Nos visita José Ángel Landeta Rodríguez para presentarnos su primera novela, Sol del Norte publicada por la editorial Naveus.
¿Es un escritor de toda la vida o de comienzo más tardío?
Como escritor vocacional, lo soy de toda la vida. Por la alta exigencia de mi profesión —mueblero—, no he podido dedicarme de lleno a ello. Tengo textos sueltos, epístolas y poemas que languidecen amarillentos en carpetas. Me lancé a escribir esta novela animado por mi mujer y la necesidad de dar un rumbo ilusionante a mi vida. Gracias al apoyo de la editorial Naveus, ha visto la luz. Me reconforta saber la moderada repercusión que está teniendo, sobre todo para alguien novel como yo.
Sol del Norte es una novela histórica, ¿es el género en el que se encuentra más cómodo?
Es un género con el que disfruto, influenciado también por la educación de la época en la que me crié. Cuando leíamos El Capitán Trueno o El Jabato. Me resulta gratificante dejarme llevar por la imaginación y volar por lugares reales, pero contextualizarlos en una época y dibujarlos con mis letras. Sol del Norte se desarrolla en un contexto histórico poco datado como es la Europa del siglo X. Los personajes ficticios están entroncados con personajes contemporáneos de entonces para dar a los apasionados de la historia como tal una línea de referencia. No es que me sienta solo cómodo con la novela, estaba en mi cabeza desde hacía muchos años. Necesitaba apostar por un género distinto y dotar a la portada de una fresca sencillez, huyendo de los grises y negros que abundan en las estanterías.
Aunque también se podría considerar una historia de aventuras…
Por supuesto que, más que nada, es una historia de aventuras. Una novela que tiene ritmo desde el comienzo. Con un personaje principal sobre el que los personajes corales van surgiendo de forma natural a medida que transcurren los capítulos. De fácil lectura, con capítulos cortos y que engancha.
¿Cómo es que un vikingo acaba en una aldea vascona?
La itinerancia marinera de los vikingos hace que sea factible la presencia de ellos en nuestras costas. La tragedia sufrida por una intempestiva tormenta en el golfo de Vizcaya hace desarbolar por completo la flota en la que venía y acaba recalando por necesidad.
¿Quería situar una historia en los lugares que conoce o fue algo que se dio después de comenzar a escribir?
Parte de la novela transcurre en sitios que conozco, como por ejemplo lo que sería ahora Barakaldo —donde nací— y sus inmediaciones; pero hay localizaciones en distintos puntos de Europa, de norte a sur, como Escocia o el antiguo Sacro Imperio Romano Germánico. La idea que quiero transmitir es la de ver nuestro continente como algo más global e interrelacionado de lo que podemos pensar hoy en día.
¿En quién se inspira para sus personajes?
El personaje principal está inspirado en la leyenda de Jaun Zuria, el supuesto primer señor de Vizcaya, de procedencia nórdica. Pero la verdad es que, en general, los personajes son fruto de mi imaginación y quiero que tengan vida propia. Si los referencio, pierden la esencia de su singularidad. Influencias inducidas pueden ser, pero nunca conscientes, ni buscadas.
¿Cuáles son sus referentes a la hora de escribir?
Sinceramente no tengo una referencia concreta. Tengo mis preferencias, pero la verdad es que leo como escribo. Soy totalmente ecléctico. Me pasa como con la música, escucho lo que me pide el corazón en cada momento. Mis gustos están construidos con el puzzle de mis experiencias.
¿Tiene más proyectos literarios?
Ya están casi finiquitados: un cuento y una novela que nada tienen que ver con este género. Espero que este año tenga la fortuna de poder proyectarlas al público si la editorial sigue confiando en mí.