Pilar Argudo: «Oír la radio es lo más parecido a leer»

Con la colaboración de Jose Ramón Vera Torres

Hoy nos visita Pilar Argudo, filóloga, periodista y locutora. Durante más de veinte años ha realizado el programa Punt de Llibre, de la cadena Ser.

¿Cómo empezaste a realizar programas culturales?¿Es lo que  querías hacer o fue casualidad?

Estudié Filología Catalana y me especialicé en lingüística aplicada al lenguaje en los medios de comunicación. Empecé un master, porque quería hacer el doctorado sobre este tema y me pedían que hiciera una prácticas. Solicité hacerlas en Radio Barcelona. Y allí empecé. Pasé a informativos con Gloria Serra, y ella fue mi maestra absoluta. Después, con Manel Borrell, hice el Balcó que era un informativo-magazine. Trabajar en este programa me permitió entrar en contacto con una serie de secciones como la de crónica negra, y también trabajar con Joan de Sagarra, Lluís Permanyer, Eugeni Madueño, con Roglan y una serie de personajes con los cuales aprendí mucho. Después hubo un director de informativos que me dijo: «tú que vienes de la filología, sabrás de libros». Ya sabes, la etiqueta. Y me propuso hacer entrevistas a autores que acabaran de presentar novedades y llamar al espacio Punt de llibre. Empecé con una sección de unos 10 minutos en el Balcó, y esto duró desde 1998 hasta 2008. Luego ese pequeño Punt de llibre se transformó en el Punt de llibre ampliado, con secciones como la tertulia o Digue’m on escrius, donde íbamos a casa de los autores a preguntarles si escribían en zapatillas, cuál era el método o qué veían desde la ventana. Y con el programa L’Ofici de Viure me pateé media Cataluña entrevistando gente que había cambiado de profesión. Yo quería averiguar en qué momento la bola de billar, en billar europeo, había tocado con la pared y se había desviado. Este programa consistía en una entrevista a una de estas personas y a un escritor, y de ahí surgió la idea de entrevistar escritores para Digue’m on escrius.

Y de todas las personas que has entrevistado, famosa o no, ¿quién te ha impactado más?

La entrevista que más me marcó fue la de Saramago. Impresionaba por la envergadura física y por la humanidad, independientemente de su ideología política o social. Cuando te ponías delante de él y le entrevistabas era la persona más sencilla del mundo. El hijo del campesino que nunca dejó de ser. Tenía toda esa altura, toda esa presencia, pero lo que más destacaba era su humanidad. Le habían concedido el premio Nobel y acababa de publicar La Caverna. Siempre es un privilegio poder entrevistar a la persona que ha escrito lo que estas leyendo las semanas previas. Siempre. Y siempre es una responsabilidad. El libro no lo lees de la misma manera que si lo leyeras por placer. Ahora tengo uno entre manos y voy leyendo, voy anotando y apunto las referencias bibliográficas, las cinematográficas, las referencias musicales, para luego ilustrar la entrevista. Es otro tipo de lectura. Es un estudio, pero que tiene la compensación de que al final tienes a esa persona delante y es una satisfacción inmensa. Sea quién sea.

Has colaborado en prensa escrita, has hecho radio. ¿Con qué te quedas? ¿Qué prefieres?

La radio. Más que la televisión, más que la prensa escrita, más que cualquier otra cosa. La radio y además, nosotros, en radio Barcelona, teníamos la ocasión de hacer radio con público. Con lo cual hicimos podcast dramáticos, programas con niños en el plató de Radio Barcelona, de cuando existía Localia… Y es un género que creo que será el que sobreviva, porque el podcast no deja de ser un producto radiofónico. Por ejempo, en Centroeuropa la radionovela negra está teniendo una profusión increíble, que aquí todavía no ha llegado. La radio tiene una magia que no tiene la televisión. Oír la radio es lo que más se parece a leer. En la lectura, el escritor sabe que está jugando con el imaginario del receptor. La radio también. La radio genera unos paisajes mentales que no genera el género audiovisual. Es la tradición oral, es la hoguera y de ahí la perviviencia, porque tenía todos los números para desaparecer cuando salió la televisión. Y al final ha permanecido. Hubo un tiempo en que se decía una cosa muy rancia, y era que la radio era la mujer y la tele la amante, que era la guapa.  La radio lo que sí tiene es que no requiere que estés delante de un aparato. Representa la compañía.

¿Qué le dirías a alguien que empieza en periodismo o a escribir? 

Le diría una cosa que creo que dijo Einstein: «no pruebes lo que ya está hecho, sino intenta probar algo que no se haya hecho». Pero a alguien que empieza en cualquier cosa que requiera creatividad, siempre le dicen: «vamos a hacer una cosa picadita y diferente», y tu dices: «uff». Cuando te dicen esto, malo porque todo está inventado. La clave para mí es el mimo que tú le pongas. Hay un libro de Jordi Batlló y Xavier Pérez que se llama La semilla inmortal. Ellos son profesores en la universidad Pompeu Fabra de Barcelona de Mass media y de Comunicación Audiovisual y su teoría es que a través de una regla de combinatoria, o sea, a través de veintiún guiones se pueden escribir el resto de historias y todas las escribieron ya los griegos. Entonces ya está todo explicado. Se trata de que, tanto si vas a hacer periodismo como si vas a escribir, respondiendo a tu pregunta, te sumergas en tu propia experiencia, que es lo que hoy en día más llama la atención. Es compartir con tus congéneres una cosa que ellos no han vivido pero en la cual se reconozcan. Es hablar de los universales a partir de tu experiencia personal.

¿Cómo ves el futuro de la cultura en general y de la literatura en particular?

Algo que nos planteamos en Punt de Llibre fue cómo salvamos esto, y la respuesta fue: sembrando. La literatura infantil y juvenil es la gran esperanza. El problema es que la cultura no vende. Eso lo tenemos grabado a fuego y no es cierto en otros paises. En Francia, Bernar Pivot tuvo el programa Apostrophes en prime time durante 35 años. Era el programa más visto los sábados por la noche. Y hablaban sobre literatura y con escritores. ¿Qué pasa? ¿Que los franceses son mucho más cultos? Bueno, tienen más tradición y todo lo que quieras, pero lo que ocurre es que a lo mejor aquí no se ha sabido vender. Porque la cultura en general, y la literatura en particular siempre ha estado enmarcada en un ambiente de intelectualidad. Parece que siempre se trate de hablar de la literatura de Ovidio. Eso de decir que la gente pide fútbol… Si es eso todo lo que les pones… No menosprecies la capacidad intelectual y el gusto de la gente. Además nosotros en el programa también manteníamos una lucha constante por unir ciencias y letras. ¡Si eso es el humanismo! Los grandes del Quattrocento lo mismo te inventaban un precursor del autogiro que te escribían un soneto. Nosotros nos empeñamos mucho en eso, e hicimos programas sobre Darwin o Sonia Henandez Vidal, que escribió La Porta dels tres Panys, donde habla de física. Puedes hablar de literatura y pasarlo muy bien.