Toni Hill: «Es una novela que habla básicamente de mujeres»

Viene a visitarnos Toni Hill para hablarnos de su nueva novela El oscuro adiós de Teresa Lanza.

Hemos pasado de un barrio obrero en Tigres del cristal a la zona alta y acomodada en El oscuro adiós de Teresa Lanza.

Me apetecía cambiar de registro. Tenía una idea vaga de lo que quería contar. Creo que hay que ser más honestos con las historias. Sí, porque en realidad cuando me puse en serio pensé: «quiero hablar de un pedazo de vida, de vidas, de personajes…». Hay que reflejar lo que hay alrededor de cada personaje. En el caso de lo que rodea a Teresa Lanza es la inmigración, pero en los otros casos lo que les une es el lugar donde viven, y quizás el éxito, que son más prósperos.

Al leerla me ha venido a la cabeza el realismo mágico…

La novela nació con Teresa Lanza y nació con ella, con Teresa Lanza, muerta. Es un inicio bastante oscuro. Una joven hondureña que trabaja limpiando casas y que en cierto modo despues de muerta sigue atada a la rutina que tenía antes de morir. Sigue atada a los sitios donde vivió. Como díces al hablar de realismo mágico, creo que es una novela que juega con dos planos: el elemento sobrenatural que distorsiona la vida de los vivos, no mucho, pero algo sí que los distorsiona, y por otro lado -siguiendo la tradición estadounidense como en Vía revolucionaria de Richard Yates- el retrato del bienestar, de gente que aparentemente lo tiene todo. Es como una fusión entre las tradiciones latinoamericanas y norteamericanas. Una especie de juego, incluso con los libros que lee de Teresa Lanza, como El amor en los tiempos del cólera.

También tenemos en esta novela a niños y adolescentes conflictivos.

41903cQDYHL._SX366_BO1,204,203,200_Los adolescentes son problemáticos. Es una edad conflictva. Los retratamos como si solo se dedicaran a beber durante los fines de semana y no tuvieran otros intereses en la vida. Es un poco injusto. Son igual de conflictivos que los niños y que los adultos. En las novelas para adolescentes esto no pasa, pero en las novelas para adultos aparecen como si no tuvieran problemas, como si esos problemas fueran banales. Greta y Dante son dos chavales adolescentes algo especiales, pero el paso al mundo adulto es difícil. Y ahora aún más porque tienen todos esos inputs alrededor… Tienen todas las dificultades que hemos tenido siempre, más unas cuantas añadidas.

Han comparado el estilo de esta novela con las novelas de Agatha Christie, ¿estás de acuerdo?

Tiene algo, sí. Agatha Christie tenía muchas cosas buenas y algunas no tanto. Como todos. Planteé la historia en un núcleo cerrado de sospechosos y sí que es una especie de guiño a esas novelas. Eso me gusta si lo haces de forma natural y no forzado, porque si es un grupo de personas que va a una fiesta y ahí matan a uno al que odian todos, dices: «y si lo odian, ¿para qué van a la fiesta?». Hay un punto forzado en algunas de esas tramas.

¿Te has sentido libre para contar todo lo que has querído contar? En ocasiones hay quién ni se molesta en leer una novela y sólo habla de oídas.

Yo sí me siento libre. Yo creo que la gente es más lista. La verdad es que las opiniones de Xenia sí que podían ser sacadas de contexto y sí podrían ser distorsionada… La novela es poliédrica. Lo que no vale es que todos opinemos lo mismo. Es absurdo. Me parecen muy bien los eslóganes, pero luego hay que vivir. Quizás hay una especie de autocensura, pero yo no lo noto. Si la tengo es inconsciente. Damos demasiado pábulo a gente que no tiene nada que decir. A veces te ves abrumado por el ruido. El gran problema es hacerle caso… Si una persona no ha leído la novela, no puede opinar sobre ella y punto. Sí me preocuparía que alguien lea la novela y llegue a conclusiones estrambóticas.

Es de agradecer que haya personajes femeninos de alrededor de cincuenta años.

Es una novela que habla básicamente de mujeres. Había hablado de la amistad masculina en Tigres de cristal y ahora me apetecía reflejar una amistad femenina. Retratar cinco modelos distintos de mujer, eso sí, unidas por el éxito. Es terrible que a cierta edad, sobre todo en el cine o la televisión, la mujer pasa a ser la «madre de». Como si no le pasaran cosas… Hasta los ochenta y cinco o noventa ya dirás si hay tiempo o no de que pasen cosas.

Sí, se encasilla a las mujeres de cierta edad, pero pasa con mucha más gente.

También como se retratan a los inmigrantes. Siempre son los humillados o los delicuentes o sencillamente se les ignora. No es que yo me considere ingenuo, pero tampoco creo que siempre se haga por mala voluntad. Ahora mismo en España tenemos un millón y medio de inmigrantes. ¿Por qué no tener una chica hondureña de protagonista? Y lo es, no porque yo quisiera hablar de inmigración, sino porque lo que se cuenta le pasa a ella. El conflicto surge cuando deja de ser la chica que limpia y se convierte en la pareja de tu hijo o en del hijo de tu amiga.

También tocas algunos temas delicados.

En el caso de Mireia, ellos adoptan un niño, pero a veces estas cosas no salen bien y es humano plantearse que quizás hubiera sido mejor no haberlo hecho. Pero es un tema tabú plantearse ciertas cuestiones. Igual que el suicidio que es el gran tabú.

¿Cómo te ha afectado la situación de pandemia y el confinamiento? ¿Has sido de los que se han bloqueado o ha continuado trabajando?

Yo seguí. En parte me entretuvo mucho. Cuando llegamos a marzo del año pasado ya tenía un tercio de la novela. Hubo dos semanas que se paralizó todo y, claro, tu también te paralizas. Sí que pensé: «¿tiene algún sentido terminar esto? Y si no queda nadie que pueda leerla…». Pero luego pensé: «¿Tengo algo mejor que hacer?». Si no la hubiera tenido ya tan avanzada puede ser que no hubiera continuado o si hubiera tenido que empezarla quizás no lo habría hecho, pero los personajes también pedían paso. No podía dejarlos a medias.

¿Cómo está siendo la promoción en estos momentos tan singulares?

Tirando de todos los recursos habidos y por haber. Entrevistas por Zoom, por Skype, por teléfono… Echo de menos salir con ella. Llevarla por ahí. Es una novela que se ha paseado menos. Esto influye en que aparezca en prensa local, si no vas a las ciudades o pueblos, la prensa local no recoge la noticia ni habla de la novela. Pero vamos haciendo. He tenido entrevistas en Madrid, Valencia, Pamplona. De manera presencial tengo una cosa en Rubí la semana que viene, que creo que se hará. Tengo alguna cosa prevista para abril y en Lleida y Sevilla, pero depende de que no vayamos para atrás en la pandemia otra vez.

¿Tienes algún proyecto nuevo entre manos?

Un par de ideas tengo, pero por lo menos hasta el verano no me pondré. Han sido dos años y medio con esta novela y si cuentas el tiempo de promoción, te metes casi en tres años. Creo que hay que dejar un tiempo para alejarte de los personajes y de la trama, para que no contaminen la siguiente historia. Ha sido mucho tiempo de vivir con ellos a todas horas y hay que dejarlos ir. Aunque como ahora tenemos más tiempo libre a lo mejor empiezo, no tanto a escribir, pero sí a pensar, a dejar que fluyan las ideas. Tengo seis novelas que tienen en común pertenecer a determinado género y puede ser que sea momento de cambiar de registro, o no. Hay que ir viendo por donde se desarrollan las ideas.