Iván Albarracín: «Me encanta escribir porque me inculcaron la lectura cuando era pequeño»


Hoy traemos a nuestra web a Ivan Albarracín, miembro  fundador de la PAE (Plataforma de Adictos a la Escritura), y autor de la novela La luz oscura, que cierra la trilogía Las crónicas de la ciudad en llamas.

¿Cuándo empezaste a escribir?

Empecé a escribir cuando era sólo un crío. Era adolescente y me flipaba dibujar y escribir. Me inventé un detective privado que buscaba objetos paranormales llamado James Doogan, una mezcla de Philip Marlowe e Indiana Jones. Creo que me encanta escribir porque me inculcaron la lectura cuando era pequeño.

La luz oscura es tu última novela y con ella cierras tu trilogía Las crónicas de la ciudad en llamas ¿Qué puedes decirnos de estos libros y de su protagonista, Mario Barroso?

Aunque cada novela se pueda leer de forma independiente, sí hay una conexión entre las tres y una trama que llega a su final. Creo que Luz Oscura, publicada por la editorial Libros Mablaz, ha sido la más compleja de escribir porque no es fácil cerrar todas las tramas principales y secundarias con una historia nueva. No quería que fuera Perdidos o El Hobbit, que al final daba la sensación que estabas viendo algo alargado sin ningún sentido. En cuanto a Mario Barroso, he de decir que es un personaje con el que me he encariñado. Se convirtió en el típico amigo al que adoras, pero que a veces no puedes evitar odiarlo. Alguien con quien te emborracharías y le confiarías la vida, pero que puede llegar a ser insoportable si te enfadas con él.

La mitad de tu obra se enmarca en el género de novela negra y la otra mitad, que escribes junto a Manuel Gris, se podría catalogar como de humor absurdo e irreverente ¿Qué parte de tus novelas tiene más de ti? ¿En cuál de ellas te sientes más cómodo?

luz oscuraLas dos, sin ninguna duda. Aunque la vertiente «negra» es bastante más oscura, siempre hay humor negro y cabrón en todas las novelas que escribo. No percibo el mundo sin humor y creo que este mundo en el que vivimos sería mucho más hermoso si nos riéramos un poco más de todo. El humor jode al que tiene el poder porque lo ridiculiza. Si te ríes de alguien que se cree un dios, lo bajas de su pedestal de mierda y lo arrastras al lodazal en el que merece estar.

Eres uno de los fundadores de la PAE, que se está moviendo para cambiar las reglas del juego en el mundo literario y promover de una forma diferente la cultura y la lectura. Háblanos un poco de esta asociación.

La PAE es un orgullo continuo. La asociación nació hace más de dos años por un grupo de escritores que tenían (y tienen) muchas ganas de hacer cosas. Charlas, ferias literarias, actividades, concursos literarios, publicación de antologías… (como la nueva antología en honor a Chiquito de la Calzada donde hemos tenido la grandiosa colaboración de cracks como Vizcarra o el Niño de la Tele). Hemos estado en Montblanc, Madrid, San Sebastián, Cervera, Zaragoza y lo que nos queda. Intentamos agitar el estancado mundillo cultural con humildad, buen rollo y sin lucha de egos. Vamos a nuestro aire sin pisar a nadie, ni hacer peloteo gratuito por el mero hecho de quedar bien. Somos tal como somos, sin postureos.

En tu trilogía Las crónicas de la ciudad en llamas hablas de una Barcelona distópica y decadente ¿Estamos más cerca de ese mundo ficticio de lo que parece?

Desde que tengo un hijo, veo el mundo como algo aún más atroz. Siempre he sido pesimista, aunque he de reconocer que en el fondo se trata de cierta cobardía. Si crees que algo va a ir mal y esperas que vaya mal, el impacto es menor. La distopía siempre estará ahí, al igual que la gente que quiere imponer su forma de vida a los demás. El problema es el conformismo de la gente. Si cada vez que te recortan los derechos, te quedas quieto, esa distopía se hará realidad. El problema no es la distopía en sí, es la pasividad de la sociedad.

¿Cuáles son tus proyectos futuros?

Quizás sea la publicación de mi primera novela escrita, La canción de cuna. Una novela ambientada en la posguerra española y que me gustaría que sirviera de homenaje a mi abuelo y a todos esos abuelos que lucharon por un mundo mejor. Es mi obra más personal y me encantaría que viera la luz. Eso y otra novela que estoy escribiendo que se aleja, aunque no mucho, de la novela negra y se adentra en la ciencia ficción. Eso sí, escribo cuando el peque me deja, que no es mucho…