Presentamos hoy a María Ángeles Saavedra, autora del poemario Permíteme inmortalizarte y de la novela Dámaris.
¿Cuándo te empezó a picar el gusanillo de la escritura?
A escribir literatura como tal, empecé cuando era adolescente. Me enamoré perdidamente y comencé a escribir poemas de amor para canalizar mis sentimientos. Por aquel entonces estudiábamos a Bécquer en el instituto y me fascinó dicho escritor. Creo que fue estudiando a Bécquer cuando empecé a interesarme realmente por la escritura. De todos modos, la literatura me gustó desde que empecé a leer. Aprendí a leer sola cuando tenía 3 años, mi madre me pilló leyendo un libro de Micho y no se lo podía creer, fue a preguntar a mi profesora si ya estaban enseñando a leer y la profesora le dijo a mi madre que sólo estaban enseñando las vocales. Pareciera ser que desde muy pequeña ya tenía una conexión especial con las letras, las palabras, la literatura en definitiva.
Has publicado la novela Dámaris y el poemario Permíteme inmortalizarte. ¿En qué género te encuentras más cómoda? ¿Cuál te gusta más como lectora?
La poesía es magia para mí. Me siento más cómoda con la poesía pero debo decir que la novela Dámaris era una historia que tenía muy dentro de mi corazón grabada y que necesitaba convertirla en literatura. Dámaris no ha sido la primera novela que escribí, tengo otra anterior guardada que, ¿quién sabe? Tal vez algún día vea la luz. Pero sin duda, leer o escribir poesía es adentrarme en la magia de los sentimientos hechos literatura.
Dámaris es una novela con gran contenido autobiográfico ¿Cuesta mucho separarte emocionalmente de lo que escribes o crees que por el contrario es mejor involucrar en la escritura todos esos sentimientos?
A mí personalmente me cuesta mucho separarme emocionalmente de lo que escribo. Dámaris es ficción pero lo que se narra en la novela ha formado y forma parte de mi vida y de lo que viví. En mi opinión, un escritor que involucra en la escritura sus sentimientos está haciendo un acto de generosidad enorme, porque está siendo sincero sobre lo que siente y porque está desnudando su alma, su esencia, ante el mundo, ante sus lectores. Me cuesta más escribir en tercera persona, por ejemplo, y dotar de vida y personalidad a cada personaje de esa manera, pero es algo en lo que estoy trabajando, en crear ficción sin involucrarme a mí directamente.
La religión también tiene una gran importancia ¿Cómo te ayudo a ti?
Busqué el amor en todos los recónditos lugares que albergaba mi vida. De ese modo conocí el dolor, pero al mismo tiempo, conseguí saber hasta qué punto era capaz de latir mi corazón por amor, hasta dónde era capaz de llegar por amor. A mí creer en Dios es creer en algo tan inmenso que no podría explicarlo con palabras, sólo se que la verdad única sólo la sabe Dios, nosotros como humanos en la Tierra sólo podemos intentar interpretarla. Desde que sentí a Dios en mi vida, he llegado a entender muchas cosas y sobre todo el hecho de que por mis propias fuerzas, yo sola, no sería capaz de hacer nada. Dios me dio vida y una oportunidad en este mundo y yo sólo intento cada día entender cuál es mi misión en esta preciada Tierra. Hasta que me di cuenta de que el amor que tanto buscaba siempre me había estado acompañando, y no puedo albergar más felicidad que conocer ese hecho.
Además de autora, eres periodista y colaboras en varias revistas culturales. Desde esos tres puntos de vista, ¿Se puede vivir de la literatura?
Creo firmemente que hay escritores que viven de sus obras, pero también pienso que son actualmente muy pocos los que pueden permitirse este lujo. Yo personalmente no vivo económicamente hablando de la literatura, compagino mi gran pasión con otros empleos y lo cierto es que de este modo voy construyendo mi vida. Mi gran sueño sería trabajar en todo lo que tuviera que ver con la literatura, por ejemplo en una gran editorial o como periodista cultural en un gran medio de comunicación. Es un sueño que tengo, pero siempre me ha gustado trabajar y hacer cosas por mí misma, por lo que, como he dicho, actualmente compagino el leer y escribir con otros empleos.
¿Qué es lo mejor y lo peor que te ha pasado desde que publicaste Dámaris?
Lo mejor que me ha pasado es que gracias a mi novela he llegado a conocer a personas maravillosas: escritores y lectores que me animan a seguir creando. También que por intermediación de mi novela Dámaris fue un aliciente a la hora de conocer a mi actual pareja, la causa de una parte muy grande de mi felicidad. En relación a lo peor que me ha pasado, ¿sinceramente? Creo que nada. Tal vez lo peor que me ha pasado precisamente es el paso del tiempo y un punto y final a esa novela. Creo que escribo para inmortalizar etapas de mi vida y a veces me produce nostalgia ese hecho.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Como dije tengo una novela acabada, que realmente fue la primera que terminé de escribir cuando tenía 23 años y bueno, quizás algún día me arme de valor para publicarla. Entre mis planes están el seguir leyendo, haciendo reseñas y críticas de libros, entrevistas a escritores, seguir creciendo en el campo del periodismo, seguir escribiendo poemas, novelas y lo mismo también me animo en el campo de los cuentos o de los relatos eróticos. No soy una persona que se proponga planes a medio o largo plazo (refiriéndome al campo de la literatura), escribo cuando me nace y si termino una obra me pienso o no el que vea la luz. De hecho, mi reciente libro de poemas publicado: Permíteme Inmortalizarte es un libro que bien podría haber salido a la luz desde hace tiempo, pero creo que se ha publicado en el momento adecuado, todo lo que venga después para mí es un misterio.