La entrevista de hoy es con Sara Isabella Bonfante directora de un taller de novela, poeta y novelista. Es autora de Un día las sombras hablarán y de Flores para un adiós.
¿Desde cuando escribes?
Escribo desde la infancia, recuerdo que estudié en un colegio religioso donde las letras y la música eran pilares fundamentales del currículo. Mis primeros escritos fueron composiciones. Y cuando pasaba al frente de mis compañeras a leer impostaba la voz, ya mostraba mi pasión por la ficción. Siempre consideré que la escritura era mi forma más natural de comunicación con el exterior. También me gustaba escribir cartas, de hecho se las escribía a mi familia.
¿Editorial o autopublicación? ¿Cuál es tu experiencia con las editoriales tradicionales?
Te puedo decir que para mí la autopublicación es una experiencia más que interesante. Me da libertad para viajar. Acá en la Argentina tengo giras, como las llamo, son lugares de provincias donde me invitan a presentar mis obras. He llegado a pueblos donde la gente me ha esperado con interés y con ganas de conversar. Siempre son como fiestas literarias. Me gusta la autopublicación porque me da libertad para expresar mis modos de promover la literatura. Las letras son para mí un ejercicio de la libertad, un lugar donde expreso sentidos, donde ordeno el caos que es la vida. Y con el lector, en ese acto de ofrecer mi obra y darla en mano, es un contacto que me revitaliza, y, además, me ha dejado amigos entrañables. La experiencia con editoriales tradicionales es absolutamente diferente. No existe la posibilidad del contacto personal, es otro tipo de público. Esta experiencia otorga la posibilidad de llegar a público de otras naciones. El contacto es a través de un click, y esto también es algo muy nuevo para mí.
¿Cuál es tu método de trabajo?
Trabajo de forma rigurosa, escribo fichas de personajes, hago cuadro a escalas. El tiempo de preparación de una obra me lleva meses. Necesito que todo el material narrativo tenga un sentido, que se imbrique con el tema principal. Como ya te dije, para mí la escritura ordena el caos, y en el proceso de creación ese caos es un desafío que enfrento. Diseño programas narrativos para cada capítulo. Todo esto es fundamental para evitar el estrés de la página en blanco. Cuando ya me siento segura, paso al segundo momento que es el de la composición de la obra. Aquí todo debe pasar por el tamiz de la emociones y del corazón. De nada serviría un buen planteo si no llega a las emociones, a las fibras íntimas del lector.
Diriges un Taller de novela, ¿cuáles son los errores más comunes a la hora de plantear los personajes o la trama?
Los errores los encuentro en la trama. Muchas veces evalúo obras donde la trama prácticamente está ausente. Es difícil que un lector pueda terminar de leer una novela donde básicamente los hechos que ocurren no tienen un correlato en la historia, donde las situaciones se dan porque sí. Y al escritor que recién se inicia este género le presenta desafíos. No es fácil escribir una novela, es un cosmos donde cada situación que atraviesa un personaje tiene una razón, una motivación, una consecuencia. Doy clase teórico – prácticas, trabajo con material de análisis. Fundamento cada corrección que sugiero, los autores deben estar seguros, deben sentirse fuertes a la hora de publicar una obra. Ya que son en su mayoría autopublicados, deben escribir una novela que no presente fisuras para que esto les de seguridad a la hora de ofrecerla al público.
Escribes poesía, novela ¿en qué género te sientes más cómoda?
Me siento cómoda en varios géneros, también con los cuentos. Mientras escribo una novela delineo cuentos o poesía. Esto me ayuda a sobreponerme a los periodos en los que necesito expandirme. Una novela es un cosmos, un mundo que construimos con los resabios de la cotidianidad, de modo que escribo otros textos y así completo ese mundo creado. La poesía es la expresión de la emociones, de los deseos, es una percepción lírica del ahora. Por tanto escribo a tiempo completo. Es mi zona de confort. No puedo salir de este mundo de letras, de renglones.
¿Qué podemos encontrar en tu blog Arroyo de cenizas?
Te cuento por qué se llama Arroyo de cenizas: uno de mis escritores preferidos es Thomas Mann, y cuando leí La muerte en Venecia quedé impactada por esa prosa que, contando situaciones fuertes, se lee sin interferencias, es ágil. En fin, la mayoría sabe lo que significa esta novela para la literatura universal, de modo que estudié cada detalle de la obra y descubrí que la traducción del apellido del protagonista era: Arroyo de cenizas. Y me gustó esa imagen. Entonces decidí que mi blog se llamaría así, y que subiría los cuentos que me identifiquen desde la forma hasta el tema. Y así pueden encontrar allí las obras que más quiero. Con el tiempo fui subiendo las sinopsis de mis novelas, algunas tapas.
En tu novela Un día las sombras hablarán tratas sobre la historia reciente de tu país. ¿Por qué precisamente esta época?
Todos saben que fue un período bastante duro para la Argentina, y se ha escrito ya bastante sobre esos años, a pesar de esto lo elegí porque el tratamiento sería diferente. De modo que lo preferí también porque tenía muchos recuerdos de cómo se vivía, de lo que se decía. Había escuchado en mi familia diferentes discursos sociales y comentarios, así que ya tenía información propia, de primera mano. Y también lo escogí porque sabía que podía contarlo desde otro lugar. Desde una ciudad pequeña en la que poco ocurría, en apariencia. De esto surgió esta novela puzzle: son tres tramas que el lector debe unir. Y esta elección de la forma representa también el quiebre que se da en una sociedad con estos regímenes. Se habla de la política, es el tema central, pero es un modo de mostrar los comportamientos de una familia que tiene poder y lo hace valer con cualquier régimen político. Es una muestra cabal de cómo la política invade la familia y toca intereses domésticos.
Háblanos de tus proyectos.
En este momento estoy escribiendo dos novelas: una es intimista, el tema es la herencia y lo que representa para una mujer que ha padecido privaciones. Y también expone la avaricia que genera este tipo de legado. Y sobre todo la pelea que impone una disputa por dinero y bienes. No siempre son situaciones románticas, el dinero es un disparador de circunstancias desequilibrantes. La otra: es un policial clásico. La estoy escribiendo junto a otro autor: Javier Bibiloni. El sistema de trabajo es simple, organizamos el material y cada uno escribe solo, luego nos reunimos para leer el avance y tomamos decisiones. Esto no se puede hacer con personas que escriben de forma dispar. La estrategia es similar a la que implementan los que escriben guiones para la televisión.