver a revertir en la industria de Málaga. Eso es un debate enorme y estoy trabajando lo que puedo y pensando de que cada paso sea un poquito más grande. Málaga está llena de talento.
Parece que algo se mueve de verdad.
Hay una cosa buena que es con la llegada de las plataforma se amplía a quíén puedes vender. La figura del productor está cogiendo cada vez más importancia, y a la vez está desapareciendo más, porque ya no oyes «esta es una película de Gracia Querejeta», oyes «esta es una película de Neflix», como si todo fuera lo mismo y no es. Cada vez los productores independientes tienen que hacer más esfuerzos, pero al final tiene más gente a quien vender. Creo que en los dos o tres próximos años Málaga se va a posicionar en un lugar muy interesante.