Nos acompaña hoy Ana Iturgaiz, novelista y autora de relatos cortos. Fue finalista en el Certamen de Novela Romántica de Ediciones B y la página web El Rincón de la Novela Romántica en 2011. Su última obra es La mirada de la ausencia.
¿Desde cuándo tienes la inquietud de escribir?
No desde hace demasiado, la verdad. Yo siempre he sido lectora, pero nunca se me había ocurrido escribir. Hace diez años creé un blog. Poco a poco me fue entrando el gusanillo, me apunté a un par de cursos de escritura y ya no he dejado nunca de hacerlo.
Escribes novela y relatos, ¿con qué te sientes más cómoda?
Con ambas cosas. Terminar una novela es muy gratificante y deja huella en ti. Sus personas te han acompañado mañanas, tardes y noches; has caminado a su lado, has sufrido con ellos, los has hecho crecer. Todo eso llena mucho personalmente. Pero por otro lado, el proceso es muy largo. Hay veces que piensas que nunca vas a acabar. Con los relatos, en cambio, las cosas transcurren de otro modo. Te pones delante del ordenador y en un par de horas has escrito un pedazo de la vida de alguien y parte de su futuro, algo con inicio y fin. La inmediatez del proceso aligera el tiempo que dedico a una novela. Son para mí como una píldora de energía.
Aseguras que te encantan los relatos cortos ¿Qué debe tener un buen relato corto?
Inicio, desarrollo y fin. Debe de contar el pasado, el presente y el futuro. Conseguir que el personaje se convierta en una persona real, con sus miedos y sus deseos. Y todo ello en pocas palabras.
En una entrevista que te hicieron para El Rincón de la novela romántica dices que para ti, tener éxito es saberte leída, comentada y criticada. Con estas premisas ¿Consideras que has alcanzado el éxito?
Todavía no. No me considero una persona de éxito, en absoluto. Ni soy la más leída ni la más comentada. Lo bueno es que eso me salvaguarda de las críticas, y lo malo, que sé que hay muchos lectores que todavía no han descubierto ninguna de mis novelas. Espero que con La mirada de la ausencia, ese espacio sea cada vez más pequeño y comience a ser más conocida. Me encantará verme criticada porque eso significará que he sido leída. Y es un placer saber que tus historias han atraído la atención de la gente.
¿Qué significó para ti quedar finalista en el Certamen de Novela Romántica de Ediciones B y la página web El Rincón de la Novela Romántica en 2011?
La OPORTUNIDAD (le podría letras luminosas si pudiera). Publicar es complicado y más todavía hacerlo con una editorial importante. Con el premio, yo conseguí las dos cosas. Fue el impulso que necesitaba para seguir adelante. Bajo las estrellas era la tercera novela que yo escribía y las otras dos estaban olvidadas en el ordenador. Las había enviado a algunas editoriales, sin éxito. Hubo un antes y un después de ese premio. Para empezar descubrí que escribir novela histórica me encantaba y, también, que iba a continuar escribiendo nuevas historias.
Trabajas entre libros y archivos. ¿Cómo te planteas la tarea de documentarte para una novela?
Hoy en día, creo que es bastante sencillo documentarse de cualquier tema. Por suerte, internet abre un mundo de posibilidades infinito. Hay bibliotecas, archivos y fototecas que tienen el fondo digitalizado y a disposición de todo el mundo sin necesidad de movernos de casa y, por supuesto, hay librerías que te mandan los libros a casa. Hay blogs con auténticos trabajos de investigación colgados en ellos. Pero… me estoy saliendo del tema. En general, localizo dos o tres manuales que hablen del tema que me interesa y los estudio. Después, busco información sobre vida cotidiana, temas secundarios, datos especializados, etc. y con todo ello voy elaborando la trama y me voy haciendo la idea de cómo se vivía en la época. Creo que esto es lo que me da la clave para hacer unos personajes humanos: conocer la forma de vida, a qué se dedicaban, qué comían, qué problemas había… Además, cuando me pongo a escribir, siempre tengo la información a mano porque la consulto continuamente para calcular precios, para describir ropa, hechos que sucedieron, etc.
¿Qué tienen tus personajes de su autora?
Creo que mucho más de lo que imagino, pero sobre todo gustos y odios personales. Me cuesta defender una idea en la que no creo y a mis personajes les pasa lo mismo. Así que cuando ellos responden a muchos planteamientos o se enfrentan a situaciones complicadas, creo que las resuelven de la misma manera en la que yo lo haría. Sí, definitivamente me parece que tienen demasiado de mí.
Háblanos de La mirada de la ausencia.
Os voy a poner una frase que aparece en la contraportada del libro y que creo que resume muy bien la historia: «Un perfecto retrato de las aspiraciones y fracasos de los hombres y mujeres de finales del siglo XIX, un alegato pacifista en una época de cambios donde la fotografía se convierte en testigo del horror y la pasión». La mirada de la ausencia transcurre en la villa de Bilbao en 1874. La ciudad ha sido sitiada por los carlistas y bajo los bombardeos conviven 28.000 personas, entre las que se encuentran Javier, un fotógrafo con muchas aspiraciones, e Inés, una planchadora que lo único que desea es proteger a su hermano y a su abuela. Javier e Inés viven en mundos diferentes, sin embargo, terminan encontrándose y huyendo de la ciudad asediada. A partir de ese momento, las cosas se precipitan y terminan en el frente de batalla. El lector va a encontrar un poco de todo porque La mirada de la ausencia tiene una historia de amor, guerra y mucha valentía. Habla de fotografía, de antimilitarismo y de regresar al pasado para cerrar las heridas abiertas.
¿Te ves a ti misma escribiendo otros géneros?
No otros géneros completamente diferentes. La verdad es que no me veo en Ciencia ficción, fantasía, terror o novela policiaca. Creo que no sería capaz de sacar adelante una novela con ese tipo de tramas. Pero sí me veo en narrativa generalista, intimista, en novelas donde las relaciones personales se llevan la mayor parte de las páginas.
¿Qué proyectos tienes?
Por ahora terminar la historia que tengo entre las manos. Se trata de una novela histórica ambientada en la Hispania romana del siglo I. Llevo mucho tiempo con ella dentro de la cabeza y ya queda muy poco para terminarla. También me apetecería que viera la luz una novela contemporánea sobre Vietnam que tengo escrita. Pero por ahora voy a darle tiempo a respirar a La mirada de la ausencia antes de decidir qué hacer con ella. Muchísimas gracias por todo. Espero que las personas que os animéis a leer la historia de La mirada de la ausencia la disfrutéis mucho.
Gracias a ti por acompañarnos.