José Luis Caballero: «Adoro mi ciudad y es un escenario ideal»


Tenemos con nosotros a José Luis Caballero, periodista, experto en Relaciones Internacionales y autor de novela de espionaje y thriller. Su último trabajo es Los peces solo flotan muertos

Solemos comenzar nuestro cuestionario preguntando al autor si escribe desde siempre o es de vocación más tardía.

La verdad es que he escrito desde siempre. Recuerdo que a los ocho o nueve años empecé a escribir una novela del oeste con bolígrafo y en un bloc. Luego seguí en el cole escribiendo relatos y en una revista ciclostilada que le llamamos EIDOS.

¿Crees que las nuevas tecnologías ayudan a los autores o generan demasiado «ruido»?

Yo creo que ayudan, desde luego. Y también es cierto que generan mucho ruido, pero ahí está la gracia. El autor y el lector debería elegir la calidad más que el medio por el que llega. Hay cuentos o relatos en papel magníficos y chorradas infumables en Youtube. Pero para eso tenemos inteligencia, ¿no?

En su último trabajo, el thriller Los peces solo flotan muertos, parece que la ciudad de Barcelona sea un personaje más, ¿es algo buscado?

image001Sí, es algo buscado. Adoro mi ciudad y es un escenario ideal. He escrito varios libros sobre la Barcelona secreta y he ido descubriendo historias y escenarios geniales que me ha gustado adaptar a la novela.

Tenemos a un inspector, Cristóbal Molina, con un pasado con el que intenta lidiar y una juez, Marta Esteller, la segunda mujer en la carrera judicial en España, ¿te has inspirado en alguien real para crearlos?

La juez sí, totalmente. Es una mujer a la que conocí hace muchos años, una feminista que en los setenta no era algo corriente. No tenía nada que ver con la judicatura, pero sí con otro trabajo tan machista como ese. Una gran persona. En cuanto a Molina, el inspector, es un personaje más ficticio. Tiene características de mí mismo y de otras personas que ha conocido, pero no, no refleja a nadie explícitamente.

Aunque se trata de una novela policíaca, se sitúa en los años 70 en plena guerra fría y una de las épocas doradas del espionaje…, ¿es «deformación profesional»?

Yo diría que sí, deformación profesional. Siempre me ha apasionado el mundo del espionaje y escriba lo que escriba siempre voy a parar a las vidas secretas, a las dobles personalidades y al mundo del espionaje.

¿Disfrutas más escribiendo novela de espionaje o puramente policíaca?

Cuando me pongo a escribir no le encuentro gran diferencia. Me gusta tanto John Le Carré como Dashiel Hammet. Y eso me pasa escribiendo. Mis historias se ponen en marcha y luego van por su lado y si han de aparecer policías o espías, da igual. Aparecen.

¿Crees que el thriller y la novela negra están viviendo un momento especialmente bueno?

Creo que sí. Es un buen momento, pero sobre todo por la colaboración entre la novela y el audiovisual, especialmente las productoras de televisión con series muy buenas como The Wire, El espía, Peaky Blinders, True Detective. Creo que hay una simbiosis entre novela y televisión que favorece mucho a las buenas historias.

Como periodista y especialista en Relaciones Internacionales y Servicios Secretos, ¿realmente nos enteramos de lo que pasa?

Rara vez. No es que haya conspiraciones subterráneas, no es eso. Las cosas en política o en la vida cotidiana son más simples de lo que parece. El problema es la ignorancia, la falta de estudio, de pensar y de comprender la vida. Una reunión de dirigentes políticos donde se toman decisiones importantes no se hace en el parlamento ante las cámaras o en despachos donde la gente entra y sale. Se hacen es espacios abiertos sin cámaras ni micros, en lugares lejos del público. Y al final cuando se toman decisiones o se ejecutan acciones hay que preguntarse a quién beneficia.

¿Qué proyectos tienes? ¿Habrá nuevos casos para los protagonistas?

Siempre estoy tramando algo, claro. Tengo ya una nueva historia con los dos protagonistas y estoy trabajando también en una nueva novela de espías. Y ahora me ha dado por hacer algún guión para televisión o el cine, pero es solo una idea.