Montse González: «Cuando las palabras se dejan encontrar resulta maravilloso»


Entrevista a Montse González De Diego en la que presenta su nueva novela Vienes por un camino que mi memoria sabe.

Después de tu primera novela La tercera Sala, nos sorprendes con una prosa poética muy personal. ¿Qué se va a encontrar el lector entre las páginas de Vienes por un camino que mi memoria sabe?

Este libro, a diferencia del anterior, no es una novela de ficción, sino unas memorias. Como bien comentas están escritas en prosa poética y recogen algunas vivencias personales del pasado y otras más generales, comunes a muchos de nosotros, a quienes hemos vivido un tiempo histórico en particular. El espacio, como puede ser el de un barrio de la periferia barcelonesa o de un pueblo pequeño de Burgos o de la costa catalana, cobra relevancia, pero también otros espacios más personales e íntimos. El lector encontrará, en la vida de la protagonista y narradora, una mirada reflexiva, a veces crítica, y una forma de relatar propia.

¿Tan joven y ya publicando unas memorias?

2022-12-10 Definitiva Cubierta Vienes por un camino (JPG Frontal)Me hace gracia que lo comentes, es una pregunta que me causa sorpresa siempre que me la hacen. La verdad es que nunca me planteé si era propio de mi edad o si debía esperar más tiempo para escribir unas memorias. Escribir unas memorias, más bien, lo relaciono al hecho de detenerse, de mirar hacia atrás en un momento de la vida y en un acto de reflexión. Desde luego, la edad, alejarse de los hechos en el tiempo, podría ser un lugar muy adecuado para escribir desde el recuerdo, pero existen otras formas de distanciamiento como, en mi caso, el espacio físico, un cambio de provincia, concretamente, que me llevó a buscar las conexiones entre el pasado y el presente que estaba viviendo, para comprender cada uno de los elementos implicados en la decisión de mudarme y en el giro que tomaba mi vida. Supongo que por eso dividí la obra en cuatro paisajes, por la importancia del espacio en el libro y en esa decisión de escribirlo de la que hablo.

¿Es difícil escribir sobre uno mismo y desnudarse del todo tal y como tú haces en esta ocasión?

Algunos recuerdos son más fáciles de construir o menos dolorosos que otros, pero, en realidad, sigues un hilo invisible que va emergiendo y que de forma natural teje los temas que quieres abordar. Hablar de ciertas cuestiones puede traer consecuencias, es verdad, pero me interesa más comprender, tanto a mí misma como a mi entorno, y dar testimonio de una vida marcada por hechos específicos como la pertenencia a una clase social, por ejemplo. Cuando escribí La tercera sala hubo quien sugirió —con buena intención— que me había equivocado al desvelar, en mi primera obra, que había sido Testigo de Jehová, y eso que era una novela de ficción en su totalidad. Personalmente, prefiero seguir mi impulso de búsqueda, y tratar temas que me interesan, que dejarme seducir por un posible deseo de encajar en determinados ambientes o de mostrar una vida más sofisticada o atrayente desde algunos puntos de vista. Encuentro mayor estímulo en el hecho de constatar una trayectoria vital y única que en pensar en si esto o aquello causará aceptación o rechazo.

En tu libro nos dibujas cuatro postales de momentos concretos de tu pasado y de tu presente. ¿Dónde te gustaría escribir el próximo capítulo?

Donde vivo actualmente me gusta. En todo caso, preferiría mantenerme alejada de la ciudad, seguir rodeada de naturaleza.

 ¿Qué ha cambiado en la Montse escritora desde la publicación de su primer libro? ¿Es el mundo editorial tal y como pensabas?

Ya sabes que esto es un oficio y que con la práctica y la lectura vas aprendiendo y tu escritura se va transformando. Recuerdo cómo me sentía, al principio de escribir La tercera sala. Me encontraba bloqueada y las palabras salían con dificultad. En Vienes por un camino que mi memoria sabe no me he sentido así, aunque he trabajado las frases y he buscado la palabra acertada con el mismo empeño. Cuando las palabras se dejan encontrar resulta maravilloso. Y en cuanto a tu segunda pregunta, mis expectativas son moderadas, no me quejo. Una sabe de dónde viene. Mis objetivos están más centrados en el mismo proceso de escritura, en sentirme satisfecha con el resultado, centro ahí la mayor parte del esfuerzo.

Como en La tercera sala en esta novela hay un gran protagonismo de la fe, o la pérdida de esta. ¿Podríamos conocer bien a Montse González sin saber de esa importancia religiosa en su vida?

No lo creo. La fe representa a mi madre y el sindicalismo, la conciencia de clase, el saber, a mi padre. Sus dos visiones del mundo han ejercido una gran influencia sobre mí, probablemente reforzada por el choque entre las dos posturas. Ambos son indispensables para comprender mi vida o para explicarme, además de lo que yo he puesto por el camino, desde luego.

De los cuatro lugares que describes en tu libro, ¿con cuál te quedas?

Qué bonita es tu pregunta, la sola idea de que podría escogerse un lugar para quedarse en él y recuperar a las personas que se van quedando en el camino o los momentos irrepetibles. Y mientras pienso en ella me gusta detenerme y pasar un rato en cada uno de los parajes del libro, pero me quedo con el lugar presente. No te diré que lo he escogido, porque no escogemos tanto como nos gustaría pensar, pero el pueblo en el que vivo se parece mucho a ese paisaje.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Acabar mi tercer libro, mi próxima novela. Tengo otra obrita por ahí que debería repasar y otros proyectos abiertos que esperan su momento. Y agradecerte, Jose, esta entrevista, por supuesto.