Nos visita nuevamente Paz Castelló para presentarnos su última novela, La llave 104.
Fútbol, televisión, violencia de género y corrupción política… en cuatro libros has hecho un retrato perfecto de la sociedad española.
Yo, a parte de escribir, soy periodista, me dedico a la comunicación y claro… los temas que a mí me llaman la atención son los temas de actualidad. De alguna manera esos temas ya los he tocado antes. Fui directora de comunicación de un equipo de fútbol y ahora llevo diez años dedicada a la comunicación política. En cuanto a la violencia de género es un tema que por desgracia está a la orden del día. Periodísticamente los veo y me parecen temas interesantes para desarrollar desde el punto de vista literario, con personajes particulares y circunstancias concretas para ir tirando del hilo
Con cada novela que escribes vas ganando lectores ¿consideras que estás en la élite literaria de este país en cuanto al reconocimiento público?
¡Uy! ¿Qué es la élite? Para mí cada lector es único y, como además he empezado de cero absolutamente, creo que hay que darle valor a cada uno de ellos. Poner etiquetas, como de superventas o de best seller, es complicado. Yo he tenido etapas donde las editoriales, todas, me han rechazado con los mismos libros que ahora están teniendo tan buena aceptación. Es todo muy relativo. El mundo de la literatura es muy subjetivo y el mercado literario todavía más: una cosa es publicar, luego vender… Es todo tan complejo que yo intento escapar de esas etiquetas. Me gusta, lógicamente, ir ganando lectores, porque además es el reconocimiento a diez años dentro de la literatura. Hace una década dije que había llegado para quedarme y tuve cinco años de absoluta caminata por el desierto. Nadie me publicaba, era el momento de la crisis económica y el sector literario solo publicaba a grandes autores, de hecho ahí nació mi novela Mi nombre escrito en la puerta de un Váter, de la frustración de ver que yo escribía, que la gente me decía que no lo hacía mal y que sin embargo con conseguía publicar. Ahora estamos recogiendo los frutos de todo ese esfuerzo. Dije que llegaba para quedarme y ahora digo que me he quedado y que voy a dar mucha guerra. Hay Paz para rato.
Para escribir La llave 104 sabemos que te has basado en tu experiencia trabajando en dos ayuntamientos y que te infiltraste en un partido político.
Como decía antes, los últimos diez años los he dedicado a la comunicación política en dos ayuntamientos, pero quise dar un paso adelante. Hasta hace poco lo que había hecho era la comunicación desde el punto de vista de una profesional independiente, no perteneciendo a ninguna organización política, pero me pareció que ver la partida desde fuera no te enriquecía tanto para escribir como hacerlo desde dentro. Por circunstancias profesionales se me ofreció esa oportunidad y pensé que era el momento oportuno de dar ese paso y vivir desde dentro todo lo que es una agrupación municipal. Estuve un poco más de un año y a partir de todas estas experiencias me pareció interesante escribir sobre ello… y no descarto escribir más, porque el tema da para mucho. La realidad siempre supera a la ficción.
Te hemos oído decir que te consideras una asesina en serie con alma de poeta.
Lo digo un poco bromeando. La policía otorga la categoría “en serie” cuando alguien comete más de tres asesinatos, y yo, aunque no los he contado nunca, llevo ya muchas muertes, literarias, a mis espaldas. Por otra parte siempre me gustó cuidar la parte poética. Yo empecé con un blog literario a través de Internet y creo que mis libros no están exentos de esa parte poética. Creo que está bien otorgar un poco de lírica al thriller, que es lo que yo escribo normalmente.
Se dice que tus libros son feministas y que son novela protesta.
Estas etiquetas si que me las quedo. A través de mis libros lo que hago es protestar. Toda esa parte del periodismo que yo no puedo plasmar en mi trabajo, porque tengo que ser objetiva e imparcial, lo hago a través de la literatura, fundamentalmente mediante los personajes, que piensan, sienten, tienen juicios de valor, tienen una ética y moral determinada. Todo eso me ayuda a desarrollar los temas desde distintos puntos de vista. Y son feministas en tanto en cuanto predomina la figura femenina, que además son mujeres fuertes… pero no fuertes porque no les afecten los problemas de la vida sino todo lo contrario. Vienen muy dañadas, han sufrido mucho pero que a pesar de todo eso han sabido reinventarse, curarse las heridas y continuar hacia delante
¿Hay algo de Virginia, la protagonista de La llave 104, en Paz?
De Virginia prácticamente nada. Hay mucho de mí en Mauro, de Mi nombre escrito en la puerta de un Váter, por ejemplo, al que quise poner en masculino para alejarlo un poco de mí, pero de Virginia no. No me considero una persona ambiciosa como ella. Me gusta conseguir los objetivos que me marco pero no a cualquier precio. Hay líneas rojas que no hay que pasar, y menos en política. No todo vale, o no todo debería valer
Te vemos moverte como pez en el agua por las redes sociales, cuidando mucho a todo lector que entre en tus perfiles para comentar algo de tus libros ¿Cuánta importancia tiene hoy día las redes para los autores?
Para mí muchísima, han sido fundamentales… y no solo las redes sociales sino Internet en general. Yo nací de Internet. Empecé con un blog literario y mi web (www.pazcastello.com) publicando mis textos. Recibía mucha gente por correo electrónico pidiéndome permiso para compartirlo en facebook… y me hice un facebook. Después vino mi cuenta de Twitter e Instagram. Ha sido fantástico porque han sido unas plataformas para ir multiplicando exponencialmente los lectores y cada vez llego a más gente. Además no tiene fronteras y eso es maravilloso. Soy bastante accesible, contesto personalmente a los mensajes y gestiono mis redes sociales. Es una forma bonita de tener un contacto con el lector y eso enriquece mucho. Una profesión tan solitaria como la de escritor y tan lenta, desde que empiezas un libro hasta que llega al lector, ese feedback se valora mucho. Es como cerrar el círculo, es la magia de la literatura que mitos como Shakespeare y Cervantes no han podido aprovechar. Es una plataforma muy buena y muy democrática, porque está al alcance de todos. El típico boca-oreja del pueblo pero a nivel mundial.
Cuéntanos tus próximos proyectos.
Siempre tengo nuevos proyectos. Tengo dos libros por publicar, terminadas, y precisamente este domingo (2 de Junio) terminé mi séptima novela, que creo que es muy potente y en la que tengo muchas esperanzas puestas. Intento seguir sorprendiendo al lector y creo que ha salido una novela muy redonda, que habla de mujeres también fuertes, con sus heridas. Mujeres intergeneracionales, con los diferentes puntos de vista que da la edad, y como un mundo influye en el otro. También quiero llevar al papel los textos con los que inicié mi andadura, los poéticos. En septiembre ya empiezo otra novela a la que ya estoy dándole vueltas. Proyectos siempre hay, quizás demasiados. No me da tiempo a llevarlos todos a buen puerto. No paro. Esto es un trabajo como otro cualquiera, como uno en el que estés en la oficina ocho horas. Al final, la inspiración tiene que pillarte trabajando.