Gendry-Kim:«Quise hablar de esas mujeres desde otra perspectiva»

Keum Suk Gendry-Kim


Hierba (Reservoir Books) de Keum Suk Gendry-Kim es una novela gráfica que cuenta la historia real de Lee Ok-Sun, una joven coreana que durante la II Guerra Mundial fue explotada como mujer de consuelo (el eufemismo utilizado por el ejército imperial japonés para referirse a sus esclavas sexuales). Ganador de numerosos premios y considerado cómic del año por The New York Times, The Guardian, Los Angeles Times o Library Journal, se publica en español hoy 24 de febrero. Hemos hablado con su autora en rueda de prensa sobre este trabajo tan impactante, cuya base han sido las entrevistas realizadas a su protagonista, Lee Ok-Sun, en las que esta le fue desgrananado su vida desde su infancia en un ambiente extremadamente humilde -incluso llegó a ser vendida sucesivamente a varias familias adoptivas- hasta que llegó la ocupación japonesa y en 1942 fue trasladada a la fuerza a una base aérea en China.

Portada_HIERBAKeum Suk Gendry-Kim es una de las autoras de cómic más importantes del panorama internacional. Estudió pintura en Corea. Se interesaba mucho por la obra de los impresionistas, así que se trasladó a Francia. Estuvo en Estrasburgo para estudiar bellas artes y después se instaló en París «para lanzarme al mundo profesional. La vida fue muy difícil así que empecé a trabajar como traductora de los cómics coreanos al francés y así empecé a tener interés en los cómics. Podía hacer lo que quisiera con los dibujos y el texto por lo que fue un método fabuloso para expresarme. Las mujeres de consuelo es uno de los temas que siempre tengo en mente. Había hecho un cómic corto antes de esta obra, pero pensé que la historia de estas mujeres no debía acabar siendo simplemente una historia corta. Quise profundizar en este tema y estuve reflexionando durante bastante tiempo», ha asegurado.

También indica que intentó mantener la voz serena y la distancia de la historia. «Personalmente pasé algunos momentos difíciles, pero en general creo que logré mantener una cierta distancia. Por otra parte, la protagonista fue una chica que vivió la dominación japonesa y además provenía de una familia muy pobre en una sociedad patriarcal. Quiso ir al colegio pero no lo logró. Después tuvo que ser mujer de consuelo. No tuvieron ninguna forma de escapar de esa tragedia. Lo único que pudieron hacer fue sobrevivir cada dia. Yo como mujer ni siquiera puedo imaginar sus experiencias tan dolorosas y abominables. Convivieron años con las heridas y traumas.  La señora Ok-Sun es una persona muy optimista y con sentido del humor. Así que contándome toda esa historia tan dolorosa me hacía bromas. Después de las entrevistas con ella siempre tenía una energía muy optimista al volver a mi casa. Todo ese mensaje fue precioso y yo quería transmitírselo a los jóvenes de hoy».

Lee Ok-Sun and Keum Suk Gendry-Kim 01
Lee Ok-Sun y Keum Suk Gendry-Kim

A pesar de lo que sufrieron esas mujeres y de ser las víctimas, la sociedad las repudió: «La gente normalmente muestra interés por las victimas de la esclavitud sexual en tiempo de guerra, pero yo creo que es muy importante prestar atención a todo el contexto social en el que nacieron. Las mujeres no eran apreciadas por la sociedad. Por influencia del confucionismo se pensaba que las mujeres solo debían ocuparse del cuidado de la familia. También la virginidad era uno de los valores más importantes de esa época. Así que si una mujer había perdido su virginidad se consideraba que su vida se había acabado. Aunque las víctimas de la esclavitud sexual fueron forzadas a servir a los soldados, la sociedad de aquel tiempo pensaba que las habían ensuciado. Debieron abrazarlas, pero no fue así», se ha lamentado.

Respecto a como había sido acogido el libro en su país, Gendry-Kim indica que «la esclavitud sexual es un tema muy contundente en Corea. Ya había muchos libros y cómics que trataban el asunto, pero yo quise hablar de esas mujeres desde una perspectiva diferente. No quería tratar el tema como una cuestión de la relación entre Corea y Japón, ni como un problema de los coreanos, sino que quería tratarlo como un problema universal de las mujeres alrededor del mundo. Por supuesto que Corea fue parte del imperio japonés y que la mayor parte de las esclavas sexuales fueron coreanas, sin embargo, en otros países bajo el domino japonés también hubo víctimas. Por eso yo quería que la historia de la señora Ok-Sun fuera como la presentación de las historias de todas las víctimas».

Una de las cosas que llama más la antención es el optimismo y el sentido del humor que conserva la señora Ok-Sun (que no quiere ser llamada mujer de consuelo sino que se la llame por su propio nombre). A este respecto la autora afirma que «en la vida cotidiana tenemos muchas quejas, pero las víctimas quisieron compartir hasta un trozo de pan, como dice un proverbio coreano. Son muy optimistas. Asi que ante ellas mis quejas no se ven como nada importante. Después de tener las entrevistas con las señoras me llenaba de buena energía y de esperanza. Yo pensaba: «¿por qué son tan optimistas si su vida fue tan dura…?», pero tienen una mirada diferente de lo pasado y además la señora Ok-Sun tenía la religión. Ella rezaba, leía los libros, la biblia.. Así que creo que también la religión ayudó. Además, en aquel entonces -ahora está muerto- ella tuvo un hijo en China y supongo que su hijo también habría sido un motor para que saliera adelante en su vida».

El libro está lleno de referencias gráficas a la naturaleza, y esto es así debido a un deseo expreso de la autora de no herir nuevamente a las víctimas. «Si el autor dibuja las masacres y las violaciones tal como son, quizás es que quiere denunciar esos actos inhumanos. Sin embargo viendo esas imágenes de las víctimas yo habría pensado que estas sufrían otra agresión, un segundo daño. Porque en esas escenas el cuerpo de las mujeres se describe como muy hermoso. Esa ya no es la perspectiva de las víctimas. Yo misma, cuando dibujé el cómic corto antes de Hierba incluí una imagen en la que la mujer era violada y luego me arrepentí mucho. Desarrollando la entrevista con la señora Ok-Sun, me dijo en repetidas ocasiones que había echado mucho de menos su pueblo natal con sus montañas y ríos, así que yo decidí sustituir las escenas de violencia con escenas de naturaleza. En lugar de describir la violencia tal cual, quería retratar el cambio de las estaciones, el cielo…. Es una metáfora para mí».

Lee Ok-Sun and Keum Suk Gendry-Kim 03La autora calcula que de las sesenta mujeres supervivientes que había en 2014 cuando comenzó las entrevistas, menos de diez continúan vivas actualmente. Además, «con la pandemia es mucho más difícil entrar en la casa porque las víctimas son muy ancianas y son vulnerables. Se requieren permisos y el proceso es muy complicado». En cuanto a si las víctimas han sido reconocidas como tales, la autora ha manifestado que «hasta la fecha Japón no ha dado una disculpa sincera. En 2015 se firmó un pacto entre Japón y Corea y como resultado hubo una compensación económica; pero las víctimas dicen que para ellas no es importante recibir el dinero porque con él no pueden comprar su juventud. Aunque ellas tienen más de ochenta o noventa años tienen en la memoria su juventud, porque el dolor y las heridas están grabadas en sus cuerpos y sus mentes. Lo que quieren es reivindicar su honor y su dignidad como seres humanos».