Gendry-Kim: «La Espera es un homenaje a mi madre»

Keum Suk Gendry-Kim

Después del éxito de su anterior trabajo, Hierba (Reservoir Books), que fue elegida novela gráfica del año, Keum Suk Gendry-Kim ha presentado en rueda de prensa su nuevo trabajo, La Espera, también publicada por Reservoir Books .

RK97771_FRONTAL_la espera_okOKSi en Hierba se contaba la historia real de una mujer coreana que había sido utilizada como esclava sexual por el ejército imperial japonés durante la Segunda Guerra Mundial, en La Espera se narra la historia de Gwija, una mujer de noventa y dos años que desea reencontrarse con su hijo mayor, al que perdió junto a su marido en su huida hacia Corea del Sur durante la guerra de 1950. En este caso se trata de una historia de ficción pero basada en el testimonio de personas que han sufrido la separación de su familia, entre ellas la de la propia madre de la autora. Esta ha reconocido que las dos novelas forman parte de una trilogía y que ya está trabajando en la tercera parte: «En efecto Hierba y La Espera son novelas de una serie como puede verse, porque las protagonistas son mujeres y -aunque no todos los personajes son miembros de mi familia- pertenecen a la generación de mi madre. Empecé a escribir Hierba después de escuchar una historia que me contó mi madre sobre una mujer que los japoneses se llevaron para servir a su ejército. Así que creo que Hierba es el primer capítulo y La Espera es el segundo. Es un homenaje a mi madre que tiene ya más de noventa años y sigue pidiéndome que busque información sobre su hermana que se quedó en Corea del Norte. Hace unos años visité China para documentarme como parte del proceso de preparación de un libro. Allí encontré a un hombre chino que me proponía buscar a las familias que quedan en Corea del Norte, pero no funcionó. Yo diría que Hierba y La Espera cuentan una historia que aún no ha terminado y ambas tratan temas muy dolorosos».

Aunque Gendry-Kim reconoce también que la sociedad coreana no está muy interesada en esos temas: «La historia de los particulares no se puede separar de la historia del país. Corea sigue técnicamente en guerra y aún no hemos podido realizar una reunificación pacífica de las dos Coreas. Pero las personas no están interesadas en el dolor de los otros, vivimos en una época así. Como artista quería reflexionar sobre este tema pero no es un asunto muy acogido por los lectores coreanos. Espero que a los lectores extranjeros sí les interese, ya que no es algo que atañe solo a Corea sino a todo el mundo, porque habla de la paz. Ahora hay una guerra en Ucrania y nos muestra que en cualquier momento y en cualquier parte, la humanidad se puede enfrentar a algo semejante».

Y las nuevas generaciones tampoco conocen lo vivido en su país antes de su despegue económico: «Los jóvenes no están al tanto de la pobreza que había en Corea hasta los años sesenta. Se pasan la vida buscando en Internet. Están más interesados en el futuro y no en la situación de las dos Coreas. Están muy ocupados con sus propios problemas económicos y su propia vida». Por otra parte indica que: «Es cierto que los grupos pop surcoreanos como BTS y las telenovelas gozan de mucha popularidad, pero van dirigidos básicamente a los jóvenes. Desearía que la literatura, la novela gráfica y el cine que retratan el dolor de Corea tuvieran mayores oportunidades para llegar a los lectores y al público».

La autora no desea ser muy explícita al reflejar las situaciones dolorosas en su obra, como ya ocurriera en Hierba, en la utilizaba los árboles para reflejar ese sufrimiento: «En mi opinión si expreso de manera explícita el dolor de los personajes me parece que es demasiado fuerte, por eso prefiero utilizar la naturaleza para que los lectores puedan entenderlo a través de esa metáfora».

Ilustración

En cuanto a la situación de las familias separadas, Gendry-Kim indica que: «Lo sorprendente es que las personas dudan si acudir o no después de recibir la carta en la que se les informan de que pueden ir a una reunión familiar. Piensan que sus familiares en Corea del Norte viven en una situación de pobreza y por eso querrían darles todo lo que tienen: dinero, medicamentos, ropa… Al mismo tiempo eso podría perjudicar a la familia que queda en Corea del Sur. Además del temor de que las autoridades norcoreanas le confisquen lo que lleven. Por otra parte no suelen ser encuentros alegres. Todas las personas con las que hablé que se habían reencontrado con familiares contaban que no podían preguntar lo que querían a sus seres queridos, ya que en ningún momento estuvieron a solas ni tuvieron privacidad. También sienten una gran tristeza porque no saben si se podrán volver a ver en su vida».

Por ello insiste en que: «Las reuniones entre las familias separadas depende de la situación internacional de Corea. Si atravesamos una época de paz, hay posibilidades de que se produzcan estos encuentros; pero si se vivimos una época de tensión, estas reuniones no se pueden realizar. Por eso es fundamental conseguir la paz».