César Carballo: «A los ocho años ya quería ser médico»


Nos acompaña César Carballo para presentar su libro, Desde la trinchera, en el que explica sus vivencias como médico de urgencias, y también para aclararnos algunas dudas sobre la situación que estamos viviendo.

¿Por qué escribir el libro ahora?

Llevaba mucho tiempo pensado porque la experiencia de un médico de urgencias da no solo para este libro, sino para mucho más. Digamos que la colaboración que ya tuve con la editorial me dio la oportunidad de sentarnos y decir: «Tengo la idea de hacer un libro de este tipo». «Ah, pues nos interesa». Y así surgió.

Es divulgativo, pero también personal..

Es personal total. Hago introspección en lo que yo pienso, en mis experiencias y en mis fantamas. En parte también cuento cuál es el sentimiento cuando aciertas y cuando no aciertas. Eso son vivencias personales mías. Me imagino que cualquier compañero tienen las suyas. Tenemos que dar la cara humana, no somos infalibles, nos equivocamos pero hemos hecho todo lo posible. De ahí tenemos que aprender. Hacer autocrítica, ver en qué hemos fallado y ver en qué podemos mejorar. No solo yo, sino toda la sociedad. También nuestro dirigentes. Fíjate que llevamos mucho tiempo reclamando una auditoria de la gestión de la pandemia y eso es impensable en nuestro país, decir que alguien se ha equivocado. Y bueno, si no se están buscando culpables, se está buscando que si esto vuelve a pasar, qué podemos hacer para mejorar.

¿Como se endurece uno para afrontar situaciones tan tremendas sin llevártelas a casa constantemente?

Al final te lo acabas llevando a casa, pero claro tienes que endurecerte porque si no no puedes vivir. Al final a todo te haces, pero muchas veces es muy duro. En la primera guardia que tuve me dijeron: «os vamos a explicar como va esto. A las guardias se viene llorado. Eso para que lo sepáis. Si se os muere un paciente, está muy bien que os sintáis mal, pero es que os están esperando ocho más…». Eso sobre el papel es fácil decirlo, pero luego hay casos que son brutales. Lo peor es cuando paras. Cuando te vas a dormir o cuando te vas a casa y te acuerdas.

Cada día es una aventura. Nunca sabes lo que va a entrar por la puerta.

unnamed (1)Eso es lo bonito que tiene las urgencias. Es super variada, ves patologías de todo tipo y a nivel profesional es muy interesante. También es verdad que puedes pasar de la situación más cómica a la más trágica en cinco minutos. Esas son las viviencias que he trasladado al libro. Lo que nosotros vemos y cada vez soy más mayor. Era raro encontrar a un chaval de veintiseis años con un cáncer, pero ahora ya ves a gente de tu edad que entra y piensas… Pero así es la vida y una de las reflexiones que hago en el libro es darte cuenta de lo bonita que es la vida que tienes ahora y de no esperar para hacer cosas, porque no sabes cuando te puede dar un giro de ciento ochenta grados. La vida te golpea muchas veces como con esto del covid que hemos vivido. Y hemos visto que la gente cuando la vas a entubar no se acuerda ni del negocio ni de las facturas ni nada. Se acuerda de su mujer y de sus hijos y de si los va a volver a ver. Por eso hay que disfrutar de la vida porque nunca sabes. Es una de las cosas que vas diciendo: «aprovechar la vida que nunca sabes». Cuando te dicen: «qué mal estoy, que no tengo dinero…». Y piensas, si yo te dijera lo mal que puedes llegar a estar. Si tienes salud tienes lo principal, ni trabajo ni dinero ni nada. Y ese es el mensaje que te intentado transmitir en el libro, aprovecha la vida. Aprovecha lo que tengas.

¿Qué os pasó por la cabeza el 11M?

