El infinito en un junco, de Irene Vallejo, es un libro que tiene el reconocimiento que se merece. Con una delicada, minuciosa y bella manera de contarlo, la autora ha descrito a lo largo de sus más de quinientas cincuenta páginas la historia del libro -la historia de la expresión escrita- desde la primera vez que se utilizó la escritura, en civilizaciones tan antiguas como la sumeria o la egipcia (en un principio con fines comerciales), desde el cuarto milenio antes de Cristo hasta el momento presente, tan tecnológico.
Para la escritura se ha utilizado desde la piedra, la arcilla, la seda, la piel o el papel hasta actualmente el plástico y la luz. En esta obra que recoge toda la historia del libro, desde sus orígenes hasta nuestros días; se puede apreciar una gran tarea de documentación y estudio. Ello se combina con el toque literario y la pluma de Irene Vallejo, ofreciendo una lectura de calidad y con la que se puede disfrutar al recorrer todas sus páginas. Es un viaje por la historia de la literatura.
Me parece bonito de leer porque, por ejemplo, cuando se centra en un periodo y civilización determinado de la historia, como puede ser en el periodo helenístico del Antiguo Egipto, habla de hitos clave como la Biblioteca de Alejandría, narrando anécdotas y detalles en torno a ello, sin rozar la ficción ni la morbosidad. Simplemente contando con un toque literario la historia que gira en torno a dicha biblioteca.
Es interesante pensar como de algo tan sencillo como dejar una nota sobre un material, ya sea piedra, arcilla o papel, hemos llegado a desarrollar la palabra escrita hasta el día de hoy. El surgimiento de la imprenta revolucionó las mentes, la inteligencia y la sociedad: la palabra escrita se convirtió en accesible para todo aquel interesado en leer. Ahora escribimos con un teclado informático donde van apareciendo las palabras en la pantalla de nuestro ordenador. Y esta reseña que dejo por escrito ahora la puedes leer estando a un continente de distancia. ¿No os parece maravilloso?
Este ensayo escrito de forma novelada es deleite, es conocimiento y podría ser un buen instrumento de estudio para las asignaturas de historia y de literatura en los institutos. Un libro imprescindible para toda aquella persona que guste de leer.
Digamos que Irene Vallejo con El infinito en un junco ha conseguido el éxito y reconocimiento con el que todo escritor sueña pero ganándose el respeto de la comunidad literaria, fruto de un libro muy bien trabajado y muy bien narrado.