Hoy tenemos con nosotros a Ignacio Martín Sequeros, miembro fundador del grupo musical Pekenikes. Es autor del libro Historia de Pekenikes donde se cuentan, entre otras muchas cosas, cómo llegaron a ser teloneros de los Beatles en su primera actuación en España. El grupo Pekenikes cumple sesenta años de existencia en activo este mes de marzo.
Es compositor musical, ¿cómo fue escribir un libro?
La vocación literaria viene también desde hace mucho tiempo. Antes de hacer el primer libro que saqué, la Historia de Pekenikes, había publicado más de cuatro cientos artículos en revistas especializadas en las que comentaba acerca de aparatos electrónicos de última generación. Compañías especializadas me dejaban estos aparatos, relacionados con la música, yo los probaba y hacía mi crónica sobre ellos. Después quería hacer algo diferente. Una de las razones por la que escribí el libro fue porque me apetecía… Ahora con Internet, la gente escribe lo que le da la gana. Ciertas personas tienen que escribir todos los días y algunas cosas directamente se las inventan. Han escrito algunas cosas de Pekenikes que sé que no son verdad, porque lo he vivido… Y me veía en la obligación de escribir la verdad. El libro no solamente cuenta la historia de Pekenikes sino que también cuenta cómo se desenvolvían las cosas en el mundo de la música en la época. Abarca desde el año 1959 en que se fundó el grupo, hasta el año 71. También me han comentado que el libro ha servido de documentación a otros periodistas y me alegra mucho.
Pero también ha escrito novela.
Estuve en varias ferias del libro y me animé a escribir otra cosa. Saqué el libro Un alma viajera. Es una especie de novela y la historia se desarrolla en el año 2045, donde los personajes hablan sobre sus circunstancias y pensamientos. También habla de nuevas tecnologías, aunque no musicales. He disfrutado mucho escribiendo este libro y aconsejo su lectura.
¿Qué le parece más difícil: escribir una canción o un libro?
Todo es difícil, incluso hacer un buen dibujo. La informática te da herramientas, pero no creatividad. En cualquier actividad que tengas que hacer, sobre todo creativa, tienes que mojarte… Tienes que pelear. Tienes, primero que estudiar y después «atreverte a»… Y para hacer música igual, hay que escuchar a los demás. Para aprender a escribir hay que leer mucho y con la música, tienes que escuchar qué hacen los demás.
¿Qué piensa de las nuevas tecnologías?
Hay mucha gente que me dice: «¿Tú eres de esos de los años sesenta?». Y yo les digo: «No, no. Yo soy del 2019 y el año que viene del 2020». Simplemente hice una serie de cosas que tuvieron repercusión en un año determinado. Mucha gente mayor, los abuelitos, han guardado nuestros discos y la gente joven ha podido escucharlos, y han dicho: «Pues no sonaban tan mal». Incluso un grupo sueco joven ha grabado una versión de un tema, Cerca de las estrellas, grabado originalmente en el año 68. A mucha gente joven le gusta tocar ese tema. En cuanto a las nuevas tecnologías, desde que aparecieron las he utilizado… Fui uno de los primeros internautas de España. Además he tenido que utilizar las nuevas teconologías de comunicación porque yo me casé en Boston y tengo un hijo en Pittsburg y otro en San Francisco, y tenía que comunicarme con ellos. Empecé con el módem y ahora ya Whatsapp o Skype… En cuanto a música, también probaba para los artículos aparatos de última generación, programas secuenciadores… Son una pasada. Cuento en el libro que nuestra primera grabación la hicimos en un estudio de cine, donde se grababa el sonido de las películas en cintas de una pulgada, y en una de esas grabamos el primer disco en el 61… De ahí ha habido una evolución tremenda. Tienes una gran cantidad de herramientas en un programa casero… Ahí puedes grabar todas las pistas que quieras, con efectos, reververaciones… Esas herramientas hace veinte o veinticinco años sólo estaban en los estudios de grabación y costaban un disparate. Todas esas tecnologías he tenido la suerte de poderlas seguir. Soy de los que piensan que sólo hay una vida y hay que aprovecharla.