La sanidad está muy preparada para un golpe agudo de este tipo. Todo funciona: el hospital se vacía, todo el mundo se pone firme para ver dóonde hay que ir… Se dan altas, pero cuando la situación te pide, como en el Covid, un esfuerzo a largo plazo, el sistema no está preparado. Ahí se echa en falta todos lo recortes de los ultimos veinte años. Y gasto sanitario, la inversión en sanidad que no se ha hecho.

Has denunciado la situación de la sanidad en general y de las urgencias en particular.

Los que empezamos a entrar en canas empezamos a estar un poco quemados de que no se nos reconozca…Como pasa en Reino Unido, allí tienes médico sénior, junior… pero cuando tienes cincuenta años y sigues haciendo las mismas guardias que hacias con veinteseis o veintisiete años dices: «pues ya nos vale». Además de que te seintes un poco ninguaneado. Son los servicios que han estado en todas las catástrofes de este país en los últimos cuarenta años y ahora con el Covid que hemos sido los únicos que hemos estado abiertos los trescientos sesenta y cinco días del año, veinticuatro horas para todo lo que se quisiera, pensábamos que se nos reconocería. El ministro Illa dijo que se crearía la especialidad de Urgencias y otra vez nos han engañado. Ya piensas: «¿para qué? ¿Qué seguimos haciendo aquí?». Yo no me veo con sesenta años a residentes de veintitres años llevándolos de la manita. Somos, junto a Portugal, el único país de Europa que no tiene esta especialidad. Ya te da hasta vergüenza. Es una lástima. Tenemos unos servicios de urgencia que funcionan muy bien pero están saturados. Que no funciona la primaria, pues a urgencias… Estamos igual que hace cuarenta años. Ya toca que alguien nos mire. Esperaremos a ver. Seguiremos luchando.

¿Con qué experiencia te quedas?

Depende, porque hay cómicas y hay trágicas. Una de las que cuento en el libro es de mi primer caso. Una intoxicación con alcohol metílico que tuvimos que traerle una botella de whisky para beber. Ese fue mi primer paciente y ahí me enamoré de las Urgencias. Es un caso que me llamó mucho la atención. El problema son los trágicos como la chica del 11M, pero estos son los servicios de urgencia. Por eso es tan importante tener a gente con mucha experiencia ahí. Y eso debería protegerse, que no lo hacemos. Los médicos se van y estamos exportando talento que luego nos va a hacer falta. Como pasa en primaria, que la gente joven se va. Se van a Irlanda que les pagan tres veces más o a Alemania que les pagan cinco veces más. Me voy a un sitio donde puedo ver a los pacientes bien, con tiempo y me pagan más. A los médicos españoles y a los enfermeros y enfermeras españoles se los rifan en todas partes de Europa porque tenemos muy buena formación.

Después de todo lo vivido, ¿volverías a elegir esta profesión? ¿Volverías a ser médico?

Yo es que soy muy vocacional, a los ocho años ya quería ser médico. Me veo haciendo otra cosa pero siempre vinculado a la sanidad. Tienes que ir a donde sabes. Es lo que hablo un poco de los ministerios: poner en Sanidad a alguien que no tiene ni idea de sanidad… es como poner en Justicia a un médico, o en Economía. Esa idea no se tiene con la Sanidad, se puede poner un filósofo como un administrador de fincas. La vida media de un ministro de Sanidad en el ministerio ha sido de un año y cinco meses en los últimos años. ¿Qué se puede hacer en ese tiempo? Si cuando empiezas a enterarte de algo te vas. No se ha tenido un plan de sanidad serio en los últimos veinte años. Así nos va.

Ahora vamos a por la tercera dosis, ¿cuantas veces nos vamos a tener que vacunar?

