Lis Haley: «Me exijo mucho a mí misma»

Tenemos con nosotros a Lis Haley autora entre otras obras de El Juego del ahorcado o Una lección inconfesable.

¿Escribías ya cuando eras pequeña?

No sabría decir cuándo exactamente empecé a escribir, porque era muy niña, pero recuerdo que eran relatos cortos, a veces ilustrados. Siempre tuve una imaginación muy viva, adoraba leer, y tenía la necesidad de expresar lo que tenía en la cabeza. 

¿Qué piensas de la autopublicación?

Es una manera de publicar tan buena y respetable como cualquier otra. Sin embargo, pienso que también es importante que el producto tenga una buena calidad, una revisión profesional, un mínimo de mimo y cuidado en su portada, tipo de fuente, etc. Hay que pensar que cuando autopublicas estás ofreciendo un producto a un tipo concreto de consumidor que está dispuesto a pagar por adquirirlo, y que, como tal, dicho producto debe tener una calidad aceptable. Además, en cierta manera, el escritor trabaja para y por el lector, y eso crea una relación de respeto mutuo que se refleja en el cariño que pones en tus libros. Hoy día existen autoras autopublicadas muy buenas. 

¿Por qué escribes precisamente romántica?

Lo cierto es que escribo más géneros, aunque por el momento publico únicamente romántica. Desde mi punto de vista, todos tienen la misma importancia. Es literatura, e importa lo que quieres comunicar y cómo. La romántica es un género muy creativo, da lo mismo si es histórica o contemporánea.  

¿Qué le diría a alguien que opina que la novela romántica es un género menor?

Le diría que no está leyendo suficiente. No hay géneros mejores o peores, sino buena o mala literatura. Y no existe una que exprese mejor los sentimientos que hay detrás de una simple mirada o un gesto, que la romántica. Narrar eso y que el lector lo perciba sin necesidad de que el escritor lo comunique abiertamente, no es nada fácil. Además, a día de hoy hay muy buenos escritores y escritoras de romántica que sería una pena perderse por culpa de prejuicios que, actualmente, carecen de fundamento.  

¿Crees que hay espacio para innovar en un género con personajes algo estereotipados?

Los escritores cada vez somos más innovadores en ese sentido. Los personajes han evolucionado, y ahora encuentras protagonistas de todo tipo. Los estereotipos siempre estarán ahí, eso es cierto, porque la creatividad no debería tener límites, da lo mismo que en ese momento el personaje que surge de tu cabeza sea el culmen de la belleza y masculinidad, o un friki de las matemáticas. La verdad, no creo en las etiquetas.

¿Qué novela tuya te gustaría ver en película o serie?

fotomonta librosSi tuviera que elegir, serían Cautiva y seducida, Un Millar de inviernos o Cautivar a un Dragón. La primera, porque fue la novela que me puso en contacto por primera vez con mis lectoras españolas. La segunda tiene un valor emocional muy importante para mí, y la tercera me dio muchísimas alegrías, y a día de hoy me las continúa dando. La verdad es que les tengo mucho cariño a todas mis novelas, en especial a esas tres. 

¿Cómo fue pasar del romance histórico al romance contemporáneo?

No representó ningún trauma porque leo y escribo desde hace años todo tipo de géneros, y me apasionan por igual. De modo que, cuando una historia de romántica aparece en mi cabeza, no le doy demasiada importancia al subgénero al que pertenece, me es indiferente si es histórica, comedia, contemporánea, suspense…  La diferencia más sustancial radica en la documentación, ya que, aunque la novela contemporánea también la tiene, la novela histórica requiere un estudio mucho más profundo de lugares, costumbres, modas, política… y hábitos que hoy nos resultarían bastante extraños. 

Háblanos de tu obra.

Actualmente tengo publicadas nueve novelas. Tres contemporáneas, cinco históricas y una de suspense. Todas novelas románticas. Suelo tardar mucho en dar por finalizado un manuscrito, porque me exijo mucho a mí misma y soy bastante quisquillosa. De modo que puedo terminar un nuevo libro en un año, y pasarme cuatro meses más repasándolo hasta sentirme satisfecha con el resultado. Además, a veces, como ahora, trabajo en más de un proyecto. Tuve manuscritos guardados en un cajón varios años, y no los publiqué hasta mucho tiempo después. Por ejemplo, El mejor de los juegos fue la primera novela que vio la luz, pero había otras, como Cautiva y seducida, que llevaban mucho más tiempo escritas, y sin embargo se publicaron después. 

¿Qué le dirías a un autor que empieza y debe compaginar un trabajo que no tiene nada que ver con la literatura, con escribir e intentar llamar la atención de editores y lectores?

Le diría que adelante. Que a día de hoy son muchos los autores que se mueven en un mundo laboral que nada tiene que ver con las letras. Yo misma he trabajado más de 20 años dirigiendo obreros destinados a la construcción de jardines, he manejado excavadoras y camiones grúa, realizado talas de altura e instalado sistemas de riego y bombas de presión automatizadas, entre otros muchos trabajos parecidos. Algo, evidentemente, muy diferente a la actividad que desarrolla un escritor. De manera que estoy segura de que es posible compaginar ambas vidas. El mismo Stieg Larsson, autor de la saga Millennium, trabajó en una fábrica de papel, y de friegaplatos en varios restaurantes. De modo que no creo que la lectura, formación, vocación y creatividad estén reñidas con el trabajo que realizas, tu vida personal, altura o color de pelo. Costará un poco y en ocasiones te sentirás agotado, pero el esfuerzo valdrá la pena. 

¿Qué proyectos tienes?

Ahora estoy inmersa en tres proyectos: una novela de terror, una comedia romántica y la reedición de una novela que se publicó hace unos años, y que tendrá más contenido. Como siempre, espero que guste mucho a las lectoras y lectores de romántica, que cada vez son más, y que disfruten mucho de su lectura. Si me lo permitís, me gustaría aprovechar para dar las gracias a todos ellos, porque sin su apoyo y pasión nada de esto sería posible. ¡Gracias!