Se lo habrán preguntado un millón de veces, pero ¿cómo fue eso de ser teloneros de los Beatles en su primera actuación en España?
Cuando aquello ocurrió no le dimos tanta importancia como la que luego con los años hemos visto que tenía. Está contado todo en el libro. El concierto se celebró el dos de julio de 1965 en la plaza de las Ventas de Madrid… Incluso para celebrar el 50 aniversario de su celebración, un promotor consiguió que todos los grupos que actuamos en ese momento, volviéramos a tocar en la misma plaza de toros. Hasta trajo a uno de esos grupos que imitan a los Beatles… La razón por la que nosotros hicimos de teloneros fue que el promotor que los trajo, Francisco Bérmudez, era también nuestro representante. Así que le pareció fenomenal que fuéramos nosotros los que actuáramos en la primera parte, y por supuesto, ellos después toda la segunda parte. Además, esa actuación y la del día siguiente en Barcelona fueron las únicas que hicieron en España como grupo. Luego creo que casi todos vinieron individualmente, pero como grupo, esas fueron las únicas… Y anécdotas… Cuento una que a la gente le hace mucha gracia: yo quería verlos de cerca. Tenía una oportunidad que no iba a tener otra vez en la vida y quería aprovecharla. Los habían encerrado en la enfermería porque en la plaza de toros no había camerinos. Los habian metido por la puerta de cuadrillas, que es una puerta lateral, y hasta la hora de la actuación no salieron. Pero yo, después de actuar, dejé la guitarra y me quedé esperando en la escalerilla que habían montado para ir al escenario. Sabía que por ahí tenían que pasar. Y efectivamente, aparecieron los cuatro y yo seguía allí. Subió primero Paul McCartney y depués los demás. Pero cuando Paul McCartney llega al último escalón se vuelve y dice: «Mira, mira. Un niño con barba», dirigiéndose a mi que tenía entonces una barba incipiente, y los cuatro se rieron de aquello antes de seguir para hacer la actuación.
Como grupo, han colaborado con muchos artistas nacionales y extranjeros, ¿cuál ha sido la mejor experiencia?
La experiencia más interesante, bonita y agradable que hemos tenido fue con Juan Carlos Calderón. También lo cuento en el libro. Con él hicimos una gira dentro de los llamados Festivales de España. Él tocaba el teclado y hacía los arreglos de muchas orquestas. Tuvo el capricho, y nosotros con él, de hacer una serie de actuaciones. Uno de los momentos que más disfruté fue en una actuación en un gran teatro de Santander, que era la ciudad dónde él había nacido. En un momento de la actuación nos quedábamos él y yo solos en el escenario para tocar el tema Secretaria, que cantó también Mocedades. Los dos solos en el escenario con un foco para cada uno, él tocando el teclado y yo la armónica… Fue impresionante.
¿Cuál es el secreto de la longevidad de Pekenikes?
Resulta que precisamente este año, el 19 de marzo, Pekenikes cumple sesenta años de existencia. Es el grupo más longevo que exite, antes de los Sirex o de los Mustangs, a quienes conocimos también, naturalmente. Yo soy el único miembro fundador que queda, aunque hay quién lleva cincuenta años. El secreto…. Un poco de tesón y también de ten con ten. Buscar un equilibrio. No puedes ir con tu autoridad pensando que eres el mejor y que el resto te va a hacer caso. Tienes que escuchar a los demás. En un grupo no van a pensar todos como tú. En fin, obtener el equilibrio para que dure es muy difícil.
¿Qué proyectos inmediatos tiene?
Lo que más he tocado yo ha sido el bajo y después la armónica. Ahora estoy colaborando con unos chavales jóvenes que están grabando un disco y voy a meter la armónica en uno de los temas. También he colaborado con Miguel Morales metiendo la armónica en unos temas… Ahora con la informática tengo la comodidad de grabar mi parte con la armónica en mi casa y enviarla a Méjico o a Sevilla… En cuanto a libros, voy a empezar a escribir la segunda y última parte de la historia de Pekenikes. Este segundo libro abarcará desde el año 71 hasta la actualidad.