Aquí la cuestión es: ¿es necesaria una tercera dosis en España? Si se hacen las cosas bien no es necesaria una tercera dosis porque ya tenemos una protección altísima, pero si no se toman otras medidas vamos a necesitar una tercera, cuarta y quinta. Claro, vacunar a niños… Oiga, que no hace falta vacunar a niños. Haga test en los colegios y vacune a los niños de riesgo y no hace falta que los vacune a todos… Pero dicen: «¿Para qué voy a estar preparando estrategias si con el vacunazo me vale?». Ya, pero lo que usted tiene que hacer es intentar que la gente no se contagie, pero esa estrategia no está encima de la mesa. España podría salir muy airosa de esta crisis y con una ventaja competitiva que no se ha tenido en otras crisis, pero no está sobre la mesa. Nos han dado la vacuna, porque nos la han dado, y ya está. Aquí la única estrataegia en ver qué pasa con los casos, voy a esperar un poco más…Hasta que hay que cerrar todo… No hay estrategia de ningún tipo.

Escuché comentar el otro día que cosas como obligar a la población a vacunarse en base a unos contratos con las farmacéuticas que no son públicos queda cuanto menos feo. ¿No habría que explicar bien estas cosas?

Los contratos con las farmaceúticas no son nunca transparentes, pero eso no significa que los datos de las vacunas no estén ahí. Pero no hay transparencia tampoco aquí. Hace poco que se han empezado a publicar los datos desagregados de vacunados y no vacunados. Hay que hacerlo. Publicar los datos sobre vacunación y que usted decida, pero el problema en este país es que no hay datos. ¿Y por qué no hay datos? Porque no hay nadie en el ministerio de Sanidad. Si hablas con ellos te dicen que no tienen personal. Claro que los test deberían ser gratis. Ahora vas a la cena de Navidad con tu familia, pues pasamos por la farmacia y nos hacemos todos un test de antígenos gratis y pasamos una cena segura, pero así, ¿cómo vas a pagar siete euros por un test cada vez? Lo lógico sería poner puntos de test por toda la ciudad. Así se controlan los casos. Dices: pero ¿de verdad no podíamos haber hecho algo para frenar esta ola que vamos a tener? Es que no hay ninguna iniciativa. Dicen: «tenemos la vacuna». Bueno, ¿y si la vacuna no va bien? «Bueno, pues a cerrar. A cerrar los bares y a cerrar todo…» Otra vez van a pagar los mismos las restricciones, pues qué bien…

Pero no podemos estar constantemente abriendo y cerrando…

Hay que establecer una estrategia que te sirva para todas las olas y para la próxima pandemia. Mantener las medidas. Si vas al cine o al teatro con mascarilla FFP2, porque si vas con quirúrgica corres riesgos. Y luego, se tienen que hacer test de antígenos. Ahora no hay resfriados hasta que se demuestre que no son coronavirus. Hasta que se acabe esta pandemia hay que poder hacerse test de antígenos cada vez que se tenga un síntoma. Así se controlan los casos, pero si no… Después les echarán la culpa a la gente que se ha reunido mucho en Navidad.

Pero decir en el trabajo que te quedas en casa porque tienes síntomas de resfriado…Es complicado.

Claro, es complicado. Porque también, ¿y si el niño da positivo? ¿quién se queda con el niño? Tuvimos que hacerle un test a nuestro hijo y estábamos rezando porque no saliera positivo porque si sale, a ver cómo lo arreglamos. Y esto es para los no vacunados, porque los vacunados no tienen que hacerlo… Oiga que los vacunados también transmiten, ¿no?

Pues en eso se debería incidir porque algunos creen que por estar vacunados ya se puede hacer de todo…

No, no, que los vacunados también contagian.

¿Algo que añadir a todo esto?

Simplemente transmitir un mensaje de esperanza, que ya nos queda poco. Sobre todo pasar este diciembre y enero que es estúpido caer con la última bala de la guerra, así que vamos a protegernos bien. Hagamos lo que tenemos que hacer, que ya lo sabemos y no nos pilla de nuevas. Hagámonos tests antes de las cenas, ventilemos bien los interiores, estemos poco en interiores siempre que podamos. Aunque esto es una decisión individual, es una responsabilidad compartida y el gobierno debía tomar cartas en el asunto y no lo hace, no lo ha hecho. Tanto el gobierno central como el de las comunidades autónomas. En fin, un empujoncito más que ya nos queda poco.